Sal 118:17 No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de YH (BTx 3)
“No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH.” Sal_118:17. ¡Esta
es una hermosa certeza! Sin duda estaba basada en una promesa,
susurrada interiormente en el corazón del Salmista, a la que se aferró y
que disfrutó. ¿Es mi caso semejante al de David? ¿Estoy deprimido
porque el enemigo me insulta? ¿Multitudes están en contra mía, y sólo
unos cuantos de mi lado? ¿Me pide la incredulidad que me acueste y muera
en la desesperación, como un hombre derrotado y deshonrado? ¿Mis
enemigos comienzan a cavar mi tumba?
¿Qué
pasará entonces? ¿Cederé al susurro del miedo, y renunciaré a la
batalla, y con ello renunciaré a toda esperanza? Lejos esté de eso. Hay
vida en mí todavía: “No moriré.” El vigor retornará y quitará mi
debilidad: “viviré”. El Señor vive y yo también viviré. Mi boca será
abierta otra vez: “Contaré las obras de JAH.” Sí, y hablaré de la
tribulación presente como de otro caso de la fidelidad que obra
maravillas y del amor del Señor mi Dios.
Aquellos
que quieren tomar mis medidas para hacer mi féretro harían mejor en
esperar un poco; pues “Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la
muerte.” ¡Gloria sea dada a Su nombre por siempre! Yo soy inmortal
hasta que mi obra sea completada. Mientras el Señor no lo quiera ninguna
bóveda podrá encerrarme.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Eze
36:25 Y rociaré agua limpia sobre vosotros, y seréis limpios de todas
vuestras inmundicias, y os limpiaré de todos vuestros ídolos (BTx 3)
“Esparciré
sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.” Eze_36:25 ¡Qué
sobresaliente gozo es este! Quien nos ha purificado con la sangre de
Jesús también nos limpiará con el agua por el Espíritu Santo. Dios lo ha
dicho y así será: “Y seréis limpiados.” Señor, nosotros sentimos y
lamentamos nuestra inmundicia, y es alentador que Tu propia boca nos
asegure que seremos limpiados. ¡Oh, que te dignaras hacer una rápida
labor de limpieza!
Él
nos librará de nuestros peores pecados. Las sublevaciones de la
incredulidad y las engañosas lascivias que combaten contra el alma, los
viles pensamientos del orgullo, y las sugerencias de Satanás para
blasfemar el sagrado nombre: todas estas cosas serán tan purificadas que
no retornarán.
Él
también nos limpiará de todos nuestros ídolos, sean de oro o de
arcilla: de nuestros amores impuros, y de nuestro excesivo amor a
aquello que en sí mismo es puro. Todo lo que hemos convertido en un
ídolo será arrancado de nosotros o nosotros seremos desgajados de ello.
Es
Dios quien habla de lo que Él mismo hará. Por tanto esta palabra es
firme y segura, y podemos esperar con certeza lo que nos garantiza. La
limpieza es una bendición del pacto, y el pacto es ordenado en todas las
cosas y seguro
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Éxo 8:23 Y Yo haré distinción° entre mi pueblo y tu pueblo. Para mañana será este prodigio (BTx 3)
“Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.” Éxo_8:23. Faraón
tiene un pueblo y el Señor tiene un pueblo. Estos pueden cohabitar, y
parecería que les va igual a ambos, pero hay una división entre ellos, y
el Señor la hará manifiesta. Un evento no sucederá de igual manera para
todos a perpetuidad, sino que habrá una gran diferencia entre los
hombres del mundo y el pueblo de la elección de Jehová.
Esto
podría ocurrir en el tiempo de los juicios, cuando el Señor se
convierta en el santuario de los santos. Es muy conspicuo en la
conversión de los creyentes cuando su pecado es quitado, mientras los
incrédulos permanecen en la condenación. A partir de ese momento ellos
se convierten en una raza distinta, se someten a una nueva disciplina, y
gozan de nuevas bendiciones. Sus hogares, a partir de ese momento,
están libres de la gravosa caterva de males que contaminan y atormentan a
los egipcios. Son protegidos de la contaminación de la lascivia, de la
mordedura del afán, de la corrupción de la falsedad, y del cruel
tormento del odio, que devora a muchas familias.
Ten
la seguridad, atribulado creyente, que aunque tengas tus aflicciones,
eres salvado de enjambres de peores aflicciones que infestan los hogares
y los corazones de los siervos del Príncipe de este mundo. El Señor ha
puesto una división; tú has de mantener esa división en espíritu, en
metas, en carácter y en las compañías que frecuentas.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Núm
15:25 Y el sacerdote hará expiación a favor de toda la congregación de
los hijos de Israel, y les será perdonado, pues fue error, y han hecho
llevar su ofrenda: un sacrificio ígneo a YHVH, y una ofrenda delante
YHVH por su pecado, por su error (BTx 3)
“Y les será perdonado, porque yerro es.” Núm_15:25. Debido
a nuestra ignorancia no estamos plenamente conscientes de nuestros
pecados de ignorancia (yerros). Sin embargo, podemos estar seguros que
son muchos, tanto en la forma de comisión como de omisión. Podríamos
estar haciendo, como un servicio a Dios, aquello que Él no ha ordenado y
que no puede aceptar nunca.
El
Señor conoce cada uno de estos pecados de ignorancia. Esto muy bien
debería alarmarnos, pues en justicia Él requerirá de nuestra mano estas
ofensas; pero por otro lado, la fe espía consuelo en este hecho, pues Él
Señor tendrá cuidado de que las manchas que son invisibles para
nosotros, sean limpiadas. Él ve el pecado para dejar de verlo después
que lo arroja detrás de Su espalda.
Nuestro
gran consuelo es que Jesús, el verdadero sacerdote, ha hecho expiación
por toda la congregación de los hijos de Israel. Esa expiación garantiza
el perdón de pecados desconocidos. Su sangre preciosa nos limpia de
todo pecado. Ya sea que nuestros ojos lo hayan visto y hayan llorado por
él, o no, Dios lo ha visto, Cristo lo ha expiado, el Espíritu Santo da
testimonio de su perdón, y de esta manera tenemos una triple paz.
Oh
Padre mío, yo ensalzo Tu conocimiento divino, que no sólo percibe mis
iniquidades, sino que provee de una expiación que me libra de la culpa
de ellas, incluso antes de saber que soy culpable.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Apo 22:3 Y ya no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
Apo 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes (BTx 3)
“Y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.” Rev_22:3-4. Tres preciosas bendiciones serán nuestras en la tierra de gloria.
“Sus
siervos le servirán.” Ningún otro señor nos oprimirá, ningún otro
servicio nos afligirá. Serviremos a Jesús siempre, perfectamente, sin
desfallecimiento, y sin error. Esto es el cielo para un santo: servir al
Señor Cristo en todas las cosas; y ser reconocido por Él como Su
siervo, es la elevada ambición de nuestra alma por la eternidad.
“Y
verán su rostro.” Esto vuelve al servicio deleitable: en verdad, es la
recompensa presente del servicio. Conoceremos a nuestro Señor, pues le
veremos como es. Ver el rostro de Jesús es el favor supremo que el más
fiel siervo del Señor pueda pedir. ¿Qué más podría pedir Moisés que: “Te
ruego que me muestres tu gloria”?
“Y
su nombre estará en sus frentes.” Ellos contemplan a su Señor hasta que
Su nombre es fotografiado en sus frentes. Ellos son reconocidos por Él,
y ellos le reconocen. La marca secreta de gracia interior se hace
manifiesta en la rúbrica pública del Soberano de una relación confesada.
¡Oh
Señor, concédenos estas tres cosas en sus comienzos aquí, para que
podamos poseerlas en su plenitud en Tu propia morada de
bienaventuranza!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Mat
24:22 Y si aquellos días no hubieran sido acortados, ninguna carne
sería salva; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán
acortados (BTx 3)
“Mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.” Mat_24:22. Por
causa de Sus escogidos el Señor suspende muchos juicios y acorta otros.
En las grandes tribulaciones el fuego lo devoraría todo si no fuera
porque el Señor apaga la llama por consideración a Sus escogidos. Así, a
la vez que salva a Sus escogidos por causa de Jesús, también preserva a
la raza por causa de Sus escogidos.
¡Qué
honor es otorgado así a los santos! ¡Cuán diligentemente deberían usar
su influencia con su Señor! Él oirá sus oraciones por los pecadores, y
bendecirá sus esfuerzos por su salvación. Él bendice a los creyentes
para que sean una bendición para los que permanecen en la incredulidad.
Muchos pecadores viven por causa de las oraciones de una madre, o de una
esposa, o de una hija, para quienes el Señor tiene consideración.
¿Hemos
usado correctamente el singular poder que el Señor nos ha confiado?
¿Oramos por nuestro país, por otras tierras, y por nuestra época? ¿Nos
interponemos como intercesores en tiempos de guerra, hambre, peste,
suplicando que los días sean acortados? ¿Lamentamos delante de Dios las
explosiones de infidelidad, error, y libertinaje? ¿Suplicamos a nuestro
Señor Jesús que acorte el reino del pecado apresurando Su propia
gloriosa venida? Pongámonos de rodillas, y no descansemos hasta que
Cristo regrese.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Mat 6:33 Buscad, pues, primeramente el reino y la justicia de Él, y todas estas cosas os serán añadidas (BTx 3)
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mat_6:33. Vean
cómo inicia la Biblia: “En el principio. . . Dios.” Su vida ha de
iniciar de la misma manera. Busquen con toda su alma, primera y
prioritariamente, el reino de Dios como el lugar de su ciudadanía, y Su
justicia como la característica de su vida. En cuanto al resto, todo
provendrá del propio Señor sin que tengan que estar ansiosos por ello.
Todo lo que es necesario para esta vida y para la piedad “estas cosas os
serán añadidas.”
¡Qué
promesa es esta! Alimento, vestido, casa, y todo lo demás, Dios asume
la tarea de añadirlo mientras ustedes lo busquen a Él. Ustedes han de
preocuparse por Sus asuntos, y Él se preocupará por los suyos. Cuando
necesiten papel y cordel para envolver, les serán suministrados con la
compra de bienes más importantes; y de igual manera los bienes
terrenales necesarios serán añadidos junto con el reino. Quien sea un
heredero de la salvación no morirá de inanición; y quien vista su alma
con la justicia de Dios no podrá ser dejado por el Señor con su cuerpo
desnudo. Abandonemos todo afán devorador.
Concentren
su mente en buscar al Señor. La codicia es pobreza, y la ansiedad es
miseria: la confianza en Dios es un patrimonio, y la semejanza a Dios es
una herencia celestial. Señor, yo te estoy buscando, haz que pueda
encontrarte.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Jer
15:20 Y te pondré frente a este pueblo por muro de bronce inexpugnable;
Pelearán contra ti, pero no te vencerán, Porque Yo estoy contigo para
librarte y salvarte, dice YHVH. (BTx 3)
“Y
te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán
contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y
para defenderte, dice Jehová.” Jer_15:20. La
firmeza en el temor y la fe en Dios, hará al hombre como un muro de
bronce que nadie puede derribar o romper. Únicamente Dios puede hacer
así al hombre; pero necesitamos hombres así en la iglesia, y en el
mundo, y especialmente en el púlpito.
Contra
intransigentes hombres de la verdad, esta época de imposturas luchará
tesoneramente. Nada parece ofender tanto a Satanás y a su simiente como
la resolución.
Ellos atacan la santa firmeza de la manera que los asirios sitiaban las ciudades fortificadas.
La
dicha es que ellos no pueden prevalecer contra hombres a quienes Dios
ha fortalecido en Su fuerza. Llevados por todas partes por todo viento
de doctrina, otros sólo necesitan ser soplados y son transportados
lejos; pero aquellos que aman las doctrinas de la gracia, debido a que
poseen la gracia de las doctrinas, permanecen firmes como rocas en medio
de mares enfurecidos.
¿De
dónde proviene esa firmeza? “Yo estoy contigo, dice Jehová”: esa es la
verdadera respuesta. Jehová salvará y liberará a las almas fieles de
todos los asaltos del adversario.
