martes, 29 de mayo de 2012

Una relación imperturbable (Oswald Chambers)



"Ese día pedirán en mi nombre. No digo que pediré al Padre de parte de ustedes, ya que el Padre mismo los ama profundamente, porque ustedes me aman a mí y han creído que vine de Dios" Juan 16:26-27 (NTV)

"En aquel día pediréis en mi nombre… El Padre mismo os ama",  Jua_16:26-27


En aquel día pediréis en mi nombre, es decir, en mi naturaleza. No, "emplearéis mi nombre como una palabra mágica, sino, seréis tan íntimos conmigo, que tú y yo seremos uno". Aquel día no es un día en el futuro, sino que implica el aquí y el ahora. "El Padre mismo os ama". El amor del Padre demuestra que nuestra unión con Jesús es completa y absoluta. El Señor no quiso decir que nuestra vida estaría libre de dificultades e incertidumbres externas; sino que, así como Él conoció el corazón y la mente del Padre, por el bautismo del Espiritu Santo Él puede elevarnos a los lugares celestiales donde nos revela las enseñanzas de Dios.
"Todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre", Jua_16:23. Aquel día es un día de paz y de una relación imperturbable entre Dios y el creyente. Así como Jesús fue puro y sin mancha en la presencia de su Padre, por la poderosa eficiencia del bautismo del Espíritu Santo, nosotros también podemos ser elevados hasta esa relación: Para que sean uno, así como también nosotros somos uno", Jua_17:22. "Os lo dará", Jua_16:23. Jesús dijo que Dios reconocerá y contestará nuestras oraciones por causa de su nombre. ¡Qué desafío e invitación! Por el poder de resurrección y ascensión de Jesús y por el Espíritu Santo que nos ha sido dado, podemos ser levantados hasta esa relación. Una vez que Jesucristo nos coloca en esa maravillosa posición, podemos orar a Dios en su nombre, es decir, en su naturaleza. Este es un regalo que nos ha sido dado por el Espíritu Santo. Jesús dijo: "Todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará". El carácter soberano de Jesucristo se pone a prueba por sus propias declaraciones.



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