La búsqueda sin tregua
"Le
dice la tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se
entristeció de que la tercera vez le preguntara: ¿me quieres?,° y le
dijo: Señor, Tú lo sabes todo; Tú conoces que te quiero. Le dice:
Apacienta mis ovejitas" Juan 21:17 (B.Tx)
"...Apacienta mis ovejas" Jua_21:17
Ese
es el amor que está en proceso de formarse, de construirse. Pero el
amor de Dios no fue creado, no se formó con el tiempo, que hace parte de
su naturaleza. Cuando recibimos al Espíritu Santo, Él nos une a Dios
para que su amor se manifieste en nuestra vida. La finalidad del
Espíritu que mora en nosotros no es sólo unirnos a Dios, sino hacerlo de
tal manera que seamos uno con el Padre, como Jesús lo fue. ¿Qué clase
de unidad tenían ellos? Una unidad tal que Jesucristo obedeció cuando su
Padre lo envió aquí para ser sacrificado por nosotros. Y Él nos dice:
"Como me envió el Padre, así también yo os envío", Jua_20:21.
Por
medio de la revelación que obtuvo por la pregunta directa de Jesús,
Pedro ahora se da cuenta de que realmente lo ama. La siguiente orden del
Señor es: "Sé consumido". "No des testimonio acerca de cuánto me amas y
no hagas declaraciones sobre la maravillosa revelación que has tenido;
sólo apacienta mis ovejas". Jesús tiene algunas ovejas
extraordinariamente raras: ¡Algunas son descuidadas y sucias, otras son
torpes o agresivas y algunas se han extraviado! Pero es imposible agotar
el amor de Dios y es imposible que mi amor por Él, se agote si fluye
del Espíritu de Dios dentro de mí. El amor de Dios no le presta ninguna
atención a las distinciones que hace el hombre natural. Si amo a mi
Señor, no tengo ningún derecho a dejarme guiar por las emociones
naturales; debo apacentar sus ovejas. No vamos a ser liberados o
eximidos de esta comisión. Cuídate de falsificar el amor de Dios
obedeciendo tus propias emociones, tu entendimiento o tus afinidades
naturales. Esto únicamente servirá para blasfemar el verdadero amor de
Dios.

No hay comentarios:
Publicar un comentario