Ejércitos
están en contra nuestra, pero el Señor de los ejércitos está con
nosotros. No nos atrevemos a movernos ni una pulgada, pues el propio
Señor nos sostiene en nuestro lugar, y allí permaneceremos para siempre.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Sal 97:11 Luz está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de corazón (BTx 3)
“Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón.” Sal_97:11 La
justicia es a menudo costosa para el hombre que la guarda a pesar de
todos los riesgos, pero al final cubrirá sus propios gastos, y producirá
una ganancia infinita. Una vida santa es como sembrar la semilla: mucho
es desparramado y aparentemente queda enterrado en el suelo, para no
ser recogido nunca más. Estamos equivocados cuando esperamos una cosecha
inmediata; pero el error es muy natural, pues parece imposible enterrar
a la luz. Sin embargo, la luz está “sembrada”, dice el texto. Yace
latente: nadie puede verla. Estamos completamente seguros que un día ha
de manifestarse.
Estamos
plenamente seguros que el Señor ha establecido una cosecha para los
sembradores de luz, y ellos la segarán, cada hombre para sí. Entonces
vendrá su alegría. Gavillas de gozo por semillas de luz. Su corazón era
recto delante de Dios, aunque los hombres no les daban crédito por ello,
sino que incluso los censuraban: eran justos, aunque quienes los
rodeaban los denunciaban como severos. Ellos tenían que esperar, como el
labrador espera el precioso fruto de la tierra: pero la luz fue
sembrada para ellos, y la alegría estaba siendo preparada en su nombre
por el Señor de la cosecha.
¡Valor,
hermanos! No necesitamos tener prisa. Poseamos a nuestras almas en
paciencia, pues pronto nuestras almas poseerán luz y alegría.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

2Sa
7:29 Dígnate, pues, bendecir la casa de tu siervo, para que esté
siempre en tu presencia, porque Tú, oh Adonay YHVH, has hablado, y con
tu bendición, la casa de tu siervo será bendita para siempre. (BTx 3)
“Tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.” 2Sa_7:29. Esta
es una promesa usada como argumento, y por tanto produce una doble
instrucción para nosotros. Todo aquello que el Señor ha hablado ha de
ser recibido por nosotros como verdaderamente cierto, y podemos
argumentarlo ante el trono.
¡Oh,
cuán dulce es citar lo que nuestro propio Dios ha dicho! ¡Cuán precioso
es usar un “por tanto” sugerido por la promesa, como lo hace David en
este versículo!
No
oramos porque dudemos, sino porque creemos. Orar con incredulidad es
indigno de los hijos de Dios. No, Señor, nosotros no podemos dudar de
Ti. Estamos persuadidos de que cada palabra Tuya es un cimiento sólido
para la expectativa más osada. Venimos a Ti y decimos: “Haz conforme a
lo que has dicho.” Bendice la casa de Tus siervos. Sana a nuestros
enfermos; salva a los que dudan entre los nuestros; restaura a los
descarriados; confirma a los que viven en Tu temor. Señor, danos
alimento y vestido conforme a Tu palabra. Prospera nuestras empresas;
especialmente da éxito a nuestros esfuerzos de dar a conocer Tu
Evangelio en nuestra esfera. Convierte a nuestros servidores en Tus
siervos, a nuestros hijos en Tus hijos. Haz que la bendición fluya a las
generaciones venideras, y en tanto que alguno de nosotros permanezca en
la tierra, que sea fiel a Ti. Oh, Señor Dios, que “con tu bendición sea
bendita la casa de tu siervo para siempre.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Isa
60:22 El más pequeño crecerá hasta mil, Y el menor será pueblo
numeroso. Yo, YHVH, me apresuraré a hacer esto a su tiempo (BTx 3)
“El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.” Isa_60:22. Las
obras para el Señor con frecuencia comienzan a pequeña escala, y no son
menos importantes por eso. La debilidad educa a la fe, acerca a Dios, y
gana gloria para Su nombre. El premio es una promesa de crecimiento. El
grano de mostaza es la más pequeña de todas las semillas, y sin
embargo, se convierte en una hortaliza y se hace árbol, con ramas que
alojan a los pájaros del cielo. Podemos comenzar con uno, aunque sea “el
pequeño”, y, sin embargo, “vendrá a ser mil.” El Señor es grandioso con
la tabla de multiplicar. Cuán a menudo le dijo a Su siervo solitario:
“Te multiplicaré”. Confíen en el Señor, cuando sean solamente uno o dos;
pues Él estará en medio de ustedes si están congregados en Su nombre.
“El
pequeño.” ¿Qué puede ser más despreciable a los ojos de aquellos que
cuentan cabezas y pesan fuerzas? Sin embargo, este es el núcleo de una
gran nación. Solamente una estrella brilla inicialmente en la tarde,
pero pronto el cielo está cubierto de innumerables luces.
Tampoco
debemos pensar que la perspectiva de crecimiento sea remota, pues la
promesa es, “Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.”
No habrá una prisa prematura, como esa que puede verse en reuniones
agitadas; todo será a su debido tiempo; sin embargo, no habrá ninguna
demora. Cuando el Señor se apresura, Su velocidad es gloriosa.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Mat 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (BTx 3)
“Él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mat_1:21. Señor,
sálvame de mis pecados. Por tu nombre de Jesús me siento animado a orar
de esta manera. Sálvame de mis pecados pasados, para que el hábito de
ellos no me mantenga cautivo. Sálvame de mis pecados constitucionales,
para que no sea el esclavo de mis propias debilidades. Sálvame de los
pecados que continuamente están ante mis ojos para que no pierda mi
horror por ellos. Sálvame de mis pecados secretos; pecados que no
percibo debido a mi falta de luz. Sálvame de los pecados súbitos y
sorprendentes: no permitas que sea sacado de mi camino por la fuerza de
la tentación. Sálvame, Señor, de todo pecado. No permitas que la
iniquidad tenga dominio sobre mí.
Solamente Tú puedes hacer esto.
Yo no puedo romper mis propias cadenas ni eliminar a mis propios
enemigos. Tú conoces la tentación, pues Tú fuiste tentado. Tú conoces el
pecado, pues Tú cargaste con el peso de ese pecado. Tú sabes cómo
socorrerme en mi hora de conflicto. Tú puedes salvarme de pecar, y
salvarme cuando he pecado. Se ha prometido en Tu propio nombre que harás
esto, y yo te ruego que en este día me permitas comprobar la profecía.
No permitas que ceda al mal carácter, o al orgullo, o al desaliento o a
cualquier forma de mal; pero sálvame para santidad de vida, para que Tu
nombre de Jesús pueda ser glorificado en mí abundantemente.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Jer
30:11 Porque Yo estoy contigo para salvarte, dice YHVH, Destruiré a
todas las naciones en donde te he dispersado, Pero a ti no te destruiré,
Te corregiré con mesura, Pero de ninguna manera te dejaré impune (BTx
3)
“Sino que te castigaré con justicia.” Jer_30:11. Ser
dejado sin corrección sería un signo fatal: demostraría que el Señor
habría dicho: “Es dado a ídolos; déjalo.” ¡Que Dios nos conceda que esa
no sea nunca nuestra porción! La prosperidad ininterrumpida es algo que
debe causarnos miedo y temblor. Dios reprende y disciplina a todos
aquellos a quienes ama tiernamente, pero permite que aquellos por los
que no tiene estima se engorden sin temor, como novillos destinados al
matadero. Es en amor que nuestro Padre celestial usa la vara para con
Sus hijos.
Sin
embargo, es preciso ver que la corrección es “con justicia”: Él nos da
amor sin medida, pero el castigo es “con justicia.” Igual que bajo la
antigua ley ningún israelita podía recibir más de “cuarenta azotes menos
uno”, que garantizaba un conteo cuidadoso y un sufrimiento limitado,
así sucede con cada miembro afligido de la casa de la fe: cada golpe es
contado.
Nuestro
castigo es regulado según la medida de la sabiduría, de la simpatía y
del amor. Lejos esté de nosotros rebelarnos contra esas estipulaciones
tan divinas. Señor, si Tú estás a mi lado para medir las amargas gotas
para mi copa, me corresponde tomarla alegremente de Tu mano, y beberla
de acuerdo a tus instrucciones, diciendo: “Hágase tu voluntad.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Sal 126:5 Los que siembran con lágrimas, Segarán con regocijo (BTx 3)
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán” Sal_126:5 Los
tiempos de llanto son ideales para la siembra: no queremos que la
tierra esté demasiado seca. Las semillas remojadas en las lágrimas de
una ansiedad sincera brotarán más rápidamente. La sal de lágrimas llenas
de oración darán a la buena semilla un sabor que las protegerá del
gusano: la verdad expresada con tremenda sinceridad contiene una doble
vida. En vez de detener nuestra siembra debido a nuestro llanto,
redoblemos nuestros esfuerzos porque la estación es muy propicia.
Nuestra
semilla celestial no podría ser sembrada apropiadamente con risas. La
profunda aflicción y la preocupación por las almas de otros son un
acompañamiento más adecuado para la enseñanza piadosa que cualquier cosa
parecida a la levedad. Nos hemos enterado de hombres que fueron a la
guerra con un corazón ligero, pero fueron derrotados; y sucede
mayormente lo mismo con aquellos que siembran en ese mismo estilo.
Vamos,
entonces, corazón mío, continúa sembrando en tu llanto, pues cuentas
con la promesa de una venturosa cosecha. Tú cosecharás. Tú, tú mismo,
verás algún resultado de tu trabajo. Este resultado vendrá a ti en tan
gran medida como para proporcionarte un gozo que una pobre, marchita y
escasa cosecha no te podría proporcionar. Cuando tus ojos estén
empañados con lágrimas de plata, piensa en el grano de oro. Soporta con
alegría el presente trabajo y el desconsuelo; pues el día de la cosecha
te recompensará con plenitud.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Pro 13:13 El que menosprecia la Palabra, perecerá por ello, Pero el que teme el mandamiento será recompensado (BTx 3)
“Mas el que teme el mandamiento será recompensado.” Pro_13:13. El
santo temor de la Palabra de Dios experimenta un notable descuento
ahora. Los hombres se consideran más sabios que la Palabra del Señor, y
se sientan para juzgarla. “Pero yo no hice así, a causa del temor de
Dios.” Nosotros aceptamos al Libro inspirado como infalible, y
demostramos nuestra estimación por medio de nuestra obediencia. No
sentimos terror de la Palabra, sino que tenemos un temor filial de ella.
No tenemos miedo de sus castigos, porque tenemos temor de sus
mandamientos.
Este
santo temor del mandamiento produce la tranquilidad de la humildad, que
es mucho más dulce que la temeridad del orgullo. Se convierte en un
guía de nuestros movimientos; una traba cuando vamos cuesta abajo, y un
estímulo cuando vamos ascendiendo.
Preservados
del mal y conducidos a la justicia por nuestra reverencia al
mandamiento, adquirimos una quieta conciencia, que es una fuente de
vino; un sentido de libertad de la responsabilidad, que es como vida de
entre los muertos; y una confianza de agradar a Dios, que es el cielo
aquí abajo. Los impíos podrán ridiculizar nuestra profunda reverencia
por la Palabra de Dios; ¿pero qué importa eso? El premio por nuestro
supremo llamamiento es suficiente consuelo para nosotros. Las
recompensas de la obediencia escarnecen las burlas del escarnecedor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Jua 14:19 Aún un poco, y el mundo no me ve más, pero vosotros me veis. Porque Yo vivo, también vosotros viviréis (BTx 3)
“Porque yo vivo, vosotros también viviréis.” Jua_14:19. Jesús
ha vuelto la vida de los creyentes en Él tan cierta como la Suya. Con
la misma certeza que vive la cabeza, los miembros vivirán también. Si
Jesús no hubiera resucitado de los muertos, entonces nosotros estaríamos
muertos en nuestros pecados; pero como Él resucitó, todos los creyentes
han resucitado en Él. Su muerte quitó nuestras transgresiones y soltó
las amarras que nos retenían bajo sentencia de muerte. Su resurrección
certifica nuestra justificación: hemos sido absueltos, y la
misericordia dice: “También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.”
Jesús
ha hecho la vida de Su pueblo tan eterna como la Suya. ¿Cómo podrían
morir los miembros en tanto que Él viva, viendo que son uno con Él?
Porque Él no muere más, y la muerte no tiene dominio sobre Él, ellos
tampoco regresarán más a las tumbas de sus viejos pecados, sino que
vivirán para el Señor en vida nueva. Oh creyente, cuando estés bajo gran
tentación, y tengas miedo de caer un día por mano enemiga, que esto te
dé seguridad. No perderás nunca tu vida espiritual, pues está escondida
con Cristo en Dios. Tú no dudas de la inmortalidad de tu Señor; por
tanto, no pienses que te dejará morir, puesto que eres uno con Él. El
argumento para tu vida es Su vida, y por eso no puedes tener ningún
temor; por tanto, descansa en tu Dios vivo.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Jua 6:57 Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo del Padre, de igual modo el que me mastica, también él vivirá de mí (BTx 3)
“Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.” Jua_6:57. Vivimos
en virtud de nuestra unión con el Hijo de Dios. Como Dios-hombre
Mediador, el Señor Jesús vive por el autoexistente Padre que lo ha
enviado, y de la misma manera nosotros vivimos por el Salvador que nos
ha vivificado. Quien es la fuente de nuestra vida es también su
sustento. La vida es sustentada por el alimento. Debemos sustentar la
vida espiritual con el alimento espiritual, y ese alimento espiritual es
el Señor Jesús. No Su vida, o Su muerte, o los oficios, o la obra
únicamente, sino Él mismo, que incluye todas estas cosas. De Jesús, de
Él mismo, nos nutrimos.
Esto
nos es explicado en la Cena del Señor, pero lo gozamos en la práctica
cuando meditamos en nuestro Señor, cuando creemos en Él con fe
apropiadora, cuando lo recibimos con amor, y lo asimilamos por el poder
de la vida interior. Sabemos lo que es alimentarnos de Jesús, pero no
podemos decirlo ni escribirlo. Nuestra ruta más sabia es practicarlo, y
hacerlo más y más. Se nos pide que comamos abundantemente, y será para
nuestro infinito beneficio hacerlo por cuanto Jesús es nuestra comida y
nuestra bebida.
Señor,
yo te doy gracias porque esto, que es una necesidad para mi nueva vida,
es también mi mayor deleite. Por tanto, en este momento, yo me alimento
de Ti.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Mat
10:32 Cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, Yo
también lo confesaré delante de mi Padre celestial (BTx 3)
“A
cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.” Mat_10:32. ¡Es
una promesa llena de gracia! Es un gran gozo para mí confesar a mi
Señor. Sin importar cuáles pudieran ser mis fallas, no estoy avergonzado
de Jesús, ni me da miedo declarar las doctrinas de Su cruz. Oh Señor,
no he escondido Tu justicia dentro de mi corazón.
El
panorama que el texto pone delante de mí es dulce. Los amigos abandonan
y los enemigos se alegran, pero el Señor no repudia a Su siervo. Sin
duda el Señor me reconocerá incluso aquí, y me dará nuevas señales de Su
consideración favorable. Pero se aproxima el día cuando deba estar
delante del grandioso Padre. ¡Qué bendición es pensar que Jesús me
confesará entonces! Él dirá: “Este hombre realmente confió en mí, y
estaba anuente a sufrir reproches por amor de Mi nombre; por esa razón
yo lo reconozco como mío.”
El
otro día un gran hombre fue hecho caballero, y la reina le entregó una
insignia enjoyada; pero, ¿qué importancia tuvo eso? Será un honor que
sobrepase a todos los honores cuando el Señor Jesús nos confiese en la
presencia de la Majestad divina en los cielos.
Que
nunca me sienta avergonzado de reconocer a mi Señor. Que nunca me
abandone a un cobarde silencio, o acepte una componenda proveniente de
un corazón desfallecido. ¿Acaso me avergonzaré de reconocer a Aquel que
promete reconocerme?
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

2Cr
7:14 y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi Nombre, y
oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos, entonces
Yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
(BTx 3)
“Si
se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y
buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo
oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
2Cr_7:14. Llamados
por el nombre del Señor, somos, sin embargo, hombres y mujeres que
yerran. ¡Cuán grande misericordia es que nuestro Dios esté presto a
perdonar! Siempre que pecamos, apresurémonos al propiciatorio de nuestro
Dios, en busca del perdón.
Hemos
de humillarnos. ¿No deberíamos ser humillados por el hecho que después
de recibir tanto amor, todavía transgredimos? Oh, Señor, nos postramos
delante de Ti en el polvo, y reconocemos nuestra cruel ingratitud. ¡Oh,
la infamia del pecado! ¡Oh, la infamia que es siete veces más terrible
en personas tan favorecidas como lo hemos sido nosotros!
Además,
hemos de orar pidiendo misericordia, limpieza y liberación del poder
del pecado. Oh, Señor, óyenos ahora, y no apagues nuestro clamor.
En
esta oración hemos de buscar el rostro del Señor. Él nos ha dejado por
causa de nuestras faltas, y debemos suplicarle que regrese. Oh, Señor,
míranos en Tu Hijo Jesús, y sonríe a Tus siervos.
Esto
ha de ir acompañado con nuestro rechazo del pecado, pues Dios no puede
volverse a nosotros a menos que nos volvamos del pecado.
Luego
viene la triple promesa de oír, perdonar y sanar. Padre nuestro,
concédenos esta triple promesa de inmediato, por nuestro Señor
Jesucristo.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Deu
30:6 YHVH tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu
descendencia, para que ames a YHVH tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma, a fin de que vivas (BTx 3)
“Y
circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu
descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma, a fin de que vivas.” Deu_30:6. Aquí leemos acerca de la verdadera circuncisión.
Noten
a su autor: “Jehová tu Dios.” Sólo Él puede tratar eficazmente con
nuestro corazón, y quitar su carnalidad y su corrupción. Hacernos amar a
Dios con todo nuestro corazón y alma es un milagro de gracia que sólo
el Espíritu Santo puede obrar. Hemos mirar únicamente al Señor para
esto, y no estar satisfechos nunca con nada que no sea eso.
Noten
dónde es obrada esta circuncisión. No es de la carne, sino del
espíritu. Es la señal esencial del pacto de la gracia. El amor a Dios es
la marca indeleble de la simiente elegida; por este sello secreto la
elección de gracia es certificada para el creyente. Debemos cuidar de no
confiar en ningún rito externo, sino que seamos sellados en el corazón
por la operación del Espíritu Santo.
Noten
cuál es el resultado: “a fin de que vivas.” La intención de la carne es
muerte. Venciendo a la carne encontramos vida y paz. Si andamos en las
cosas del Espíritu, viviremos. Oh, que Jehová, nuestro Dios, complete Su
obra de gracia en nuestras naturalezas internas, para que en el sentido
más pleno y más elevado vivamos para Dios.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Zac 10:12 Con la fuerza de YHVH avanzarán en su Nombre. Oráculo de YHVH. (BTx 3)
“Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová. Zac_10:12.
Esto
es un solaz para los santos enfermos. Se han debilitado y temen que no
se levantarán nunca del lecho de la duda y del miedo; pero el grandioso
Médico puede curar la enfermedad y quitar la debilidad proveniente de
esa enfermedad. Él fortalecerá a los débiles. Esto lo hará de la mejor
manera posible, pues será “en Jehová”. Nuestra fortaleza es mucho más
sólida en Dios que en el yo. En el Señor produce comunión, en nosotros
generaría orgullo. En nosotros estaría tristemente limitada, pero en
Dios no conoce límites.
Cuando
la fortaleza le es otorgada, el creyente la usa. Camina por todos lados
en el nombre del Señor. ¡Qué gozo es caminar por todas partes después
de una enfermedad, y qué deleite es ser fuerte en el Señor después de
una temporada de postración! El Señor otorga a Su pueblo libertad para
caminar por todos lados, y un sosiego interior para ejercitar esa
libertad. Él nos hace caballeros: no somos esclavos que no conocen el
descanso, y no disfrutan los paisajes, sino que somos libres de viajar
cómodamente por toda la tierra de Emanuel.
Vamos,
corazón mío, ya no estés enfermo y afligido. Jesús te ordena que seas
fuerte, y que camines con Dios en santa contemplación. Obedece Su
palabra de amor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Apo
3:8 Yo sé tus obras. He aquí que he puesto delante de ti una puerta
abierta que nadie puede cerrar, porque aunque tienes poco poder, has
guardado mi Palabra y no negaste mi nombre (BTx 3)
“He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar.” Rev_3:8. Los
santos que permanecen fieles a la verdad de Dios tienen una puerta
abierta delante de ellos. Alma mía, tú has resuelto vivir y morir
conforme a lo que el Señor ha revelado en Su Palabra, y por tanto
delante de ti está esta puerta abierta.
Voy
a entrar a través de la puerta abierta de comunión con Dios. ¿Quién me
denegará la entrada? Jesús ha quitado mi pecado, y me ha dado Su
justicia, y por eso puedo entrar libremente. Señor, eso hago por gracia.
Tengo
también delante de mí una puerta abierta a los misterios de la Palabra.
Puedo adentrarme en las cosas profundas de Dios. Elección, Unión con
Cristo, la Segunda Venida: todas estas cosas están delante de mí, y
puedo disfrutarlas.
Una
puerta abierta de acceso está delante de mí en privado, y una puerta
abierta de utilidad en público. Dios me oirá; Dios me usará. Una puerta
es abierta para mi marcha progresiva hacia la iglesia de arriba, y para
mi comunión diaria con los santos de aquí abajo. Algunos procurarán
encerrarme o dejarme fuera, pero todo eso será en vano.
Pronto
veré una puerta abierta al cielo: la puerta de perlas será mi vía de
entrada, y entonces entraré donde está mi Señor y Rey, y estaré
eternamente unido con Dios.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Lev
4:7 El sacerdote pondrá parte de aquella sangre sobre los cuernos del
altar del incienso aromático delante de YHVH, en la Tienda de Reunión, y
derramará el resto de la sangre del novillo al pie del altar del
holocausto, situado a la entrada de la Tienda de Reunión (BTx 3)
“Y
el sacerdote pondrá de esa sangre sobre los cuernos del altar del
incienso aromático, que está en el tabernáculo de reunión delante de
Jehová.” Lev_4:7.
El
altar del incienso es el lugar donde los santos presentan sus oraciones
y alabanzas; y es muy agradable pensar que ha sido rociado con la
sangre del grandioso sacrificio. Esto es lo que hace aceptable delante
de Jehová toda nuestra adoración: Él ve la sangre de Su propio Hijo, y
por eso acepta nuestro homenaje.
Es
bueno que fijemos nuestros ojos en la sangre del único sacrificio por
el pecado. El pecado se mezcla incluso con nuestras cosas santas, y
nuestro mejor arrepentimiento, y fe, y oración y acción de gracias no
podrían ser recibidos por Dios si no fuera por el mérito del sacrificio
expiatorio. Muchos miran con desprecio “la sangre”; pero para nosotros
es el fundamento del consuelo y de la esperanza. Eso que está sobre los
cuernos del altar tiene el propósito de estar de manera prominente
delante de nuestros ojos cuando nos acercamos a Dios. La sangre da
fortaleza a la oración, y por esto está sobre los cuernos del altar.
Está “delante de Jehová”, y por eso debe estar delante de nosotros. Está
sobre el altar antes de que traigamos el incienso; está allí para
santificar nuestras ofrendas y dones.
Vamos,
oremos con confianza, puesto que la víctima ha sido ofrecida, el mérito
ha sido argumentado, la sangre está detrás del velo, y las oraciones de
los creyentes deben ser de olor agradable al Señor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.
Isa
62:4 Nunca más serás llamada la Desamparada, Ni tu tierra, la Desolada,
Sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu país, Beula, Porque el amor de
YHVH estará contigo Y tu tierra tendrá marido (BTx 3)
“Nunca más te llamarán Desamparada.” Isa_62:4. “Desamparada”
es una palabra lúgubre. Suena como un tañido fúnebre. Es el registro de
las aflicciones más agudas, y la profecía de los males más espantosos.
Un abismo de miseria abre su boca en esa palabra “Desamparada.”
¡Abandonado por uno que comprometió su honor! ¡Abandonado por un amigo
probado por largo tiempo y de confianza! ¡Abandonado por un pariente
amado! ¡Abandonado por padre y madre! ¡Abandonado por todos! Esto es un
verdadero dolor, y, sin embargo, puede ser soportado pacientemente si el
Señor nos sostiene.
Pero,
¿qué se sentirá al verse abandonado por Dios? Piensen en el más amargo
de los clamores: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
¿Hemos probado alguna vez en algún grado el ajenjo y la hiel de
“Desamparada” en ese sentido? Si así fuera, supliquemos al Señor para
que nos salve de cualquier repetición de una aflicción tan indecible.
¡Oh, que esas tinieblas no vuelvan jamás! Los hombres maliciosamente le
dijeron a un santo: “Dios lo ha desamparado; perseguidle y tomadle.”
Pero siempre fue falso. El favor amante del Señor forzará a nuestros
crueles enemigos a tragarse sus propias palabras, o, al menos, a
reprimir sus lenguas.
Lo
opuesto de todo esto es esa palabra superlativa Hefzi-bá: “Mi deleite
está en ella.” Esto convierte en baile al llanto. Que aquellos que
soñaron que habían sido abandonados oigan al Señor cuando dice: “No te
desampararé, ni te dejaré.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Mar 16:7 Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro que va delante de vosotros a Galilea.° Allí lo veréis, como os dijo. (BTx 3)
“El va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis como os dijo.” Mar_16:7. Donde
indicó que se reuniría con Sus discípulos, allí estaría en el momento
debido. Jesús acude siempre a Su cita. Si promete reunirse con nosotros
en el propiciatorio, o en la adoración pública, o en las ordenanzas,
podemos estar plenamente seguros de que allí estará. Nosotros podríamos
permanecer perversamente alejados del lugar indicado para la cita, pero
Él nunca lo hará. Él dice: “Donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo”; no dice: “allí estaré”, sino “allí estoy ya yo.”
Jesús
es siempre el primero en la comunión: “El va delante de vosotros.” Su
corazón está con Su pueblo, Su delicia está en ellos, y nunca es tardo
para reunirse con ellos. En toda comunión Él va delante de nosotros.
Pero
Él se revela a los que le siguen: “Allí le veréis.” ¡Visión deleitable!
No nos importa ver a los más grandes de los simples mortales, pero
verlo a ÉL es ser llenado de gozo y paz.
Y
le veremos, pues Él promete venir a los que creen en Él, y manifestarse
a ellos. Estén seguros que así será, pues Él hace todo de conformidad a
Su palabra de la promesa: “Como os dijo.” Aférrense a esas últimas
palabras, y estén seguros que hasta el final Él hará con ustedes: “Como
os dijo.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Jua
16:13 Pero cuando venga Aquél, el Espíritu de la Verdad, os guiará en
toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará
cuanto oirá, y os anunciará las cosas que han de venir.
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.” Jua_16:13.
La
verdad es semejante a una vasta caverna en la que deseamos entrar, pero
que somos incapaces de recorrer solos. Su entrada es clara y brillante;
pero si nos adentráramos más y exploráramos sus escondrijos más
recónditos, necesitaríamos un guía o nos perderíamos. El Espíritu Santo,
que conoce toda la verdad perfectamente, es el guía asignado a todos
los verdaderos creyentes, y los conduce según su propia capacidad, desde
una cámara interior hasta otra, para que contemplen las cosas más
profundas de Dios, y para que les sea revelado Su secreto con claridad.
¡Cuán grande promesa es esta para una humilde mente inquisitiva!
Nosotros deseamos conocer la verdad y adentrarnos en ella. Estamos
conscientes de nuestra propia propensión a errar, y sentimos la urgente
necesidad de un guía. Nos gozamos porque el Espíritu Santo ha venido y
mora entre nosotros. Condesciende a actuar como un guía para nosotros, y
nosotros aceptamos gozosos Su liderazgo. Deseamos aprender “Toda la
verdad”, para no volvernos sesgados y estar sin equilibrio. No queremos
ser ignorantes voluntarios de ninguna parte de la revelación para no
perdernos alguna bendición, o para no incurrir en pecado. El Espíritu de
Dios ha venido para guiarnos a toda la verdad: escuchemos Sus palabras
con corazones obedientes y sigamos su guía.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Miq
5:7 El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío
de YHVH, Como la lluvia sobre la hierba, que no aguarda a nadie, Ni
pone su esperanza en los hijos del hombre.
“El
remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de
Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón,
ni aguardan a hijos de hombres.” Miq_5:7. Si esto es cierto
del Israel literal, con mucha más razón es cierto del Israel espiritual,
del pueblo creyente de Dios. Cuando los santos son lo que debieran ser,
son una bendición incalculable para aquellos entre quienes se
encuentran esparcidos.
Son como el rocío, pues de una manera
tranquila y discreta refrescan a los que están a su alrededor.
Silenciosa pero eficazmente ministran a la vida, al crecimiento, y al
gozo de aquellos que habitan con ellos. Caídos frescos del cielo,
relucientes como diamantes al sol, agraciados hombres y mujeres atienden
a los débiles y a los insignificantes hasta que cada hoja de hierba
tiene su propia porción de rocío. Pequeños como individuos, son, cuando
están unidos, suficientes por completo para los propósitos de amor que
el Señor cumple a través de ellos. Las gotas de rocío logran refrescar
extensos acres. ¡Señor, haznos como el rocío!
Las personas piadosas
son como lluvias que llegan ordenadas por Dios sin licencia ni
autorización de los hombres. Trabajan para Dios ya sea que los hombres
lo deseen o no; no solicitan el permiso humano como tampoco lo hace la
lluvia. Señor, haz que estemos valerosamente dispuestos, y libres en Tu
servicio dondequiera que nuestra porción hubiere sido asignada.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Jua 12:32 Y Yo, cuando sea levantado en alto de sobre la tierra, a todos atraeré a mí mismo (BTx 3)
“Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” Jua_12:32.
Vamos,
obreros, cobren ánimo. Ustedes temen no poder atraer a una
congregación. Intenten la predicación de un Salvador crucificado,
resucitado y ascendido; pues esta es la mayor “fuerza de atracción” que
haya sido jamás manifestada entre los hombres. ¿Qué los atrajo a Cristo
sino Cristo? ¿Qué los atrae a Él ahora sino Su propia bendita persona?
Si ustedes han sido atraídos a la religión por cualquier otra cosa,
pronto serán atraídos lejos de ella; pero Jesús los ha retenido, y los
retendrá hasta el fin. ¿Por qué, entonces, dudar de Su poder de atraer a
otros? Vayan con el nombre de Jesús a aquellos que han sido tercos
hasta este momento, y vean si no los atrae.
Ningún tipo de
hombre está más allá de este poder de atracción. Viejos y jóvenes, ricos
y pobres, ignorantes y letrados, depravados o afectuosos, todos los
hombres habrán de sentir la fuerza de atracción. Jesús es el único imán.
No pensemos en ningún otro. La música no atraerá a Jesús, ni tampoco la
elocuencia, la lógica, las ceremonias o el ruido. El propio Jesús ha de
atraer a los hombres a Sí mismo; y Jesús es el indicado para la obra en
cada caso. No permitan ser tentados por la charlatanería del día; mas
como obreros del Señor trabajen a Su manera, y atraigan con las propias
cuerdas del Señor. Atraigan hacia Cristo, y atraigan por Cristo, pues
entonces Cristo atraerá por medio de ustedes.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.
“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” Sal_17:15.
La
porción de otros hombres llena sus cuerpos, y enriquece a sus hijos,
pero la porción del creyente es de otro tipo. Los hombres del mundo
tienen su tesoro en este mundo, pero los hombres del mundo venidero
miran más alto y más lejos.
Nuestra posesión tiene dos facetas.
Tenemos la presencia de Dios aquí y Su semejanza en el más allá. Aquí
vemos el rostro del Señor en justicia, pues somos justificados en Cristo
Jesús. ¡Oh, el gozo de contemplar la faz de un Dios reconciliado! La
gloria de Dios en el rostro de Jesucristo nos trae el cielo aquí abajo, y
será para nosotros el cielo del cielo arriba.
Pero no termina
con mirar: hemos de ser transformados en aquello que miramos. Dormiremos
un poco y luego despertaremos para convertirnos en espejos que reflejan
las bellezas de nuestro Señor. La fe ve a Dios con una mirada
transformadora. El corazón recibe la imagen de Jesús en sus propias
profundidades, hasta que el carácter de Jesús es grabado en el alma.
Esto es satisfacción. Ver a Dios y ser semejante a Él, ¿qué más podría
desear?
La plena confianza de David se convierte aquí, por el Espíritu Santo,
en una promesa del Señor. Yo la creo. La espero. Señor, concédemela.
Amén.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.
Gén
50:24 Después, dijo José a sus hermanos: Yo voy a morir, pero ’Elohim
ciertamente os visitará,° y os hará subir de esta tierra a la tierra que
juró dar a Abraham, a Isaac, y a Jacob (BTx 3)
“Y José
dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y
os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a
Jacob.” Gén_50:24.
José había sido una providencia
encarnada para sus hermanos. Todos nuestros Josés mueren, y miles de
consuelos mueren con ellos. Egipto ya no fue nunca lo mismo para Israel
después que José murió, y el mundo tampoco será para nosotros lo que fue
cuando nuestros seres queridos vivían.
¡Pero vean cómo fue
aliviado el dolor de su triste muerte! Ellos tenían una promesa de que
el Dios vivo los visitaría. ¡Una visita de Jehová! ¡Qué gran favor! ¡Qué
gran consolación! ¡Qué cielo en la tierra! Oh, Señor, visítanos en
este día; aunque en verdad no somos dignos de que entres bajo nuestro
techo.
Pero fue prometido algo más: el Señor los haría subir.
Ellos encontrarían en Egipto un frío recibimiento después de que José
hubo muerto; es más, Egipto se convertiría para ellos en casa de
servidumbre. Pero no sería así para siempre; ellos saldrían mediante una
liberación divina, y marcharían a la tierra de la promesa. No
lloraremos aquí por siempre. Seremos llamados a casa, a la tierra de
gloria, para unirnos a nuestros seres queridos. Por tanto, “alentaos los
unos a los otros con estas palabras.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.
Sal 111:5 Dio alimento a los que lo temen,
Para siempre se acordará de su pacto. (BTx 3)
“Ha dado alimento a los que le temen; para siempre se acordará de su pacto.” Sal_111:5.
Quienes
temen a Dios no necesitan temer a la indigencia. A lo largo de todos
estos años, el Señor ha encontrado siempre alimento para Sus propios
hijos, ya sea que hayan estado en el desierto, o junto al arroyo de
Querit, o en la cautividad, o en medio de la hambruna. Hasta aquí el
Señor nos ha dado día a día nuestro pan de cada día, y no dudamos que Él
continuará alimentándonos hasta que no lo necesitemos más.
En
cuanto a las bendiciones más elevadas y magníficas del pacto de gracia,
Él no cesará de suministrarlas nunca según las requiramos. Él reconoce
que hizo el pacto, y no actúa nunca como si se arrepintiera de haberlo
hecho. Él recuerda el pacto cuando lo provocamos para que nos destruya.
Él resuelve amarnos, guardarnos, y consolarnos, tal como se comprometió a
hacerlo. Él está consciente de cada jota y tilde de Su compromisos, y
no permite que ni una de Sus palabras caiga nunca al suelo.
A
nosotros tristemente no nos preocupa Dios, pero Él está magnánimamente
preocupado por nosotros. Él no puede olvidar a Su Hijo, que es la Fianza
del Pacto, ni a Su Espíritu Santo, que activamente cumple el pacto, ni a
Su propio honor, que está ligado al pacto. Por esto el cimiento de Dios
permanece firme, y ningún creyente perderá su herencia divina, que es
suya mediante un pacto de sal.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.