¿Necesito escucharlo?
"Luego
fueron a decirle a Moisés: —Es mejor que seas tú quien nos hable.
Dinos qué debemos hacer, y te obedeceremos. Si Dios nos habla,
podríamos morir" Éxodo 20:19 (TLA)
"Entonces
dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no
hable Dios con nosotros, para que no muramos", Éxo_20:19
No
desobedecemos a Dios de manera consciente y deliberada; sencillamente
no lo escuchamos. Dios nos ha dado sus mandamientos, pero no les
prestamos atención, no por una desobediencia obstinada, sino porque no
lo amamos ni lo respetamos de verdad. Si me amáis, guardaréis mis
mandamientos (Jua_14:15, LBLA). Tan pronto como comprendamos que hemos
estado irrespetando a Dios constantemente, nos sentiremos sumamente
avergonzados y humillados por rechazarlo.
Habla tú con
nosotros..., pero no hable Dios con nosotros... Cuando preferimos
escuchar a sus siervos demostramos lo poco que amamos al Señor. Nos
gusta oír testimonios personales, pero no deseamos que Dios nos hable
personalmente. ¿Por qué nos aterroriza tanto que Él nos hable? Porque
sabemos que cuando habla debemos hacer lo que pide o decirle que no
vamos a obedecer. Pero si apenas escuchamos la voz del siervo, sentimos
que la obediencia es opcional, no imperativa, y reaccionamos diciendo:
"Bueno, esa es simplemente tu idea personal, aunque no niego que es
probable que sea la verdad de Dios".
¿Humillo constantemente al
Señor no tomándolo en cuenta, mientras que Él continúa tratándome
amorosamente como hijo suyo? Cuando por fin lo escucho, la humillación
que le he causado regresa a mí. Entonces, mi respuesta es: "Señor, ¿por
qué fui tan insensible y obstinado?” Cuando comenzamos a escuchar a
Dios, este siempre es el resultado. El verdadero gozo de oírlo a Él se
empaña por la vergüenza de haber tardado tanto tiempo en hacerlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario