Sal 73:24 Me guiarás con tu consejo, Y después me recibirás en gloria (BTx 3)
“Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria.” Sal_73:24. De
día en día y de año en año mi fe cree en la sabiduría y en el amor de
Dios, y yo sé que no habré creído en vano. Ninguna buena palabra Suya ha
sido en vano, y yo estoy seguro de que ninguna caerá en tierra.
Me
pongo en Su mano para que me guíe. Yo no sé el camino que he de elegir:
el Señor habrá de elegir por mí mi herencia. Yo necesito consejo y
guía; mis deberes son intrincados y mi condición es comprometida. Yo
consulto al Señor de la misma manera que antiguamente el Sumo Sacerdote
consultaba su Urim y su Tumim. Yo busco el infalible consejo de Dios por
encima de mi propio juicio o del consejo de amigos. ¡Glorioso Jehová,
Tú has de guiarme!
Pronto
vendrá el fin: unos cuantos años más y habré de partir de este mundo
para ir al Padre. Mi Señor estará cerca de mi cama. Él me recibirá en
las puertas del cielo: Él me dará la bienvenida a la tierra de gloria.
No seré un extraño en el cielo: mi propio Dios y Padre me recibirá en la
eterna bienaventuranza del cielo.
GLORIA SEA DADA A ÉL, QUE HA DE GUIARME AQUÍ, Y ME RECIBIRÁ EN EL MÁS ALLÁ. AMÉN.
Charles H. Spurgeon
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jua
13:1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que había llegado
su hora para que pasara de este mundo al Padre, habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo (BTx 3)
“Como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.” Jua_13:1. Este
hecho es esencialmente una promesa; pues el Señor es lo que fue, y será
para todos Sus amados lo que fue para aquellos con quienes convivió en
la tierra mientras la luna permanezca.
“Había amado”: ¡esto es una maravilla! Que haya amado a los hombres es una maravilla.
¿Qué había en Sus pobres discípulos para que los amara? ¿Qué hay en mí?
Pero
cuando Él ha comenzado a amar, está en Su naturaleza continuar
haciéndolo. El amor convirtió a los santos en “los suyos”. ¡Qué título
tan escogido! Él los compró con sangre y ellos se convirtieron en Su
tesoro. Siendo Suyos, Él no los perderá. Siendo Sus amados, no cesará de
amarlos. ¡Alma mía, Él no cesará de amarte!
El
texto es muy bueno como está: “hasta el fin”, incluso hasta la muerte,
la pasión rectora del amor a los Suyos reinó en Su sagrado pecho.
También significa hasta lo sumo. No podía amarlos más: se entregó por
ellos. Algunos lo traducen: a la perfección. En verdad Él derramó sobre
ellos un amor perfecto, en el que no había mancha ni falla, ni
imprudencia, ni infidelidad, ni reserva.
Así es el amor de Jesús para cada uno de los que constituyen Su pueblo. Cantemos un cántico a nuestro Bienamado.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
46:4 Hasta vuestra vejez Yo seré el mismo, Y hasta la ancianidad
cargaré con vosotros. Yo lo he hecho, y os seguiré llevando; Yo cargaré
con vosotros y os salvaré (BTx 3)
“Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo: yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.” Isa_46:4. El
año ya está muy viejo, y he aquí una promesa para nuestros amigos
ancianos; sí, y también para todos nosotros, cuando la ancianidad se
apodere de nosotros. Si vivimos lo suficiente, todos tendremos cabellos
grises; por tanto, muy bien podemos disfrutar de esta promesa con la
visión anticipada de la fe.
Cuando
nos volvamos viejos, nuestro Dios todavía será el YO SOY, y permanecerá
por siempre siendo el mismo. Los cabellos blancos hablan de nuestro
deterioro, pero Él no experimenta deterioro. Cuando no podamos llevar
ningún peso, y a duras penas podamos sostenernos, el Señor cargará con
nosotros. De la misma manera que en nuestros años mozos Él nos cargó
como ovejas en Su pecho, lo mismo hará en nuestros años de debilidad.
Él
nos hizo, y Él nos cuidará. Cuando nos convirtamos en una carga para
nuestros amigos, y en un peso para nosotros mismos, el Señor no nos
arrojará con una sacudida, sino más bien nos alzará y nos cargará y nos
librará más plenamente que nunca. En muchos casos el Señor otorga a Sus
siervos un atardecer prolongado y tranquilo. Ellos trabajaron arduamente
durante todo el día y se desgastaron en el servicio de su Señor, y por
eso les dijo: “Ahora reposen en anticipación de aquel Día de Reposo
eterno que he preparado para ustedes.” No hemos de temer a la vejez.
Hemos de envejecer graciosamente, puesto que el propio Señor está con
nosotros en la plenitud de la gracia.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Heb
13:5 Vuestra manera de vivir sea sin avaricia de dinero, estad
satisfechos con las cosas que tenéis, porque Él dijo: No te dejaré ni te
desampararé (BTx 3)
“Porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.” Heb_13:5. El
Señor dijo esto varias veces en las Escrituras. Lo repitió a menudo
para confirmar doblemente nuestra garantía. Nunca hemos de albergar
ninguna duda al respecto. La promesa es en sí especialmente enfática. En
el griego contiene cinco negaciones, y cada una excluye en definitiva
la posibilidad de que el Señor deje a un miembro de Su pueblo en tal
condición que se sienta justamente abandonado por Dios. Esta invaluable
Escritura no nos promete quedar exentos de problemas, pero nos protege
en contra de la deserción.
Podríamos
ser llamados a transitar por extraños caminos, pero siempre tendremos
la compañía, la ayuda y la provisión de nuestro Señor. No necesitamos
codiciar dinero, pues siempre tendremos a nuestro Dios, y Dios es mejor
que el oro, y Su favor es mejor que la fortuna.
Ciertamente
debemos estar contentos con las cosas que tenemos, pues quien tiene a
Dios, tiene algo más que el mundo entero. ¿Qué más podríamos desear que
la Bondad Todopoderosa?
Vamos,
corazón mío, si Dios dice que nunca te desamparará, entrégate a la
oración pidiendo gracia para que no te apartes de tu Señor, y para que
ni por un instante abandones Sus caminos.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
54:10 Aunque los montes se muevan y tiemblen los collados, Mi
misericordia no se alejará de ti, Ni será anulado mi pacto de paz, Dice
YHVH, que tiene compasión de ti (BTx 3)
“Porque
los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de
ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová,
el que tiene misericordia de ti.” Isa_54:10. Una
de las cualidades más encantadoras del amor divino es su carácter
permanente. Las columnas de la tierra podrían ser alzadas de sus
lugares, pero la misericordia y el pacto de nuestro longánimo Jehová
nunca se apartan de Su pueblo. ¡Cuán feliz se siente mi alma con una
firme creencia en esta declaración inspirada! El año casi ha terminado, y
los años que me quedan son cada vez más escasos, pero el tiempo no
cambia a mi Señor. Nuevas lámparas ocupan el lugar de las viejas, y hay
un cambio perpetuo en todas las cosas; pero nuestro Señor es el mismo
siempre. La fuerza trastorna a los collados, pero ningún poder
concebible puede afectar al Dios eterno. Nada en el pasado, ni en el
presente ni en el futuro puede hacer que Jehová sea áspero conmigo.
Alma mía, descansa en la eterna misericordia del Señor, que te trata como a un familiar.
Recuerda
también el pacto eterno. Dios lo tiene siempre presente: asegúrate de
tenerlo presente tú también. En Cristo Jesús el Dios glorioso se ha
comprometido contigo a ser tu Dios, y a conservarte como uno de Su
pueblo. La misericordia y el pacto: considera estas palabras como cosas
seguras y duraderas que ni la propia eternidad te podría arrebatar.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Mat 26:33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos serán escandalizados a causa tuya, yo nunca seré escandalizado (BTx 3)
“Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.” Mat_26:33. “Cómo” -podría exclamar alguien- “esta no es una promesa de Dios.”
Eso
es correcto, pero fue una promesa de un hombre, y por tanto, se
convirtió en nada: Pedro pensó que estaba diciendo algo que cumpliría
con seguridad; pero una promesa que no tiene un mejor cimiento que una
resolución humana, caerá a tierra. Tan pronto surgió la tentación, Pedro
negó a su Señor, y recurrió a juramentos para confirmar su negación.
¿Qué
es la palabra de un hombre? Una vasija de barro que se quiebra con un
golpe. ¿Qué cosa es tu propia resolución? Un capullo que, con el cuidado
de Dios, puede convertirse en fruto, pero que, dejado a sí mismo, caerá
al suelo con el primer viento que agite la rama.
De la palabra de un hombre pende únicamente lo que pueda soportar.
No dependas en absoluto de tu propia resolución.
De
la promesa de tu Dios penden el tiempo y la eternidad, este mundo y el
venidero, tu todo y el todo de todos tus seres queridos.
Este
volumen es una chequera para creyentes, y esta página tiene el
propósito de ser una advertencia en cuanto a cuál banco acuden, y cuál
firma de cheques aceptan. Apóyense en Jesús sin límites. No confíen en
ustedes ni en nadie nacido de mujer, más allá de los debidos límites;
pero confíen única y plenamente en el Señor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Hch
1:11 Y les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?
Este Jesús, que fue tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo
contemplasteis yendo al cielo (BTx 3)
“Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Hch_1:11. Muchos
están celebrando en este día la primera venida del Señor; volvamos
nuestros pensamientos a la promesa de Su segunda venida. Esta es tan
cierta como el primer advenimiento, y deriva de ella una gran medida de
su certidumbre. Aquel que vino como un humilde hombre para servir,
vendrá con seguridad para recibir la recompensa de Su servicio. Aquel
que vino para sufrir no se demorará en venir para reinar.
Esta
es nuestra gloriosa esperanza, pues compartiremos Su gozo. Hoy nos
encontramos en nuestra ocultación y humillación, de la misma manera que
se encontró Él mientras estuvo aquí abajo; pero cuando Él venga, será
nuestra manifestación al tiempo que será Su revelación. Los santos
muertos vivirán en Su aparición. Los denigrados y los despreciados
resplandecerán como el sol en el reino de Su Padre. Entonces los santos
se mostrarán como
reyes
y sacerdotes, y los días de su lamentación habrán llegado a un término.
El prolongado reposo y el esplendor inconcebible del reino del milenio
serán una recompensa abundante para las épocas de testimonios y de
guerras.
¡Oh,
que el Señor venga! ¡Él viene! Él viene en camino y se aproxima
rápidamente. ¡El sonido de Su llegada ha de ser como música para
nuestros corazones! ¡Que tañan las campanas de la esperanza!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Deu
33:29 ¡Bienaventurado tú, oh Israel! ¡Quién como tú, oh pueblo salvado
por YHVH, Tu escudo protector, Y espada de tu grandeza! Tus enemigos te
adularán, Mientras tú pisoteas sus alturas (BTx 3)
“Tus enemigos tratarán de engañarte.” Deu_33:29. (Biblia de Jerusalén) Ese archienemigo, el diablo, es un mentiroso desde el principio; pero es tan convincente
que, al igual que nuestra madre Eva, somos conducidos a creerle. Sin embargo, en nuestra
experiencia comprobaremos que es un mentiroso.
El
dice que caeremos de la gracia, que deshonraremos nuestra profesión, y
que pereceremos con la condenación de los apóstatas; pero, confiando en
el Señor Jesús, nos mantendremos en nuestro camino y comprobaremos que
Jesús no pierde ninguno de los que Su Padre le ha dado. Él nos dice que
nuestro pan faltará, y que moriremos de hambre con nuestros hijos; sin
embargo, el Alimentador de los cuervos no nos ha olvidado todavía, y
nunca lo hará, sino que nos adereza mesa en presencia de nuestros
angustiadores.
Él
nos susurra que el Señor no nos librará de la prueba que se vislumbra a
la distancia, y amenaza diciendo que la última onza romperá el lomo del
camello. ¡Es un gran mentiroso!
Pues
el Señor no nos dejará nunca, ni nos abandonará. “¡Líbrele ahora!”,
grita ahora el falso demonio: pero el Señor lo acallará viniendo a
nuestro rescate.
Él
se deleita grandemente diciéndonos que la muerte demostrará ser
demasiado para nosotros. “¿Cómo harás en la espesura del Jordán?” Pero
allí también comprobará que nos miente, y atravesaremos el río cantando
salmos de gloria.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Deu
33:13 De José dijo: Bendita por YHVH sea su tierra, Con la excelencia
del rocío de los cielos, Y con el hondo manantial que yace abajo (BTx 3)
“A
José dijo: bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos,
con el rocío, y con el abismo que está abajo.” Deu_33:13. Nosotros
podemos ser ricos con las mismas cosas que obtuvo José, y podemos
alcanzarlas en un sentido más elevado. ¡Oh, que tuviéramos “lo mejor de
los cielos”! El poder con Dios, y la manifestación del poder de Dios,
son cosas sumamente preciosas. Queremos disfrutar de la paz de Dios, del
gozo del Señor, de la gloria de nuestro Dios. Valoramos mucho más que
el oro finísimo, la bendición de las tres divinas Personas en amor, en
gracia, y comunión. Las cosas de la tierra son como nada en cuanto a
preciosidad, comparadas con las cosas del cielo.
