Escuchen (Oswald Chambers)
"Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige. Presten atención y aprendan buen juicio" Proverbios 4:1 (NTV)
“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura” (Pro_4:1)
En
los primeros cuatro versículos de Proverbios 4, Salomón describe cómo
el buen consejo puede y debe ser transmitido de una generación a otra.
Nos dice cómo su padre lo había instruido, y luego se dirige a su hijo
recomendándole encarecidamente que ponga toda su atención a la buena
enseñanza y la sana instrucción.
Es del todo aconsejable que los
jóvenes estén siempre dispuestos a aprender de sus padres tanto como
puedan acerca de los asuntos prácticos de la vida. En la esfera
espiritual todo joven cristiano debería tener también un consejero
espiritual, alguien de toda su confianza con quien pueda hablar con
franqueza y libertad de cualquier tema, y que comparta con él la riqueza
de su experiencia. Cuánto mejor si es el mismo padre quien lleva a cabo
este papel. Pero si no, debe buscar a una persona así.
Los
creyentes maduros y consagrados han acumulado una vasta cantidad de
conocimientos prácticos. Sin duda han experimentado derrotas, pero han
sacado de ellas lecciones valiosas y han aprendido como evitarlas la
siguiente vez. Los cristianos más mayores pueden ver aspectos de un
problema que los jóvenes podrían pasar por alto; han aprendido a ser
equilibrados y a evitar extremos irrazonables.
Un joven sabio,
como lo fue Timoteo, cultivará la amistad y el amor de un Pablo,
tratando de recurrir a su sabiduría y conocimiento. Se guardará de
muchas humillaciones y de cometer muchos errores si consulta a quien ha
pasado por experiencias similares a las suyas. En vez de tratar a los
ancianos con desprecio, honrará a los que han sabido pelear la batalla y
han mantenido un buen testimonio.
Por lo general, los santos de
más edad no presionan a los jóvenes. Saben que ningún consejo es tan
inoportuno como aquel que no es solicitado. Pero, cuando se les
pregunta, siempre están dispuestos a compartir sus pensamientos
penetrantes que serán de gran ayuda a lo largo del camino.
De modo
que si un joven mantiene una dura lucha con la lascivia, o desea saber
cómo encontrar la dirección de Dios, o quiere saber cómo criar una
familia en el Señor, si se pregunta si Dios lo está llamando al campo de
misión, si necesita ayuda para manejar sus finanzas, o desea una vida
de oración más efectiva, sería sabio buscar la ayuda de un guía
espiritual que pueda llevarlo a la luz de la Escritura para que lo
alumbre en su problema particular. Bajo las canas hay a menudo un cúmulo
de sabiduría que puede ser aprovechada. ¿Por qué aprender del modo más
difícil cuando puedes beneficiarte de la visión y las experiencias de
los demás?

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