Entre Libertad y Libertinaje (Oswald Chambers)
"Pero,
si hacen que uno de estos pequeños que confía en mí caiga en pecado,
sería mejor para ustedes que se aten una gran piedra de molino alrededor
del cuello y se ahoguen en las profundidades del mar" Mateo 18:6 (NTV)
“Y
cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en
mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de
asno y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mat_18:6)
Sería
difícil imaginar un método más eficaz e infalible de ahogarse que éste.
La piedra de molino de la que se habla aquí no era aquella pequeña
pieza que se usaba a mano, sino aquella enorme mole que era movida con
un asno. Tener una piedra de molino de ese tamaño prendida alrededor del
cuello significaría ahogarse veloz e irremediablemente.
Nos
sobresaltamos ante la vehemencia de las palabras del Salvador. Parece
retumbar con vigor inusitado contra el pecado de escandalizar a alguno
de Sus pequeños. ¿Qué es lo que le provoca a una ira tan grande?
¡Ilustrémoslo!
Tomemos a un ministro del evangelio que tiene una cola constante de
gente que se acerca a él para recibir consejo. Entre ellas se encuentra
una persona joven esclavizada por algún pecado sexual con una enorme
necesidad de ayuda. él (o ella) ve al ministro como alguien en quien se
puede confiar y que le ayudará a encontrar el camino de la liberación.
Pero en vez de esto, el ministro, inflamado de pasión, le hace
proposiciones indecorosas, y pronto lleva a su aconsejado de vuelta a la
inmoralidad. El (o la) joven es destrozado por esta traición a su
confianza. Al desilusionarse por completo del mundo religioso
posiblemente ha quedado inválido espiritualmente para el resto de su
vida.
Bien puede ser que el ofensor sea un profesor que trabaja
incansablemente para arrebatar a sus alumnos cualquier pizca de fe que
pudieran mostrar. Al sembrar dudas, agrede a la Persona de nuestro Señor
y socava la autoridad de las Escrituras.
Puede tratarse de un
cristiano cuya conducta hace tropezar a un joven creyente. Rebasando la
línea fina entre libertad y libertinaje se involucra en alguna actividad
cuestionable. El joven cristiano interpreta su proceder como una
conducta cristiana aceptable y deja la senda de la vida consagrada para
hundirse en una vida de corrupción y mundanalidad.
Las palabras
solemnes del Salvador deben ponernos sobre aviso. Es un asunto muy grave
contribuir a la perversión ética, moral o espiritual de un menor que le
pertenece. Sería mejor ahogarse en agua literal que ahogarse en un mar
de culpa, desgracia y remordimiento al hacer que uno de Sus pequeños
caiga en el pecado.

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