“El
rocío”. ¡Cuán precioso es esto! ¡Cómo oramos y alabamos, cuando tenemos
el rocío! ¡Qué refrigerio, qué crecimiento, qué perfume, qué vida hay
en nosotros cuando el rocío abunda! Por encima de todas las demás cosas,
como plantas plantadas por la propia diestra
del Señor, necesitamos el rocío de Su Santo Espíritu.
“El
abismo que está abajo.” Seguramente esto se refiere a ese océano
invisible subterráneo que suministra todos los frescos manantiales que
alegran la tierra. ¡Oh, conectarse con las fuentes eternas! Esta es una
bendición indecible; ningún creyente ha de descansar hasta poseerla. La
toda-suficiencia de Jehová es nuestra para siempre. Recurramos a ella
ahora.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 46:1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (BTx 3)
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Sal_46:1. Una
ayuda que no es pronta cuando la necesitamos, es de poco valor. El
ancla que se deja en casa no es útil para el marinero en la hora de
tormenta; el dinero que el deudor solía tener, no tiene ningún valor
cuando hay una demanda judicial en su contra. Muy pocos auxilios
terrenales podrían ser llamados “prontos”: usualmente están lejos cuando
se les busca, se pueden utilizar con dificultad, y se alejan todavía
más una vez usados. Pero en cuanto al Señor nuestro Dios, Él está
disponible cuando le buscamos, disponible cuando le necesitamos, y
disponible cuando ya hemos gozado de Su ayuda.
Está
más que “disponible”, Él está muy disponible. Más disponible de lo que
puede estar el amigo más cercano, pues Él está en nosotros en nuestra
tribulación; más disponible de lo que estamos nosotros para nosotros
mismos, pues algunas veces carecemos de presencia de ánimo. Él está
siempre disponible, eficazmente disponible, simpáticamente disponible,
completamente disponible. Él está disponible ahora si esta es una
estación sombría.
Descansemos
en Él. Él es nuestro amparo, ocultémonos en Él; Él es nuestra
fortaleza, guarnezcámonos con Él; Él es nuestro auxilio, apoyémonos en
Él; Él es nuestra pronta ayuda, reposemos en Él ahora. No debemos
preocuparnos ni un momento, ni debemos temer ni un instante. “Jehová de
los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Miq
7:19 Y volverá a compadecerse, Y sepultará nuestras iniquidades, Y
echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados (BTx 3)
“El
volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras
iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”
Miq_7:19. Dios
nunca se aparta de Su amor, pero pronto se aparta de Su ira. Su amor
por Sus escogidos es de acuerdo a Su naturaleza, pero Su ira es sólo de
acuerdo a Su oficio: Él ama porque es amor, y frunce Su entrecejo porque
es necesario para nuestro bien. Él volverá al lugar en el que descansa
Su corazón, es decir, Su amor por los Suyos, y entonces tendrá compasión
de nuestras aflicciones y les pondrá un término.
Qué
promesa tan especial es esta: “¡Sepultará nuestras iniquidades!” Él las
vencerá. Ellas procuran esclavizarnos, pero el Señor, con Su propia
diestra, nos dará la victoria sobre ellas. Como los cananeos, serán
derrotadas, puestas bajo el yugo, y al final serán suprimidas.
En
cuanto a la culpa de nuestros pecados, ¡cuán gloriosamente es quitada!
“Todos nuestros pecados”: todo el ejército de ellos; “echará”: sólo un
brazo todopoderoso podría realizar tal maravilla; “en lo profundo del
mar”: donde Faraón y sus carros se hundieron. No en las partes poco
profundas, donde la marea pudiera sacarlos a la superficie, sino que “en
lo profundo” serán sumergidos nuestros pecados. Todos han desaparecido.
Se hundieron como una piedra en el fondo. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa 51:12 Yo, Yo soy quien os consuela, ¿Quién eres tú para que temas al mortal; A hombres, que son como la hierba,
Isa
51:13 Y te hayas olvidado de YHVH, tu Hacedor, Que extendió los cielos y
cimentó la tierra, Y tiembles continuamente, todos los días, Ante la
furia del opresor cuando se apresta a destruir? ¿Dónde ha quedado la
furia del opresor? (BTx 3)
“Yo,
yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del
hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Y ya te
has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la
tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige,
cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que
aflige?” Isa_51:12-13. El
texto mismo ha de ser tomado como la porción para hoy. No hay necesidad
de abundar sobre él. Tú que tiemblas, léelo, créelo, aliméntate de él, y
arguméntalo delante del Señor.
La
persona que temes es, después de todo, sólo un hombre; mientras que
quien promete consolarte es Dios, tu Hacedor, y el Creador del cielo y
de la tierra. El consuelo infinito protege con creces de un peligro muy
limitado.
“¿Dónde
está el furor del que aflige?” Está en la mano del Señor. Es únicamente
la furia de una criatura moribunda; furia que llegará a un fin tan
pronto como el aliento abandone las fosas nasales. ¿Por qué, entonces,
deberíamos temer a alguien que es tan frágil como nosotros mismos? No
deshonremos a nuestro Dios convirtiendo en un dios al hombre
insignificante. Podemos convertir en un ídolo a un hombre, teniéndole un
miedo excesivo o rindiéndole un amor desordenado. Tratemos a los
hombres como hombres, y a Dios como Dios; y entonces proseguiremos
calmadamente por el sendero del deber, temiendo a Dios, y no temiendo a
nadie más.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 34:20 Él guarda todos sus huesos, Ni uno de ellos será quebrantado. (BTx 3)
“El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.” Sal_34:20. Por
el contexto, esta promesa está dirigida al hombre justo muy afligido:
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará
Jehová.” Podría sufrir heridas en su piel y
heridas en su carne, pero no se le hará mayor daño, “ni un hueso suyo será quebrantado.”
