El deleite del sacrificio
"Con
gusto me desgastaré por ustedes y también gastaré todo lo que tengo,
aunque parece que cuanto más los amo, menos me aman ustedes a mí"
2Corintios 12:15 (NTV)
"Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas...", 2Co_12:15
Cuando
el Espíritu Santo ha derramado el amor de Dios en nuestros corazones,
empezamos a identificarnos conscientemente con los intereses y
propósitos de Jesucristo para la vida de otras personas (Rom_5:5). Y Él
está interesado en cada persona de forma individual. En el servicio
cristiano no tenemos derecho a dejarnos guiar por nuestras afinidades,
gustos y simpatías. De hecho, esta es una de las pruebas más grandes
para nuestra relación con Jesucristo. El deleite del sacrificio es que
pongo mi vida por mi Amigo Jesús (ver Jua_15:13). No que la deseche,
sino que voluntaria e intencionalmente la presento y la pongo a
disposición de Él y de sus intereses en otras personas. Y no lo hago por
una meta o una causa personal. Pablo consumió su vida con un único
propósito: poder ganar almas para Jesucristo. Todo el tiempo atrajo a
las personas hacia su Señor, nunca hacia él mismo. Dijo: "A todos me he
hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos", 1Co_9:22.
Cuando
alguien piensa que para desarrollar una vida santa siempre tiene que
estar a solas con Dios, ya no puede ser de ninguna utilidad para los
demás. Es como si se colocara en un pedestal y se aislara del resto de
la sociedad. Pablo fue una persona santa, pero dondequiera que iba
siempre permitía que Jesucristo utilizara su vida. Muchos de nosotros
estamos buscando nuestros propios fines y por esta razón Jesús no puede
usarnos. Pero si estamos totalmente sometidos a Él, no tenemos
propósitos personales que satisfacer. Pablo dijo que sabía ser un
"tapete limpia piés" sin resentirse por ello, porque la motivación de su
vida era la devoción a Jesús. Nuestra tendencia es a consagrarnos, pero
no a Jesucristo, sino a las cosas que nos permiten más libertad
espiritual que la que concede la completa sumisión a Él. Ese no fue de
ninguna manera, el motivo de Pablo. En realidad él declaró: "porque
deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis
hermanos..." Rom_9:3. ¿Había perdido Pablo su capacidad para razonar?
¡Por supuesto que no! Para alguien que está enamorado hablar así no es
una exageración. Y Pablo estaba enamorado de Jesucristo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario