La santificación: instantánea e insistente
"Que
el Dios de paz los mantenga completamente dedicados a su servicio. Que
los conserve sin pecado hasta que vuelva nuestro Señor Jesucristo, para
que ni el espíritu ni el alma, ni el cuerpo de ustedes sean hallados
culpables delante de Dios" 1Tesalonicenses 5:23 (TLA)
"Que el mismo Dios de paz os santifique por completo...", 1Ts_5:23
Cuando
le pedimos a Dios en oración que nos santifique, ¿estamos dispuestos a
vivir a la altura de lo que eso realmente significa? Tomamos con mucha
liviandad el término santificación. ¿Estamos dispuestos a pagar el
precio por ella? Este costo implica una fuerte restricción de todos
nuestros intereses terrenales y un amplio cultivo de todos nuestros
intereses en Dios. La santificación significa estar concentrados
profundamente en el punto de vista de Él. Significa resguardar y
mantener toda la fuerza de nuestro cuerpo, alma y espíritu, únicamente
para el propósito divino. ¿Estamos realmente dispuestos a que Dios haga
en nosotros todo aquello para lo cual nos apartó? Y después que haya
ejecutado su obra, ¿estamos dispuestos a apartamos a nosotros mismos
para Dios, así como lo hizo Jesús? "Por ellos yo me santifico a mi
mismo...", Jua_17:19. Algunos de nosotros no hemos participado de la
experiencia de la santificación porque no hemos entendido su significado
desde la perspectiva divina. La santificación significa ser hechos uno
con Jesús, de tal forma que la naturaleza que lo controlaba a Él nos
controle a nosotros también. ¿Estamos realmente preparados para pagar el
precio? Nos va a costar absolutamente todo lo que hay en nosotros que
no es de Dios.
¿Estamos dispuestos a ser arrebatados por la fuerza
de esta oración de Pablo? ¿Estamos preparados para decir: "Señor, hazme
a mí, un pecador salvo por gracia, tan santo como Tú puedas"? Jesús oró
para que fuéramos uno con Él, así como Él es uno con el Padre (ver
Jua_17:21-23). La única evidencia del Espíritu Santo en la vida de una
persona es el inconfundible parecido familiar con Jesucristo y el
desapego de todo lo que no sea como Él ¿Estamos dispuestos a apartarnos
para la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas?

No hay comentarios:
Publicar un comentario