Esto
es un gran consuelo para un atribulado hijo de Dios, y un consuelo que
me apresuro a aceptar; pues hasta esta hora no he sufrido un daño real
por mis muchas aflicciones. No he perdido fe, ni esperanza, ni amor. Es
más, lejos de perder estos huesos del carácter, han ganado en fortaleza y
energía. Tengo más conocimiento, más experiencia, más paciencia, más
firmeza de los que tenía antes de que vinieran las pruebas. Ni siquiera
mi gozo ha sido destruido. Muchas contusiones he recibido por
enfermedad, luto, depresión, calumnia y oposición; pero la contusión fue
sanada, y no he sufrido fractura compuesta de hueso, y ni siquiera una
fractura simple. La razón no está lejos para que necesite buscarse. Si
confiamos en el Señor, Él guarda todos nuestros huesos; y si Él los
guarda, podemos estar seguros que ni uno solo de ellos será
quebrantado.
Vamos, corazón mío, no te aflijas. Te estás doliendo, pero no hay huesos rotos. Soporta la dureza, y desafía al miedo.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa 31:5 Como ave que revolotea,° Así amparará YHVH Sebaot a Jerusalem, Amparando y salvando, Perdonando y libertando (BTx 3)
“Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén.” Isa_31:5. Con
ala presurosa la madre de los pajaritos vuela veloz para proteger a sus
polluelos. No pierde ni un momento en su camino cuando se acerca para
proporcionarles comida, o guardarlos del peligro. Así vendrá el Señor
como sobre alas de águila, para la defensa de Sus escogidos; sí,
cabalgará sobre las alas del viento.
Con
alas desplegadas la madre cubre a sus pequeñuelos en el nido. Los
oculta interponiendo su propio cuerpo. La madre transmite su propio
calor a sus polluelos, y hace
de
sus alas una casa en la que habitan como en su hogar. De la misma
manera el propio Jehová se convierte en la protección de Sus elegidos.
Él mismo es su refugio, su morada, su
todo.
Como
pájaro volando, y pájaro protegiendo (pues la palabra significa ambas
cosas), así será el Señor para nosotros: y lo será repetida y
exitosamente. Hemos de ser defendidos y preservados de todo mal: el
Señor, que se compara a los pájaros, no será como ellos en su debilidad,
pues Él es Jehová de los ejércitos. Que este sea nuestro consuelo: que
el amor todopoderoso sea veloz para socorrernos, y seguro para
cubrirnos. El ala de Dios es más rápida y más tierna que el ala de un
pájaro, y nosotros pondremos nuestra confianza bajo Su sombra a partir
de este momento y para siempre.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

1Ts
4:17 Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro
con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (BTx 3)
“Y así estaremos siempre con el Señor.” 1Ts_4:17. Mientras
estemos aquí, el Señor está con nosotros, y cuando somos llamados a
partir, estamos con Él. No se puede separar al santo de su Salvador.
Ellos son uno, y siempre han de ser uno: Jesús no puede estar sin Su
propio pueblo, pues sería una cabeza sin un cuerpo. Ya sea que seamos
arrebatados en el aire, o que descansemos en el Paraíso, o que
permanezcamos aquí, estamos con Jesús; ¿y quién nos apartará de Él?
¡Qué
gozo es este! Nuestro honor supremo, nuestro descanso, nuestro consuelo
y nuestro deleite, es estar con el Señor. No podemos concebir nada que
sobrepase o que ni siquiera iguale esta sociedad divina. Por una santa
comunión hemos de estar con Él en Su humillación, en Su rechazo, en Su
sufrimiento, y luego estaremos con Él en Su gloria. Antes de mucho
estaremos con Él en Su reposo y en Su realeza, en Su expectación y en Su
manifestación. Nos irá como a Él le vaya, y triunfaremos conforme Él
triunfe.
Oh
Señor mío, si he de estar siempre contigo, tengo un destino
incomparable. No envidiaré a un arcángel. Estar para siempre con el
Señor es mi idea suprema del cielo. La gloria para mí no son las arpas
de oro, ni las coronas inmarcesibles, ni la luz sin nubes; sino el
propio Jesús, y yo con Él para siempre en una comunión íntima y
amorosa.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jos
17:18 sino que la serranía será tuya, aunque es bosque, tú lo talarás, y
serán tuyos sus términos, porque desposeerás al cananeo aunque tenga
carros de hierro y aunque sea fuerte (BTx 3)
“Porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte.” Jos_17:18. Tener
la certeza de la victoria es un gran estímulo que nos da valor, pues
entonces el hombre sale confiado a la guerra, y se aventura en lugares a
los que de otra manera habría estado temeroso de ir. Nuestra guerra es
contra el mal que está dentro de nosotros y a nuestro alrededor, y hemos
de estar persuadidos de que somos capaces de obtener la victoria, y de
que lo haremos en el nombre del Señor Jesús. No estamos cabalgando para
caernos, sino para triunfar; y triunfaremos. Dios, en Su omnipotencia,
ejerce Su gracia para el derrocamiento del mal en toda forma: de aquí la
certeza del triunfo.
Ciertos
de nuestros pecados encuentran carros herrados en nuestra constitución,
en nuestros hábitos anteriores, en nuestras compañías, y en nuestras
ocupaciones. Sin embargo, hemos de vencerlos. Son muy fuertes, y en
referencia a ellos nosotros somos muy débiles; no obstante, en el nombre
de Dios hemos de vencerlos, y lo haremos. Si un pecado tiene dominio
sobre nosotros, entonces no somos los hombres libres del Señor. El
hombre que está sujeto por una sola cadena es todavía un cautivo. No hay
tal cosa como ir al cielo si un pecado gobierna en nuestro interior,
pues de los santos se dice: “el pecado no se enseñoreará de vosotros.
¡Arriba, entonces, maten a todo cananeo, hagan añicos todo carro
herrado! El Dios de los ejércitos está con nosotros, ¿y quién resistirá
Su poder que destruye
al pecado?
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
2:4 Él juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos. De
sus espadas forjarán arados y de sus lanzas, hoces; No alzará la espada
nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra (BTx 3)
“Y
volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no
alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la
guerra.” Isa_2:4. ¡Oh,
que estos tiempos felices ya hubiesen llegado! En el momento presente,
las naciones están fuertemente armadas, e inventan todavía armas más y
más terribles, como si el principal objetivo del hombre sólo pudiese ser
cumplido destruyendo a miríadas de sus semejantes. Sin embargo, la paz
prevalecerá un día; sí, y prevalecerá de tal manera que los instrumentos
de destrucción serán moldeados con otras formas y utilizados para
mejores propósitos.
¿Cómo
se dará esto? ¿Por el comercio? ¿Por medio de la civilización? ¿A
través del arbitraje? No lo creemos. La experiencia pasada nos impide
confiar en instrumentos tan débiles. La paz será establecida únicamente
por el reinado del Príncipe de Paz. Él ha de enseñar al pueblo por Su
Espíritu, ha de renovar los corazones por Su gracia, y ha de reinar en
ellos por Su poder supremo, y entonces ellos cesarán de herir y matar.
El hombre es un monstruo una vez que su sangre está hirviendo, y
solamente el Señor Jesús puede convertir a este león en un cordero. Al
cambiar el corazón del hombre, sus pasiones sedientas de sangre son
dominadas. Que cada lector de este libro de promesas ofrezca hoy una
oración especial al Señor y Dador de Paz, para que ponga prontamente un
fin a la guerra, y establezca la concordia en el mundo entero.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Apo
21:5 Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí que hago nuevas
todas las cosas, y dijo: Escribe: Estas palabras son fieles y verdaderas
(BTx 3)
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.” Rev_21:5. ¡Gloria
sea dada a Su nombre! Todas las cosas necesitan ser renovadas, pues
están tristemente estropeadas y desgastadas por el pecado. Ya es tiempo
que la vieja vestidura sea enrollada y puesta aparte, y que la creación
de ponga su traje dominguero. Pero nadie más puede renovar todas las
cosas excepto el Señor, que las hizo al principio; pues se necesita el
mismo poder para hacer algo de lo malo, que para hacer algo de la nada.
Nuestro Señor Jesús ha asumido la tarea, y Él es plenamente competente
para llevarla a cabo. Él ya ha comenzado Su labor, y por siglos ha
perseverado en regenerar los corazones de los hombres, y el orden de la
sociedad. Gradualmente hará nueva toda la constitución del gobierno
humano, y la naturaleza humana será transformada por Su gracia; y el día
vendrá en el que el propio cuerpo será cambiado y conformado a
semejanza de Su cuerpo glorioso.
¡Qué
gozo es pertenecer a un reino en el que todo está siendo renovado por
el poder de su Rey! No nos estamos muriendo: nos estamos apresurando a
una vida más gloriosa. A pesar de la oposición de los poderes del mal,
nuestro glorioso Señor Jesucristo está cumpliendo Su propósito, y
haciéndonos a nosotros y a todas las cosas que nos rodean, “nuevos”, y
tan llenos de belleza como cuando salieron al principio de la mano del
Señor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Zac
14:7 Será un día, el cual es conocido por YHVH, que no será ni día ni
noche, sino que al anochecer seguirá habiendo luz (BTx 3)
“Pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.” Zac_14:7. Es
una sorpresa que esto sea así, pues la amenaza de todas las cosas es
que al caer la tarde oscurecerá. Dios suele obrar de una manera tan por
encima de nuestros miedos y más allá de nuestras esperanzas que nos
quedamos grandemente sorprendidos, y somos conducidos a alabar Su gracia
soberana. No, no sucederá con nosotros como nuestros corazones están
profetizando: la oscuridad no se profundizará en medianoche, sino que
súbitamente se esclarecerá como el día. No debemos desesperar nunca. En
los peores momentos confiemos en el Señor que torna la oscuridad de la
sombra de muerte en mañana. Cuando la tarea de ladrillo es aumentada,
Moisés aparece, y cuando abunda la tribulación, está más cerca de su
fin.
Esta
promesa debía ayudar a nuestra paciencia. La luz no puede venir
plenamente mientras nuestras esperanzas estén bastante disminuidas por
esperar todo el día sin propósito alguno.
Para
el malvado el sol se pone cuando todavía es de día: para el justo el
sol se levanta cuando todavía es de noche. ¿No podemos esperar con
paciencia esa luz celestial, que podría tardar en llegar, pero que con
seguridad demostrará ser muy digna de la espera? Vamos, alma mía, toma
tu parábola y cántale a Él, que te bendecirá en la vida y en la muerte
de una manera que sobrepasa todo lo que la naturaleza pudiere ver jamás
en su punto culminante.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

“En quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” Isa_30:15. Estar
inquietándose y preocupándose, cuestionando y desconfiando es siempre
una debilidad. ¿Qué podríamos hacer si nos consumiéramos hasta quedar en
los huesos y en la piel? ¿Acaso podríamos ganar algo por tener miedo o
por irritarnos? ¿Acaso no nos estaríamos volviendo incapaces para la
acción, y trastornaríamos nuestras mentes para cualquier sabia decisión?
Nos estamos hundiendo con nuestros esfuerzos cuando podríamos flotar
por la fe.
¡Oh,
que tuviéramos gracia para quedarnos quietos! ¿Para qué correr de casa
en casa repitiendo la gastada historia y enfermándonos más y más del
corazón conforme la decimos? ¿Por qué quedarnos en casa clamando en
agonía por causa de desventurados presentimientos que podrían no
cumplirse jamás? Sería bueno mantener quieta la lengua, pero sería
muchísimo mejor si tuviéramos quieto el corazón. ¡Oh, quedarnos quietos y
saber que Jehová es Dios!
¡Oh,
que tuviéramos gracia para confiar en Dios! El Santo de Israel ha de
defender y liberar a los Suyos. Él no puede volverse de Sus solemnes
declaraciones. Podemos estar seguros de que cada palabra de Su voluntad
permanecerá aunque las montañas fueran trasladadas.
Él
es digno de toda confianza; y si mostráramos confianza y la consecuente
tranquilidad, seríamos tan felices como los espíritus que están delante
del trono.
Vamos, alma mía, regresa a tu reposo, y apoya tu cabeza sobre el pecho del Señor Jesús.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 37:3 Confía en YHVH y practica el bien; Habita en la tierra y apaciéntate de la fidelidad (BTx 3)
“Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.” Sal_37:3 Confía
y haz son palabras que se concatenan muy bien, en el orden en que el
Espíritu Santo las ha colocado. Hemos de tener fe, y esa fe debe obrar.
La confianza en Dios nos pone en la obra santa: confiamos en Dios para
el bien, y luego hacemos el bien. No nos quedamos quietos porque
confiamos, sino que nos levantamos y esperamos que el Señor obre a
través nuestro y por nosotros. No nos corresponde preocuparnos y hacer
el mal, sino confiar y hacer el bien. No confiamos sin hacer, ni hacemos
sin confiar.
Los
adversarios quieren erradicarnos, si pudieran; pero confiando y
haciendo, habitamos en la tierra. No entraremos en Egipto, sino que
permaneceremos en la tierra de Emanuel: la providencia de Dios, la
tierra de Canaán del amor del pacto. No se pueden deshacer de nosotros
tan fácilmente como suponen los enemigos del Señor. No pueden echarnos
fuera, ni destruirnos: allí donde Dios nos ha dado un nombre y un lugar,
allí moraremos.
Pero,
¿qué pasa con la provisión de nuestras necesidades? El Señor ha puesto
un ‘en verdad’ a esta promesa. Tan cierto como que Dios es fiel, Su
pueblo será alimentado. A ellos les corresponde confiar y hacer, y el
Señor actuará de conformidad a su confianza. Si no son alimentados por
los cuervos, o alimentados por Abdías, o alimentados por una viuda, de
alguna manera ellos serán alimentados. ¡Fuera los temores!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Éxo
23:22 Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que te hablo,
tendré enemistad con tus enemigos y tendré aversión hacia tus
adversarios (BTx 3)
“Pero
si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré
enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.”
Éxo_23:22. Cristo,
el Señor, ha de ser reconocido y obedecido en medio de Su pueblo. Él es
el Virrey de Dios, y habla en nombre del Padre, y nuestra
responsabilidad es hacer sin reservas e inmediatamente lo que Él ordene.
Perderíamos la promesa si desatendemos el precepto.
¡Cuán
grande es la bendición para la plena obediencia! El Señor establece una
alianza con Su pueblo, tanto a la ofensiva como a la defensiva. Él
bendecirá a quienes nos bendicen, y maldecirá a quienes nos maldigan.
Dios irá en corazón y alma con Su pueblo, y tomará la posición de ellos
con profunda simpatía. ¡Qué protección nos garantiza esto! No
necesitamos preocuparnos por nuestros adversarios, cuando se nos asegura
que se han convertido en los adversarios de Dios. Si Jehová ha asumido
nuestra contienda, podemos dejar a los enemigos en Sus manos.
En
lo que concierne a nuestro interés, nosotros no tenemos enemigos; pero
por la causa de la verdad y de la justicia, tomamos las armas y salimos
al conflicto. En esta guerra santa, estamos aliados con el eterno Dios, y
si obedecemos cuidadosamente la ley de nuestro Señor Jesús, Él está
comprometido a emplear todo Su poder en favor nuestro. Por esa razón no
tememos a nadie.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Mar 9:23 Jesús le dijo: ¿Si puedes?° ¡Todo es posible para el que cree! (BTx 3)
“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Mar_9:23. Nuestra
incredulidad es el mayor obstáculo en nuestro camino; de hecho, no hay
otra dificultad real en lo relativo a nuestro progreso y a nuestra
prosperidad espiritual. El Señor puede hacerlo todo; pero cuando Él
establece como regla que de acuerdo a nuestra fe así nos será hecho,
nuestra incredulidad ata las manos de Su omnipotencia.
Sí,
las confederaciones del mal serán dispersadas si tenemos fe. La verdad
despreciada alzará su cabeza si confiamos en el Dios de la verdad.
Podríamos aguantar el peso de la tribulación, o atravesar ilesos en
medio de las olas de la calamidad, si pudiéramos ceñir nuestros lomos
con el cinturón de la paz, ese cinturón que es abrochado por las manos
de la confianza.
¿En
qué no podemos creer? ¿Es posible que creamos en todo excepto que
creamos en Dios? Sin embargo, Él es siempre sincero; ¿por qué no creemos
en Él? Él es siempre fiel a Su palabra; ¿por qué no podemos confiar en
Él? Cuando nos encontramos en una condición de recto corazón, la fe no
cuesta mayor esfuerzo: entonces confiar en Dios es tan natural para
nosotros como es para un niño confiar en su padre.
Lo
peor es que podemos creer a Dios acerca de todo con excepción de la
presente tribulación abrumadora. Esto es necedad. Vamos, alma mía,
sacude esa pecaminosidad, y confía al Señor tu carga, tu labor, la
ansiedad de este presente. Cumplido esto, todo ha sido cumplido.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jua
12:26 Si alguno me sirve,° sígame; y donde Yo estoy, allí también
estará mi servidor. Si alguno me sirve, el° Padre lo honrará (BTx 3)
“Si
alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi
servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” Jua_12:26. El
servicio más elevado es imitación. Si yo quiero ser el siervo de
Cristo, he de ser Su seguidor. Hacer como hizo Jesús es la forma más
segura de honrar Su nombre. He de tener esto en mente cada día.
Si
imito a Jesús, tendré Su compañía: si soy semejante a Él, estaré con
Él. A su debido tiempo Él me llevará a lo alto para que more con Él
arriba, si, entre tanto, me esfuerzo para seguirle aquí abajo. Después
de Su sufrimiento nuestro Señor llegó a Su trono, y, de la misma manera,
después de que hayamos sufrido un poco con Él aquí abajo, nosotros
también llegaremos a la gloria. La condición de la vida de nuestro Señor
será la condición de nuestra vida: si estamos con Él en Su humillación,
estaremos con Él en Su gloria. Vamos, alma mía, cobra ánimos y coloca
tus pies en las huellas marcadas con sangre que tu Señor te ha dejado.
No
debo dejar de observar que el Padre honrará a quienes siguen a Su Hijo.
Si Él me ve que soy fiel a Jesús, pondrá señales de favor y de honor en
mí por causa de Su Hijo. Ningún honor puede ser semejante a este.
Príncipes y emperadores conceden simples sombras de honor; la sustancia
de la gloria proviene del Padre. Por tanto, alma mía, aférrate al Señor
Jesús más firmemente que nunca.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 29:11 YHVH dará fuerza a su pueblo, YHVH bendecirá a su pueblo con la paz. (BTx 3)
“Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.” Sal_29:11. David
acababa de oír la voz del Señor en medio de los truenos, y acababa de
ver Su poder en el huracán cuyo paso había descrito; y ahora, en la
serena calma después de la tormenta, ese poder sobrecogedor que
estremece los cielos y la tierra, es prometido como la fortaleza de los
escogidos. Aquel que da alas a la certera centella dará a Sus redimidos
alas de águila; Aquel que estremece la tierra con Su voz, hará temblar a
los enemigos de Sus santos y dará a Sus hijos paz. ¿Por qué somos
débiles si podemos recurrir al poder divino? ¿Por qué nos turbamos
siendo nuestra la propia paz del Señor? Jesús, el Dios fuerte, es
nuestro poder; revistámonos de Él y salgamos a cumplir con nuestro
servicio. Jesús, nuestro bendito Señor, es también nuestra paz;
reposemos en Él en este día, y pongamos un término a nuestros temores.
¡Qué bendición es contar con Él como nuestro poder y nuestra paz, ahora y
para siempre!
Ese
mismo Dios que cabalga sobre la tormenta en los días de tempestad,
gobernará también al huracán de nuestra tribulación, y nos enviará,
antes de que pase mucho tiempo, días de paz.
Tendremos
poder en medio de las tormentas, y cánticos para los días hermosos.
Comencemos a cantar de inmediato al Dios que es nuestra fortaleza y
nuestra paz. ¡Huyan, pensamientos sombríos! ¡Levántense, fe y esperanza!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
43:2 Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, La corriente no te
anegará; Cuando andes por el fuego, no te quemarás, Ni la llama arderá
en ti (BTx 3)
“Cuando
pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te
anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá
en ti.” Isa_43:2. No
hay ningún puente: hemos de pasar por las aguas, y sentir el ímpetu de
las corrientes. La presencia de Dios en toda inundación es mejor que
cualquier trasbordador. Hemos de ser probados, pero saldremos
triunfantes, pues el propio Jehová, que es más poderoso que las muchas
aguas, estará con nosotros. Él podría parecer alejado de Su pueblo en
otras circunstancias, pero de seguro estará con ellos en las
dificultades y en los peligros. Las aflicciones de la vida podrían
alzarse a una extraordinaria altura, pero el Señor estará a la altura de
cualquier ocasión.
Los
enemigos de Dios podrían poner peligros de su propia hechura en nuestro
camino, es decir, persecuciones y crueles mofas que son como un
ardiente horno de fuego. ¿Qué pasa entonces? Pasaremos por los fuegos.
Estando Dios con nosotros, no nos quemaremos; no, ni siquiera el olor
del fuego se nos impregnará.
¡Oh,
la maravillosa seguridad del peregrino nacido del cielo y destinado al
cielo! Las muchas aguas no lo ahogarán, ni los fuegos lo quemarán. Tu
presencia, oh Señor, es la protección de los santos frente a los
múltiples peligros del camino. He aquí, en fe me entrego a Ti, y mi
espíritu entra en el reposo.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa 33:16 Ése morará en las alturas, Picachos rocosos serán su refugio, Se le dará su pan, Y sus aguas estarán seguras (BTx 3)
“Éste
habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio;
se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.” Isa_33:16. El hombre al que Dios ha dado gracia para llevar una vida sin tacha, habita en perfecta seguridad.
Él
habita en las alturas, sobre el mundo, fuera del alcance del fuego
enemigo, y cerca del cielo. Tiene altas metas y propósitos, y encuentra
grandes consuelos y compañía. Él se regocija en los montes del amor
eterno, donde tiene su habitación. Es defendido por fortalezas de roca
estupenda. Las promesas y propósitos del Dios inmutable son las cosas
más firmes del universo, y la salvaguardia del creyente obediente.
Él
es sustentado por esta grandiosa promesa, “se le dará su pan.” Como el
enemigo no puede escalar la fortaleza, ni derribar la muralla, así el
recinto fortificado no puede ser capturado ni por el asedio ni el
hambre. El Señor, que hizo llover maná en el desierto, guardará a Su
pueblo a buen recaudo aun cuando estén rodeados por quienes quisieran
matarlo de hambre.
Pero,
¿qué sucedería si fallara el agua? Eso no podría ser, pues “sus aguas
serán seguras.” Hay un pozo inagotable dentro de la fortaleza
inexpugnable. El Señor cuida que nada falte. Nadie puede tocar al
ciudadano de la verdadera Sion. Por fiero que sea el enemigo, el Señor
preservará a Sus elegidos.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 91:4 Con sus plumas te cubrirá Y debajo de sus alas hallarás refugio, Escudo y adarga es su verdad (BTx 3)
“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.” Sal_91:4. ¡Es
un símil condescendiente en verdad! Justo de la misma manera que una
gallina protege a su camada y les permite anidar bajo sus alas, así el
Señor defiende a Su pueblo y le permite esconderse en Él. ¿No han mirado
a los polluelos atisbando por entre las plumas de la madre? ¿No han
oído cuando pían suavemente de gozo y contento? De igual manera
cubrámonos con nuestro Dios, y sintamos sobreabundante paz al saber que
Él nos guarda.
Nosotros
estamos confiados mientras el Señor nos guarda. Sería extraño que no lo
estuviéramos. ¿Cómo podríamos desconfiar cuando el propio Jehová se
convierte en casa y hogar, refugio y descanso para nosotros?
Hecho
esto, salimos a la guerra en Su nombre y gozamos del mismo cuidado
guardián. Necesitamos escudo y adarga, y cuando confiamos
implícitamente en Dios igual que el polluelo confía en la gallina,
descubrimos que Su verdad nos arma de la cabeza a los pies.
El
Señor no puede mentir; Él será fiel a Su pueblo; Su promesa ha de
permanecer. Esta verdad segura es todo el escudo que necesitamos. Tras
ese escudo desafiamos los dardos de fuego del enemigo.
¡Vamos, alma mía, escóndete debajo de esas grandiosas alas, piérdete en medio de esas blandas plumas! ¡Cuán feliz eres!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Eze
34:25 Estableceré con ellas un pacto de paz, y haré que no haya más
bestias malas en la tierra, y habitarán seguras en el desierto, y
dormirán en los bosques (BTx 3)
“Y
estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y
habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.”
Eze_34:25. Es
el ápice de la gracia que Jehová entre en un pacto con el hombre, una
débil, pecadora y mortal criatura. Sin embargo, el Señor ha entrado
solemnemente en un pacto fiel con nosotros, y de ese pacto nunca se
apartará. En virtud de ese pacto nosotros estamos seguros.
Así
como los leones y los lobos son ahuyentados por los pastores, de la
misma manera, todas las influencias nocivas serán disipadas. El Señor
nos dará reposo de los turbadores y de los destructores; las bestias
salvajes dejarán de existir en la tierra. ¡Oh Señor, cumple esta promesa
en este momento!
El
pueblo del Señor ha de gozar de seguridad en los lugares de mayor
riesgo: el desierto y los bosques habrán de ser como dehesas y rediles
para el rebaño de Cristo. Si el Señor no mejorara el lugar, nos hará
mejores para el lugar. El desierto no es un lugar habitable, pero el
Señor puede volverlo habitable; en los bosques uno se siente obligado a
vigilar en vez de dormir, y sin embargo, Él da sueño a Su amado incluso
allí. Nada interior ni exterior debe causar algún miedo al hijo de Dios.
Por fe, el desierto se puede convertir en los suburbios del cielo, y
los bosques en el vestíbulo de la gloria.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 16:8 A YHVH he puesto siempre delante de mí, Porque está a mi diestra, no seré conmovido (BTx 3)
“A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.” Sal_16:8. Esta
es la manera de vivir. Con Dios siempre delante de nosotros, tendremos
la más noble compañía, el más santo ejemplo, la más dulce consolación y
la más poderosa influencia.
Esto
debe ser un decidido acto de la mente, “he puesto”, y debe mantenerse
como algo firme y establecido. Tener siempre un ojo para el ojo del
Señor, y un oído para la voz del Señor, es la condición correcta para el
hombre piadoso. Su Dios está cerca de él, llenando el horizonte de su
visión, guiando el camino de su vida, y proporcionando el tema de su
meditación. ¡Qué vanidades evitaríamos, qué pecados dominaríamos, qué
virtudes exhibiríamos, qué gozos experimentaríamos si en verdad
pusiéramos siempre al Señor delante de nosotros! ¿Por qué no?
Esta
es la forma de estar seguro. Si el Señor está siempre en nuestras
mentes, llegamos a sentir seguridad y certeza por Su presencia tan
cercana. Él está a nuestra diestra para guiarnos y ayudarnos; y por esto
no somos conmovidos por el miedo, ni la fuerza, ni el fraude, ni la
veleidad. Cuando Dios está a la diestra de un hombre, ese hombre está
seguro de no ser conmovido. ¡Vamos, entonces, ustedes que son enemigos
de la cruz! Acometan en mi contra como una furiosa tempestad, si
quieren. Dios me sostiene. Dios permanece conmigo. ¿A quién temeré?
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Pro 10:9 El que camina en integridad anda confiado, Pero el que pervierte sus caminos será puesto en descubierto (BTx 3)
“El que camina en integridad anda confiado.” Pro_10:9.Su
camino puede ser lento, pero es seguro. El que se apresura a ser rico
no será inocente ni estará seguro; pero la constante perseverancia en la
integridad, aunque no traiga riquezas, ciertamente traerá paz. Cuando
hacemos lo que es justo y recto somos semejantes a uno que camina sobre
una roca, pues tenemos confianza de que cada paso que damos es sobre un
terreno sólido y seguro.
Por
otro lado, el mayor éxito mediante transacciones cuestionables ha de
ser siempre falso y traicionero, y el hombre que lo hubiere alcanzado ha
de estar temeroso siempre que vendrá un día de hacer cuentas, y
entonces sus ganancias lo condenarán.
Aferrémonos
a la verdad y a la justicia. Por la gracia de Dios, imitemos a nuestro
Dios y Señor, en cuya boca no se encontró engaño jamás. No tengamos
miedo de ser pobres, ni de ser tratados con desprecio. Nunca, por
ninguna causa, hagamos algo que nuestra conciencia no pueda justificar.
Si perdiéramos la paz interior, perderíamos más de lo que una fortuna
podría comprar. Si nos mantenemos en el propio camino del Señor, y no
pecamos nunca contra nuestra conciencia, nuestro camino es seguro en
contra de los agresores. ¿Quién podría dañarnos si somos seguidores de
lo que es bueno? Podríamos ser considerados necios por los necios si
somos firmes en nuestra integridad; pero en el lugar donde el juicio es
infalible seremos aprobados.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Deu 31:8 YHVH es el que va delante de ti. Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni desmayes (BTx 3)
“Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.” Deu_31:8. En
presencia de una gran obra o de una gran guerra, aquí tenemos un texto
que debería ayudarnos a sujetar nuestro arnés. Si el propio Jehová va
delante de nosotros, tiene que ser seguro seguirle. ¿Quién podría
obstruir nuestro progreso si el propio Señor va a la vanguardia? ¡Vamos,
soldados hermanos, hagamos un rápido avance! ¿Por qué dudamos de
obtener la victoria?
Y
no sólo está el Señor delante de nosotros; Él está con nosotros. Por
encima, por debajo, alrededor y adentro, está el Dios omnipotente y
omnipresente. En todo tiempo y hasta la eternidad, estará con nosotros
como siempre ha estado con nosotros. ¡Cómo debería vigorizar eso nuestro
brazo! ¡Láncense al frente con arrojo, soldados de la cruz, pues el
Señor de los ejércitos está con nosotros!
Estando
delante de nosotros y con nosotros, nunca retirará Su ayuda. Él no
puede fallar en Sí mismo, y no nos fallará. Continuará ayudándonos de
acuerdo a nuestra necesidad, hasta el fin. No puede fallarnos, ni nos
abandonará. Él siempre será capaz y estará dispuesto a proporcionarnos
fuerza y socorro hasta que los días de combate hubieren pasado.
No
temamos ni nos intimidemos; pues el Señor de los ejércitos descenderá a
la batalla con nosotros, soportará el embate de la lucha, y nos dará la
victoria.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
28:16 Por tanto, Adonay YHVH dice así: He aquí Yo pongo por fundamento
en Sión una piedra, Piedra probada,° angular, preciosa, de cimiento
estable.° El que crea, no será conturbado (BTx 3)
“El que creyere, no se apresure.” Isa_28:16. Se
apresurará para obedecer los mandamientos del Señor; pero no se
apresurará con ningún sentido de impaciencia o de impropiedad.
No
se apresurará a huir, pues no se verá sobrecogido del miedo que provoca
el pánico. Cuando otras personas vuelan por aquí y por allá como si la
razón les hubiere fallado, el creyente estará tranquilo, calmado, y
resuelto, y así será capaz de actuar sabiamente en la hora de la prueba.
No
se apresurará en sus expectativas, ansiando sus cosas buenas de
inmediato y al punto; sino que esperará el tiempo de Dios. Algunos
sienten una prisa desesperada para tener el pájaro en la mano, pues
consideran la promesa del Señor como un pájaro volando, que no es
probable que sea suyo. Los creyentes saben esperar.
No
se apresurará lanzándose a una acción indebida o cuestionable. La
incredulidad ha de hacer algo, y así obra su propia ruina; pero la fe no
se apresura por encima del progreso razonable, y así no se ve forzado a
regresar tristemente por el camino que siguió imprudentemente.
¿Qué
sucede conmigo? ¿Estoy creyendo, y, por tanto, estoy manteniendo el
paso del creyente, que consiste en caminar con Dios? ¡Paz, agitado
espíritu! ¡Oh, reposa en el Señor, y espéralo pacientemente! ¡Corazón,
asegúrate de hacer esto de inmediato!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román
