¿Agoniza tu esperanza en Dios?
"Dios hará vivir en paz a quienes le son fieles y confían en Él" Isaías 26:3 (TLA)
"Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado", Isa_26:3
¿Tu
pensamiento persevera en Dios, o está atrofiado por el hambre? Esta
inanición es una de las principales fuentes de agotamiento y debilidad
en la vida de un obrero. Si nunca has empleado tu pensamiento para
presentarte delante de Dios, comienza a hacerlo ahora. Es inútil esperar
a que Dios venga a ti. Debes apartar tus pensamientos y tus ojos del
rostro de los ídolos, mirarlo a Él y ser salvo (Isa_45:22). Como el
pensamiento y la imaginación constituyen el don más grande que Dios te
ha dado, debes consagrarlos enteramente a Él. Si tu has estado llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2Co_10:5), esto se
convertirá en una de las mayores cualidades de tu fe cuando venga el
tiempo de la prueba, porque tu fe y el Espíritu de Dios trabajarán
juntos. Aprende a asociar las ideas que sean dignas de Dios con todo lo
que sucede en la naturaleza: los amaneceres y las puestas de sol, el
brillo de la luna y las estrellas, el cambio de las estaciones. De este
modo, la imaginación nunca estará a merced de tus impulsos, sino que
siempre se encontrará al servicio de Dios.
"Pecamos nosotros, como
nuestros padres... no se acordaron", Sal_106:6-7. Entonces, aviva tu
memoria y despierta inmediatamente. No te digas a ti mismo: "Pero Dios
no me está hablando en este momento". Él debe estar haciéndolo. Recuerda
a quién le perteneces y a quién sirves. Motívate por medio de los
recuerdos y tu afecto por Dios aumentará diez veces; tu imaginación ya
no se morirá de hambre, sino que tendrá viveza y entusiasmo y no podrás
expresar con palabras la brillantez de tu esperanza.

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