Eze
16:60 Antes bien, Yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en
los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno (BTx
3)
“Antes
yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu
juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.” Eze_16:60.
A pesar de nuestros pecados, el Señor es todavía fiel en Su amor hacia nosotros.
Él
tiene memoria. Vean cómo recuerda aquellos nuestros tempranos días
cuando concertó un pacto con nosotros y nos hizo Suyos. ¡Felices días
aquellos! El Señor no nos echa en cara esos días ni nos acusa de ser
insinceros. No, Él más bien mira Su pacto con nosotros, y no nuestro
pacto con Él. No hubo hipocresía de parte Suya en ese sagrado pacto, en
lo absoluto. ¡Cuán misericordioso es el Señor de tener memoria en amor!
Él
mira también hacia delante. Él tiene la determinación de que el pacto
no falle. Si nosotros no permanecemos firmes en el pacto, Él sí. Él
declara solemnemente: “Estableceré contigo un pacto sempiterno.” No
tiene en mente retirar Sus promesas.
Bendito
sea Su nombre ya que ve el sello sagrado: “la sangre del pacto eterno”,
y recuerda a nuestra Fianza, en quien ratificó ese pacto, es decir, Su
propio amado Hijo; y, por tanto, permanece en Sus compromisos del pacto.
“Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”.
¡Oh Señor, pon esta preciosa palabra en mi corazón, y ayúdame para que me alimente de ella durante todo este día!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jer 33:3 Clama a mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (BTx 3)
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Jer_33:3.
Dios
nos estimula a orar. La gente nos dice que la oración es un ejercicio
piadoso que no goza de influencia alguna excepto en la mente involucrada
en ella. Nosotros sabemos que no es así. Nuestra experiencia declara
que esa aseveración infiel es mil veces una mentira. Aquí Jehová, el
Dios viviente, promete claramente responder a la oración de Su siervo.
Invoquémosle una vez más, y no alberguemos ninguna duda en cuanto al
tema de que nos oiga y nos responda. El que hizo el oído, ¿acaso no
oirá? Quien dio a los padres el amor por sus hijos, ¿no escuchará los
clamores de Sus propios hijos e hijas?
Dios
responderá a Su pueblo suplicante en su angustia. Él tiene maravillas
reservadas para ellos. Él hará en favor de ellos lo que nunca han visto,
ni han oído, ni han soñado.
Él
inventaría nuevas bendiciones si fuese necesario. Él despojaría al mar y
a la tierra para alimentarlos: Él enviaría a cada ángel desde el cielo
para socorrerlos, si su zozobra así lo requiriera. Él nos asombrará con
Su gracia, y nos hará sentir que nunca había sido hecho así de esa
manera. Todo lo que pide de nosotros es que clamemos a Él. No puede
pedir nada menos de nosotros. Entreguémosle alegremente nuestras
oraciones de inmediato.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jue
6:14 Entonces YHVH se volvió hacia él, y le dijo: Ve con tu fuerza, y
librarás a Israel de la palma de la mano de Madián. ¿Acaso no te envío
Yo? (BTx 3)
“Y
mirándole Jehová, le dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel
de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” Jue_6:14.
¡Qué
mirada le dio el Señor a Gedeón! Lo condujo a pasar del
descorazonamiento a un santo valor. Si nuestra mirada al Señor nos
salva, ¿qué no hará Su mirada a nosotros? Señor, mírame en este día, y
dame vigor para los correspondientes deberes y conflictos.
¡Qué
palabra fue esta que Jehová habló a Gedeón! “Vé.” No debía dudar.
Podría haber respondido: “¡cómo, vé con toda esta debilidad!” Pero el
Señor determinó que esa palabra era inadmisible diciéndole: “Vé con esta
tu fuerza.” El Señor con Su mirada le había transmitido poder y ahora
sólo tenía que usarlo y salvar a Israel hiriendo a los madianitas.
Pudiera ser que el Señor tenga más que hacer por mi medio de lo que
jamás imaginé. Si Él me ha mirado, me ha hecho fuerte. Por fe he de
ejercitar el poder que me ha confiado. Él nunca me ordena que:
“desperdicie mi tiempo con esta mi fuerza.”
¡Qué
pregunta me hace el Señor, al igual que la hizo a Gedeón! “¿No te envío
yo?” Sí, Señor, Tú me has enviado, y yo iré con esta mi fuerza. A Tu
mandato yo voy, y, yendo, tengo la seguridad de que Tú vencerás por mí.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 140:13 Ciertamente los justos darán gracias a tu Nombre, Los rectos morarán en tu presencia (BTx 3)
“Ciertamente los justos alabarán tu nombre; los rectos morarán en tu presencia.” Sal_140:13.
¡Oh,
anhelo que mi corazón sea recto para que siempre pueda bendecir el
nombre del Señor! Él es tan bueno para con aquellos que son buenos, que
yo ansío contarme entre ellos, y sentirme lleno de agradecimiento cada
día. Tal vez, los justos sean zarandeados por un momento cuando su
integridad conduce a severas pruebas; pero en verdad el día vendrá en el
que bendigan a su Dios por no haber cedido a malignas sugerencias ni
adoptar políticas cambiantes. A la larga los hombres verdaderos darán
gracias al Dios de los justos por haberles conducido por el camino
recto. ¡Oh, que yo me pudiera contar entre ellos!
¡Qué
promesa está contenida en esta segunda cláusula, “los rectos morarán en
tu presencia”! Ellos permanecerán siendo aceptados mientras que otros
sólo serán condenados. Serán cortesanos del Grandioso Rey, y gozarán de
una audiencia siempre que la deseen. Serán personas favorecidas a
quienes Jehová sonríe y con quienes sostiene una comunión de gracia.
Señor, yo ambiciono este excelso honor, este precioso privilegio: será
el cielo en la tierra si puedo gozar de ello. Hazme recto en todas mis
cosas, para que pueda estar hoy, y mañana y cada día, en Tu presencia
celestial.
Entonces daré gracias a Tu nombre sempiternamente. Amén,
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Stg 5:8 También vosotros sed pacientes y afianzad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca (BTx 3)
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.” Stg_5:8.
La
última palabra del Cantar de amor es, “Apresúrate, amado mío”, y entre
las últimas palabras del Apocalipsis leemos, “El Espíritu y la Esposa
dicen: Ven”, a lo cual, el Esposo celestial responde: “Ciertamente vengo
en breve”. El amor anhela la gloriosa aparición del Señor, y se goza
con esta dulce promesa: “La venida del Señor se acerca”.
Esto tranquiliza nuestras mentes en cuanto al futuro. Miramos con esperanza a través de esta ventana.
Esta
sagrada “ventana de ágata” deja entrar torrentes de luz sobre el
presente, y nos pone en una excelente condición para un trabajo o un
sufrimiento inmediatos. ¿Estamos siendo probados? Entonces la cercanía
de nuestro goce susurra paciencia. ¿Nos estamos debilitando porque no
vemos la cosecha producto de nuestra siembra? Nuevamente esta gloriosa
verdad clama para nosotros “tened paciencia”. ¿Acaso nuestras
multiplicadas tentaciones nos conducen a dudar en lo más mínimo?
Entonces la seguridad de que antes de que pase mucho tiempo el Señor
estará aquí, nos predica con base en este texto: “Afirmad vuestros
corazones.” Sean firmes, sean estables, sean constantes, “creciendo en
la obra del Señor siempre.” Pronto escucharán las trompetas de plata que
anuncian la venida de su Rey. No deben tener el menor miedo. Defiendan
el fuerte, pues Él viene; sí, Él podría aparecer en este preciso día.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jua
1:51 Y le dice: De cierto, de cierto os digo: Veréis el cielo abierto, y
a los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del
Hombre (BTx 3)
“Y
le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo
abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo
del Hombre.” Jua_1:51.
Sí,
para nosotros esta visión es clara incluso en este día. Nosotros en
verdad vemos el cielo abierto. Jesús mismo ha abierto ese reino para
todos los creyentes. Contemplamos el lugar de misterio y de gloria,
puesto que Él nos lo ha revelado. Entraremos pronto allí, puesto que Él
es el camino.
Ahora
vemos la explicación de la escalera de Jacob. Entre la tierra y el
cielo hay un comercio santo: la oración asciende, y las respuestas
descienden, por la vía de Jesús, el Mediador. Vemos esta escalera cuando
vemos a nuestro Señor. En Él, una escalinata de luz provee ahora una
vía libre al trono del Altísimo. Debemos usarla, y enviar a lo alto, por
medio de ella, a los mensajeros de nuestras oraciones. Nosotros mismos
viviremos la vida angélica si corremos al cielo en intercesión, y nos
asimos de las bendiciones del pacto, y luego descendemos de nuevo para
esparcir esos dones entre los hijos de los hombres.
Esta
visión especial que Jacob sólo vio en un sueño, nosotros la
convertiremos en una esplendente realidad. En este preciso día,
subiremos y bajaremos por la escalera cada hora, escalando en comunión y
bajando en esfuerzos para salvar a nuestros semejantes.
Oh Señor Jesús, esta es Tu promesa. Permítenos tener el gozo de verla cumplida.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

2Cr
25:9 Y Amasías preguntó al varón de Dios: ¿Y qué haremos en cuanto a
los cien talentos que pagué al ejército de Israel? Y el varón de Dios le
respondió: YHVH tiene para darte mucho más que eso (BTx 3)
“Y
Amasías dijo al varón de Dios: ¿qué, pues, se hará de los cien talentos
que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Jehová
puede darte mucho más que esto.” 2Cr_25:9.
Si
han cometido un error, asuman la pérdida ocasionada; pero no actúen de
forma contraria a la voluntad del Señor. El Señor puede darles mucho más
de lo que pudiesen perder; y si no fuera así, ¿acaso estarían
dispuestos a regatear y a negociar con el Señor? El rey de Judá había
tomado a sueldo un ejército proveniente del pueblo idólatra de Israel, y
le fue ordenado que enviara a casa a los hombres de combate porque el
Señor no estaría con ellos. Él estaba dispuesto a enviar de regreso al
ejército, aunque se quejaba de haber pagado en balde los cien talentos.
¡Oh, qué vergüenza! Si el Señor daría la victoria sin necesidad de los
mercenarios, en verdad era un negocio pagarles los sueldos y deshacerse
de ellos.
Estén
dispuestos a perder dinero por causa de la conciencia, por causa de la
paz y por causa de Cristo. Tengan la seguridad de que las pérdidas por
causa del Señor no son pérdidas. Incluso en esta vida son recompensadas
con creces: en algunos casos el Señor previene que ocurra alguna
pérdida. En cuanto a nuestra vida inmortal, lo que perdamos por Jesús es
invertido en el cielo. No se angustien por el desastre aparente, sino
escuchen el susurro: “Jehová puede darte mucho más que esto.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

2Re
19:32 Por tanto, así dice YHVH respecto al rey de Asiria: No entrará en
esta ciudad, ni disparará ahí ninguna saeta, ni se acercará a ella con
escudo, ni levantará contra ella terraplén (BTx 3)
“Por
tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta
ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo,
ni levantará contra ella baluarte.” 2Re_19:32.
Senaquerib
no pudo ni siquiera hostigar a la ciudad. Él se había jactado
audiblemente, pero no pudo llevar a cabo sus amenazas. El Señor es capaz
de detener a los enemigos de Su pueblo en el propio acto. Cuando el
león tiene al cordero entre sus fauces, el grandioso Pastor de las
ovejas puede arrebatarle su presa. Nuestro apuro extremo sólo aporta una
oportunidad para un mayor despliegue del poder y la sabiduría divinos.
En
el caso que tenemos ante nosotros, el temible enemigo ni siquiera se
presentó delante de la ciudad que tenía sed de destruir. Ninguna flecha
destructora pudo ser lanzada sobre sus muros, ni máquinas de asedio
pudieron ser colocadas para derribar sus castillos, ni pudieron
construir terraplenes desde los cuales pudieran disparar a sus
habitantes. Tal vez en nuestro caso el Señor también impedirá que
nuestros adversarios nos hagan el menor daño. Ciertamente Él puede
alterar sus intenciones, o hacer que sus designios sean tan infructuosos
que los abandonen de buen grado. Confiemos en el Señor y guardemos Su
camino, y Él cuidará de nosotros. Sí, Él nos llenará de asombrada
alabanza cuando veamos la perfección de Su liberación.
No debemos temer al enemigo hasta que realmente venga y entonces hemos de confiar en el Señor
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Pro 10:27 El temor de YHVH aumenta los días, Pero los años de los malvados serán acortados (BTx 3)
“El temor de Jehová aumentará los días; mas los años de los impíos serán acortados.” Pro_10:27.
No
hay ninguna duda al respecto. El temor del Señor conduce a hábitos
virtuosos, y estos previenen ese desperdicio de la vida que proviene del
pecado y del vicio. El santo reposo que brota de la fe en el Señor
Jesús ayuda grandemente también al hombre cuando está enfermo. Todo
médico se alegra de tener un paciente cuya mente esté completamente
tranquila. La preocupación mata, pero la confianza en Dios es como una
medicina que sana. Por
lo tanto, tenemos todos los preparativos para una larga vida, y si
realmente es para nuestro bien, veremos una buena ancianidad, y
llegaremos a nuestras tumbas como mieses recogidas en su estación. No
hemos de estar sobrecogidos con una súbita expectación de muerte en el
momento en que nos duela un dedo, sino más bien hemos de esperar que
tengamos que trabajar a lo largo de una considerable longitud de días. Y,
¿qué importa que seamos llamados pronto a la esfera superior?
Ciertamente no habría nada que deplorar en un llamado así, sino que todo
sería más bien un goce. Vivos o muertos pertenecemos al Señor. Si
vivimos, Jesús estará con nosotros; si morimos, nosotros estaremos con
Jesús. La
verdadera prolongación de la vida consiste en vivir mientras vivimos,
sin perder el tiempo, sino usando cada hora para los propósitos más
elevados. Que así sea en este día.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
Jue
4:9 Y ella dijo: Ciertamente iré contigo, pero no será tuya la gloria
de la jornada que vas a emprender, porque YHVH entregará a Sísara en
mano de una mujer. Y Débora se levantó y fue con Barac a Cedes (BTx 3)
“Porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara.” Jue_4:9.
Este
es más bien un texto inusual, pero podría haber almas en el mundo que
tengan la suficiente fe para aferrarse a él. Barac, el hombre, aunque
llamado a la guerra, tenía poca voluntad para el combate a menos que
Débora fuera con él, y así el Señor determinó convertir ese combate en
la guerra de una mujer. Por este medio Él censuró la desidia del hombre,
y ganó para Sí mayor renombre, y llenó de mayor vergüenza a los
enemigos de Su pueblo.
El
Señor puede usar todavía débiles agencias. ¿Por qué no habría de usarme
a mí? Él puede usar a personas que no son llamadas comúnmente a grandes
compromisos públicos. ¿Por qué no habría de usarte a ti? La mujer que
mató al enemigo de Israel no era ninguna Amazona, sino la esposa que
estaba en su tienda. No era un orador, sino una mujer que ordeñaba las
vacas y hacía mantequilla. ¿No podría el Señor usar a cualquiera de
nosotros para cumplir Su propósito? Alguien pudiera venir a la casa hoy,
tal como Sísara acudió a la tienda de Jael. Nuestra labor no es
matarlo, sino salvarlo.
Recibámoslo
con gran amabilidad, y luego presentemos la bendita verdad de la
salvación por medio del Señor Jesús, nuestro grandioso Sustituto, y
luego recalquemos el mandamiento: “cree y vivirás.” ¿Quién sabe si algún
pecador de corazón empedernido sea quebrantado hoy por el Evangelio?
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno,
porque Tú estás conmigo, Tu vara y tu cayado me infunden aliento (BTx 3)
“Aunque
ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Sal_23:4.
Estas
palabras que nos describen la seguridad experimentada en el lecho de
muerte, son muy dulces. ¡Cuántas personas las han repetido con intenso
deleite en sus últimas horas! Pero el versículo es igualmente aplicable
a las agonías de espíritu en medio de la vida.
Algunos
de nosotros, como Pablo, morimos diariamente por causa de una tendencia
a la tenebrosidad de alma. En su peregrinación, Bunyan pone al Valle de
la Sombra de Muerte mucho antes que el río que fluye a los pies de las
colinas celestiales. Algunos de nosotros hemos atravesado el oscuro y
terrible desfiladero de “la sombra de muerte” varias veces, y podemos
dar testimonio de que sólo el Señor nos habilitó en medio de sus
salvajes pensamientos, sus misteriosos horrores y sus terribles
depresiones. El Señor nos ha sostenido y nos ha guardado por encima de
todo temor real del mal, aun cuando nuestro espíritu hubiere estado
abrumado. Hemos sido estrujados y abatidos, mas sin embargo, hemos
vivido, pues hemos sentido la presencia del Grandioso Pastor, y hemos
tenido la confianza de que su cayado impediría que el enemigo nos
propinara un golpe mortal.
Si
el tiempo presente fuera oscurecido por las alas de cuervo de una gran
aflicción, debemos glorificar a Dios por medio de una tranquila
confianza en Él.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 119:80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, Para que no me avergüence (BTx 3)
“Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado.” Sal_119:80.
Podemos
considerar que esta inspirada oración contiene la seguridad de que
aquellos que se mantienen cerca de la Palabra de Dios no tendrán nunca
motivo de avergonzarse por haberlo hecho.
Vean,
la oración pide integridad de corazón. Un credo íntegro es bueno, un
juicio íntegro concerniente a ese credo es mejor, pero un corazón
íntegro hacia la verdad es lo mejor de todo. Hemos de amar la verdad,
sentir la verdad y obedecer la verdad, pues de lo contrario no seríamos
verdaderamente íntegros en los estatutos de Dios. ¿Hay muchas personas
en estos días malos que sean íntegras? ¡Oh, que el escritor y el lector
sean ambos de este tipo!
Muchos
serán avergonzados en el último gran día, cuando todas las disputas
sean decididas. Entonces verán la insensatez de sus inventos, y estarán
llenos de remordimiento por causa de su altiva infidelidad y su
testarudo desafío al Señor; pero aquel que creyó lo que el Señor enseñó,
e hizo lo que el Señor ordenó, estará justificado en lo que hizo.
Entonces los justos resplandecerán como el sol. Los hombres que fueron
muy calumniados y abusados verán que su vergüenza es convertida en
gloria en aquel día.
Debemos
elevar la oración de nuestro texto, y podremos estar seguros de que su
promesa será cumplida en nosotros. Si el Señor nos hace íntegros, nos
guardará seguros.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa 33:10 Ahora me levantaré, dice YHVH, Ahora me exaltaré, Ahora seré engrandecido (BTx 3)
“Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.” Isa_33:10.
Cuando
los merodeadores habían vuelto a la tierra tan baldía como si hubiese
sido devorada por langostas, y los guerreros que habían defendido la
tierra se sentaron y lloraron como mujeres, entonces el Señor vino a su
rescate. Cuando los viajeros desaparecieron de los caminos que conducían
a Sion, y Basán y el Carmelo eran como viñas que no daban fruto,
entonces el Señor se levantó. Dios es exaltado en medio de un pueblo
afligido, cuando busca Su rostro y confía en Él. Él es todavía más
exaltado cuando, en respuesta a sus clamores, se engrandece para
liberarlos y derrotar a sus enemigos.
¿Es
un día de aflicción para nosotros? Hemos de esperar ver ahora al Señor
glorificado en nuestra liberación. ¿Nos hemos entregado a una ferviente
oración? ¿Clamamos al Señor de día y de noche? Entonces el tiempo
señalado para Su gracia está cerca. Dios será engrandecido en la ocasión
precisa. Él se levantará cuando sea más propicio para que Su gloria sea
manifestada. Deseamos Su gloria más de lo que anhelamos nuestra propia
liberación. Cuando el Señor es exaltado entonces alcanzamos nuestro
principal objetivo.
Señor,
ayúdanos de tal manera que podamos ver que Tú mismo estás obrando. Que
podamos exaltarte en lo más íntimo de nuestras almas. Haz que todos los
que nos rodean puedan ver cuán grande y bueno eres Tú.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Deu
20:4 porque YHVH vuestro Dios avanza a vuestro lado, luchando a vuestro
favor contra vuestros enemigos, para daros la victoria (BTx 3)
“Porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestro enemigos, para salvaros.” Deu_20:4.
Nuestros
enemigos son los enemigos de Dios. Nuestras luchas no son contra los
hombres, sino contra la maldad espiritual. Estamos en guerra contra el
demonio, y la blasfemia, y el error, y la desesperación que él introduce
en el campo de batalla.
Luchamos
contra todos los ejércitos del pecado: la impureza, la borrachera, la
opresión, la infidelidad y la impiedad. Contra estas cosas contendemos
ardorosamente, pero no con espada o lanza; las armas de nuestra guerra
no son carnales.
Jehová,
nuestro Dios, aborrece todo lo que es malvado, y, por tanto, Él sale
con nosotros para luchar por nosotros en esta cruzada. Él nos salvará, y
nos dará gracia para pelear una buena batalla y alcanzar la victoria.
Podemos estar seguros de que si estamos del lado del Dios, Dios está de
nuestro lado. Con tan augusto aliado, el conflicto nunca es dudoso en el
mínimo grado. No se trata de que la verdad sea poderosa y haya de
prevalecer, sino que el poder radica en el Padre que es Todopoderoso, y
en Jesús que posee toda la potestad en el cielo y en la tierra, y en el
Espíritu Santo que cumple Su voluntad entre los hombres.
Soldados
de Cristo, cíñanse su armadura. Den en el blanco en el nombre del Dios
de santidad, y por fe reciban Su salvación. No permitan que pase este
día sin asestar un golpe por Jesús y por la santidad.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Mat
13:12 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más que suficiente;
pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado (BTx 3)
“Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más.” Mat_13:12.
Cuando
el Señor ha dado mucha gracia a un hombre, le dará más. Un poco de fe
es como un huevo en el nido; más fe le será añadida. Pero no ha de ser
una fe fingida, sino una fe real y verdadera. ¡Qué necesidad nos es
impuesta para que logremos un trabajo sólido en materia de religión, en
vez de profesar mucho sin poseer nada! Pues uno de estos días la propia
profesión nos sería quitada, si eso fuera todo lo que poseyéramos. La
amenaza es tan verdadera como la promesa.
Bendito
sea el Señor porque Su método es que una vez que ha dado comienzo al
otorgamiento de gracias por Su Espíritu, continúa, hasta que el que
tenía poco, pero en verdad tenía ese poco, es llevado a tener en
abundancia. ¡Oh, anhelamos esa abundancia! La abundancia de la gracia es
algo que ha de ser ambicionado. Es bueno saber mucho, pero es mejor
amar mucho. Sería algo muy deleitable tener una abundancia de habilidad
para servir a Dios, pero es mejor aún tener abundancia de fe para
confiar en el Señor para la habilidad y para todo lo demás.
Señor,
puesto que Tú me has dado un sentido de pecado, ahonda mi odio al mal.
Puesto que Tú me has conducido a confiar en Jesús, eleva mi fe a una
plena seguridad. Puesto que Tú me has llevado a amarte, ¡haz que sea
arrebatado por un afecto vehemente por Ti!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 128:5 ¡Desde Sión te bendiga YHVH, Y veas el bien de Jerusalem todos los días de tu vida (BTx 3)
“Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.” Sal_128:5
Esta
es una promesa para el hombre temeroso de Dios que camina en los
caminos de la santidad con diligente atención. Él tendrá una bendición
doméstica: su esposa e hijos serán la fuente de una gran felicidad
hogareña. Pero, además, como un miembro de la iglesia, él desea ver que
la causa prospere, pues está tan preocupado por la casa del Señor como
por la suya propia.
Cuando
el Señor edifica nuestra casa, es justo que deseemos ver edificada la
casa del Señor. Nuestros bienes no serán en verdad un bien a menos que
promovamos mediante ellos, el bien de la iglesia elegida del Señor.
Sí,
obtendrás una bendición cuando subas a las asambleas de Sion; serás
instruido, vivificado y consolado en el lugar donde la oración y la
alabanza ascienden y es dado el testimonio del Grandioso Sacrificio.
“Bendígate Jehová desde Sion.”
Y
no solamente tú serás beneficiado; la misma iglesia prosperará; los
creyentes se verán multiplicados, y su santa obra se verá coronada de
éxito. Ciertos hombres agraciados ven cumplida esta promesa para ellos
durante toda su vida. ¡Ay!, cuando ellos mueren su causa a menudo se
debilita. Debemos estar entre aquellos que traen buenas cosas a
Jerusalén todos sus días. ¡Señor, por tu misericordia haznos como ellos!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

1Sa 12:22 Porque YHVH no abandonará a su pueblo, debido a su gran Nombre; pues YHVH ha querido haceros pueblo suyo (BTx 3)
“Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.” 1Sa_12:22.
La
elección de Dios de Su pueblo es la razón para que permanezca con ellos
y no los desampare. Él los escogió por Su amor, y los ama por Su
elección. Su propia voluntad es la fuente de Su elección, y Su elección
es la razón de la continuidad de Su agrado en ellos. Sería una deshonra
para Su grandioso nombre que los desamparara, pues mostraría, ya sea que
cometió un error en Su elección, o que era voluble en Su amor. El amor
de Dios tiene esta gloria: que nunca cambia, y Él nunca empañará esta
gloria.
Por
todos los recuerdos de las anteriores misericordias del Señor, hemos de
estar seguros de que no nos desamparará. Aquel que ha ido tan lejos
para convertirnos en Su pueblo, no deshará la creación de Su gracia. Él
no ha obrado en nosotros tales maravillas para desampararnos después de
todo. Su Hijo Jesús murió por nosotros, y podemos estar seguros de que
no murió en vano. ¿Acaso podría abandonar a aquellos por quienes derramó
Su sangre? Puesto que hasta aquí se ha agradado en elegirnos y en
salvarnos, será Su complacencia bendecirnos todavía. Nuestro Señor Jesús
no es un amante cambiante. Habiendo amado a los Suyos, los sigue amando
hasta el fin.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa 27:3 Yo, YHVH, soy su guardián, La riego en todo momento Para que nadie la dañe, La guardo noche y día (BTx 3)
“Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe.” Isa_27:3.
Cuando
el mismo Señor habla en Su propia persona, en vez de hacerlo a través
de un profeta, la palabra tiene un peso peculiar para las mentes de los
creyentes. El mismo Señor es el guardador de Su propia viña; no la
confía a nadie más, sino que le presta Su propia atención. ¿Acaso no
están bien guardados aquellos a quienes Dios guarda? Hemos de recibir
riegos de gracia, no sólo cada día y cada hora, sino “cada momento”.
¡Cómo hemos de crecer! ¡Cuán fresca y fructuosa ha de ser cada planta! ¡Cuán ricos racimos han de producir las viñas!
Pero
los perturbadores se acercan: pequeñas zorras y el jabalí. Por tanto,
el propio Señor es nuestro guardián, y eso lo hace a todas horas, tanto
“de noche como de día”.
Entonces, ¿qué podría dañarnos? ¿Por qué estamos temerosos? Él cuida, Él riega, Él guarda; ¿qué más necesitamos?
Dos
veces en este versículo el Señor dice “Yo haré”. ¡Qué verdad, qué
poder, qué amor, qué inmutabilidad encontramos en el grandioso “Yo haré”
de Jehová! ¿Quién puede resistirse a Su voluntad? Si Él dice: “Yo
haré”, ¿qué espacio hay para la duda? Con un “Yo haré” de Dios, podemos
enfrentar a todas las huestes del pecado, de la muerte, y del infierno.
¡Oh, Señor, puesto que Tú dices: “Yo te guardaré”, yo replico: “yo te
alabaré”!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Deu
33:28 Israel acampa en seguridad, Apartada vive la fuente de Jacob, En
tierra de trigo y de vino, Bajo sus cielos que destilan rocío (BTx 3)
“E
Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola en tierra de
grano y de vino; también sus cielos destilarán rocío.” Deu_33:28.
Entre
más habitemos solos, más seguros estaremos. Dios quiere que Su pueblo
esté separado de los pecadores. Su llamado para ellos es: “Salid de en
medio de ellos.” Un mundo cristiano es una gran monstruosidad que las
Escrituras nunca contemplan. Un cristiano mundano está espiritualmente
enfermo. Aquellos que transigen con los enemigos de Cristo pueden ser
incluidos entre ellos.
Nuestra
seguridad radica, no en hacer acuerdos con el enemigo, sino en habitar
solos con nuestro mejor Amigo. Si hacemos esto, habitaremos en
seguridad, a pesar de los sarcasmos, las calumnias, y los escarnios del
mundo. Estaremos seguros de la funesta influencia de su incredulidad, su
altivez, su vanidad y su inmundicia.
Dios
también nos hará habitar confiados en aquel día cuando el pecado sea
visitado en las naciones por medio de guerras y hambrunas.
El
Señor sacó a Abram de Ur de los Caldeos, pero él se detuvo a medio
camino. No tuvo bendición hasta que, habiéndose propuesto ir a la tierra
de Canaán, llegó a la tierra de Canaán. Abram estaba confiado estando
solo, incluso en medio de enemigos. Lot no estaba seguro en Sodoma
aunque estuviera en un círculo de amigos. Nuestra seguridad radica en
habitar aparte con Dios.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
54:4 ¡No temas, porque no serás avergonzada! ¡No te sonrojes, porque no
serás insultada! Porque olvidarás la afrenta de tu juventud, Y del
oprobio de tu viudez no te acordarás (BTx 3)
“No temas, pues no serás confundida.” Isa_54:4.
No
seremos confundidos por nuestra fe. Críticos mordaces pueden asediar
las Escrituras sobre las que cimentamos nuestra fe, pero cada año el
Señor hará más y más claro que en Su Libro no hay error, no hay exceso, y
no hay omisión. No es un descrédito ser un simple creyente; la fe que
mira únicamente a Jesús, es una corona de honor en la cabeza de
cualquier hombre, y es mejor que una estrella sobre su pecho.
No
seremos confundidos por nuestra esperanza. Sucederá exactamente como
el Señor ha dicho. Seremos nutridos, conducidos, bendecidos y
recibiremos descanso. Nuestro Señor vendrá, y entonces los días de
nuestra aflicción llegarán a un término. ¡Cómo nos gloriaremos en el
Señor que primero nos dio una esperanza viva, y luego nos dio aquello
que esperábamos!
No
seremos confundidos por nuestro amor. Jesús es para nosotros todo
codiciable, y nunca, nunca, habremos de sonrojarnos por haberle
entregado nuestros corazones. La visión de nuestro glorioso Bienamado
justificará la más entusiasta adhesión a Él. Nadie reprochará a los
mártires por haber muerto por Él. Cuando los enemigos de Cristo estén
cubiertos de desprecio sempiterno, los amantes de Jesús se verán
honrados por todos los seres santos, porque eligieron el vituperio de
Cristo en lugar de los tesoros de Egipto.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sof
3:13 El remanente de Israel no cometerá iniquidad, ni hablará mentira,
ni se hallará en su boca lengua engañosa, pues ellos se apacentarán y
reposarán, sin que haya quien los aterrorice (BTx 3)
“Ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.” Sof_3:13.
Ayer
pensamos en los afligidos y en la pobre gente que el Señor ha dejado
para que sea una simiente viva en un mundo muerto. El profeta dice de
los tales que no harán injusticia ni dirán mentiras. De tal forma que,
aunque no tenían rango ni riquezas que los protegieran, eran a la vez
incapaces de usar esas armas en las que los inicuos ponen tanta
confianza: no podían defenderse a sí mismos con el pecado ni con las
sutilezas.
¿Entonces
qué? ¿Serán destruidos? De ninguna manera. Ellos serán apacentados y
dormirán, y no estarán simplemente libres del peligro, sino que vivirán
tranquilos, sin temor del mal.
Las
ovejas son criaturas muy débiles, y los lobos son terribles enemigos;
sin embargo, en esta hora, las ovejas son más numerosas que los lobos, y
la causa de las ovejas siempre está ganando, mientras que la causa de
los lobos siempre está declinando. Un día los rebaños de las ovejas
cubrirán las llanuras, y no quedará ningún lobo. El hecho es que las
ovejas tienen un pastor, y esto les da forraje, protección y paz. “No
habrá quien” -que quiere decir nadie, ya sea en forma diabólica o
humana- “los atemorice”.
¿Quién
atemorizará al rebaño del Señor cuando Él está cerca? Reposamos en
verdes pastos, pues Jesús mismo es alimento y reposo para nuestras
almas.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Stg
1:5 Y si alguno de vosotros carece de sabiduría, pídala al que da, a
Dios, que da a todos generosamente y sin reproche, y le será dada (BTx
3)
“Y
si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual
da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Stg_1:5.
“Si
alguno de vosotros tiene falta de sabiduría”. No hay un “si” en este
asunto, pues yo estoy seguro de que tengo falta de sabiduría. ¿Qué es lo
que sé? ¿Cómo podría guiar mi propio camino? ¿Cómo puedo dirigir a
otros? Señor, yo soy una masa de insensatez y no tengo ninguna
sabiduría. Tú
dices: “Pídala a Dios”. Señor, ahora te la pido. Aquí, en el estrado de
Tus pies, pido que se me otorgue sabiduría celestial para enfrentar las
perplejidades de este día, ay, y también para las simplicidades de este
día; pues yo sé que puedo hacer cosas muy estúpidas, incluso tratándose
de asuntos sencillos, a menos que Tú me apartes del mal. Te
doy gracias porque todo lo que tengo que hacer es pedir. ¡Qué gracia es
esta de parte Tuya, que sólo tengo que orar con fe, y Tú me darás
sabiduría! Tú me prometes aquí una educación liberal, y eso, también,
sin un tutor enojado, o un maestro reprensor. Esto,
asimismo, Tú lo otorgarás sin cobrar un honorario; lo otorgarás a un
necio que tiene falta de sabiduría. Oh Señor, yo te doy gracias por esa
palabra positiva y expresiva: “Y le será dada”. Yo lo creo. Tú harás
que, en este día, Tu bebé conozca la sabiduría escondida que quienes son
carnalmente prudentes nunca aprenden. Tú me guiarás con Tu consejo, y
después me recibirás en la gloria.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
Jua 10:28 y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano (BTx 3)
“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” Jua_10:28.
Nosotros
creemos en la eterna seguridad de los santos. Primero, porque ellos le
pertenecen a Cristo, y Él nunca perderá las ovejas que ha comprado con
Su sangre, y que ha recibido de Su Padre.
A
continuación, porque Él les da vida eterna, y si es eterna, bien,
entonces es eterna, y no puede haber un término para esa vida, a menos
que pueda haber un término para el infierno, y para el cielo, y para
Dios. Si la vida espiritual pudiera extinguirse, entonces no sería
manifiestamente vida eterna, sino vida temporal. Pero el Señor habla de
vida eterna, y eso elimina efectivamente la posibilidad de un fin.
Observen,
además, que el Señor dice expresamente: “No perecerán jamás.” En tanto
que las palabras tengan un significado, esto garantiza a los creyentes,
que no perecerán. La incredulidad más obstinada no puede quitar ese
significado de esta frase.
Luego,
para completar el asunto, Él declara que Su pueblo está en Su mano, y
desafía a todos Sus enemigos a que lo arrebaten de allí. Ciertamente es
algo imposible incluso para el demonio del infierno. Estamos seguros,
puesto que estamos en la mano de un Salvador Omnipotente.
A
nosotros nos corresponde desechar el miedo carnal así como la confianza
carnal, y descansar tranquilamente en la palma de la mano del Redentor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 6:9 YHVH ha escuchado mi súplica, YHVH ha recibido mi oración: (BTx 3)
“Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.” Sal_6:9.
La
experiencia registrada aquí, es mía. Yo puedo confirmar que Dios es
veraz. De formas muy maravillosas, Él ha respondido repetidamente a las
peticiones de Su siervo. Sí, y Él está escuchando mi presente súplica, y
no está apartando de mí Su oído. ¡Bendito sea Su santo nombre! ¿Qué
sucede entonces? Bien, sin duda la promesa que yace dormida en la
confianza creyente del Salmista es mía también. He de asirla con la mano
de la fe: “ha recibido Jehová mi oración.” Él la aceptará, pensará en
ella, y me la concederá de la manera y en el momento en que Su amante
sabiduría lo juzgue conveniente. Yo llevo mi pobre oración en mi mano
ante el grandioso Rey, y me concede una audiencia, y misericordiosamente
recibe mi petición. Hay quienes ridiculizan mis oraciones llenas de
lágrimas, pero el Señor no; Él recibe mi oración en Su oído y en Su
corazón. ¡Qué
recepción es esta para un pobre pecador! Nosotros recibimos a Jesús, y
entonces el Señor nos recibe a nosotros y a nuestras oraciones por medio
de Su Hijo. Bendito sea ese amado nombre que franquea nuestras
oraciones de tal manea que atraviesan libremente las puertas de oro.
Señor, enséñame a orar, puesto que Tú oyes mis oraciones.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
Éxo
11:7 Pero contra cualquiera de los hijos de Israel, desde el hombre
hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que YHVH
hace distinción entre Egipto e Israel (BTx 3)
“Pero
contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni
un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia
entre los egipcios y los israelitas.” Éxo_11:7.
¡Cómo!,
¿tiene poder Dios sobre las lenguas de los perros? ¿Puede impedir que
los canes ladren? Sí, así es. Él puede impedir incluso que los perros
egipcios acosen a las ovejas del rebaño de Israel. ¿Silencia Dios a los
perros, y a los que son como perros en medio de los hombres, y al gran
cancerbero a las puertas del infierno? Entonces prosigamos sin miedo en
nuestro camino.
Él
podría permitir que los perros muevan sus lenguas, pero paraliza sus
colmillos. Podrían generar un ruido terrible, pero sin llegar a hacernos
un daño real. Sin embargo, ¡cuán dulce es la tranquilidad! ¡Cuán
deleitable es moverse en medio de los enemigos, y percibir que Dios los
obliga a estar en paz con nosotros! Como Daniel en el foso de los
leones, permanecemos incólumes en medio de los destructores.
¡Oh,
que hoy, esta palabra del Señor para Israel se vuelva una realidad para
mí! ¿Me aflige el perro? Se lo diré al Señor. Señor, al perro no le
importan mis súplicas; háblale Tú la palabra de poder, y entonces tendrá
que echarse. ¡Concédeme la paz, oh Dios mío, y permíteme ver Tu mano
tan distintamente en esto, que perciba muy claramente la diferencia que
Tu gracia hace entre mi persona y los impíos!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Mal
3:17 En el día que Yo preparo, dice YHVH Sebaot, serán para mí un
especial tesoro, y los perdonaré como un hombre perdona al hijo que lo
sirve (BTx 3)
“Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe.” Mal_3:17.
El
día vendrá en el que las joyas de la corona de nuestro grandioso Rey
serán contadas, para comprobar que correspondan al inventario que Su
Padre le entregó. Alma mía, ¿estarás tú entre las cosas preciosas de
Jesús? Tú eres preciosa para Él, si Él es precioso para ti, y tú serás
Suya “en aquel día”, si Él es tuyo en este día.
En
los días de Malaquías, los escogidos del Señor estaban tan
acostumbrados a conversar entre sí, que su propio Dios escuchaba su
conversación. Le gustaba tanto que tomó notas de ella; sí, e hizo un
libro con ella, que guardó en Su Oficina de Registros.
Complacido
con su conversación, también tenía Su complacencia en ellos. Haz una
pausa, alma mía, y pregúntate: Si Jesús escuchara tu conversación,
¿estaría complacido con ella? ¿Es para Su gloria y para edificación de
los hermanos? Responde, alma mía, y asegúrate de que estás diciendo la
verdad.
Pero,
¡qué honor será para nosotros, ser considerados por el Señor como las
joyas de Su corona! Todos los santos tienen este honor. Jesús no dice
solamente “son míos”, sino, “serán míos”. Él nos compró, nos buscó, nos
recogió, y nos ha forjado a Su imagen de tal manera, que seremos
defendidos por Él con todo Su poder.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Hab 3:19 ¡Adonay YHVH es mi fortaleza! Él me da pies como de ciervas y me hace andar en las alturas (BTx 3)
“Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como ciervas, y en mis alturas me hace andar.” Hab_3:19.
Esta
confianza del hombre de Dios, es equivalente a una promesa; pues
aquello de lo que la fe está persuadida, es el propósito de Dios. El
profeta tuvo que atravesar los hondos lugares de la pobreza y del
hambre, pero fue cuesta abajo sin resbalar, pues el Señor le dio apoyo.
Luego fue llamado a los lugares altos de los montes del conflicto, y no
estuvo más temeroso de subir que de bajar. ¡Vean, el Señor le
proporcionó fortaleza! Es más, el propio Jehová era su fuerza. Piensen
en eso: ¡el propio Dios Todopoderoso se convierte en nuestra fortaleza!
Noten
que el Señor le dio también una base segura para apoyar sus pies. Las
ciervas saltan sobre las rocas y los riscos sin perder nunca su
apoyadero. Nuestro Señor nos dará gracia para seguir los más difíciles
senderos del deber sin tropiezo. Él puede adecuar nuestro pie a los
riscos, de tal forma que nos sentiremos muy cómodos allí donde, aparte
de Dios, pereceríamos.
Uno
de estos días seremos llamados a lugares todavía más altos. Hasta allá
arriba vamos a escalar, incluso hasta el monte de Dios, hasta los
lugares altos donde los seres resplandecientes están congregados. ¡Oh,
qué pies son los pies de la fe, por los cuales, siguiendo al Ciervo de
la Mañana, ascenderemos al monte del Señor!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Nah 1:13 Sino que ahora te sacaré de encima su yugo Y romperé tus coyundas (BTx 3)
“Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas.” Nah_1:13.
A
los asirios se les permitió durante un tiempo oprimir al pueblo del
Señor, pero llegó el tiempo de que su poder fuera quebrantado. De igual
manera, muchos corazones son mantenidos en servidumbre por Satanás y se
angustian agudamente bajo ese yugo. Oh, que para esos prisioneros de la
esperanza, la palabra del Señor venga de inmediato, de acuerdo al texto:
“Ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas.”
¡Vean:
el Señor promete una liberación presente: “Ahora quebraré su yugo de
sobre ti”! Cree en una inmediata libertad y de conformidad a tu fe será
hecho en esta misma hora.
Cuando Dios dice: “ahora”, ningún hombre ha de decir: “mañana”.
Vean
cuán completo ha de ser el rescate; pues el yugo no será quitado, sino
que será quebrado, y las coyundas no serán desatadas, sino que serán
rotas. Aquí tenemos un despliegue de la fuerza divina que garantiza que
el opresor no regresará. Su yugo es quebrado, y ya no podemos ser
doblegados otra vez por su peso. Sus coyundas son cortadas, y ya no
pueden retenernos más. ¡Oh, hemos de creer en Jesús para una completa y
sempiterna emancipación! “Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres.” Ven, Señor, y libera a Tus cautivos de
conformidad a Tu palabra.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás.” Ecl_11:1.
No
debemos esperar ver una inmediata recompensa por todo el bien que
hagamos; ni tampoco debemos confinar nuestros esfuerzos a lugares y
personas que parezcan tener la probabilidad de producir una recompensa
para nuestras labores. El egipcio arroja su semilla en las aguas de
Nilo, acto que parecería ser un puro desperdicio del grano. Pero a su
debido tiempo la crecida del río desciende y el arroz y los otros granos
se hunden en el lodo fértil, y rápidamente la cosecha es producida.
Hemos de hacer hoy el bien a los malagradecidos y a los impíos. Hemos de
enseñar a los indiferentes y a los obstinados. Aguas improbables
podrían cubrir un terreno esperanzador. En ninguna parte nuestra labor
en el Señor será en vano.
Nuestra
labor es arrojar nuestro pan en las aguas; corresponde a Dios cumplir
la promesa: “Lo hallarás.” Él no permitirá que Su promesa falle. Su
buena palabra que hemos hablado vivirá, será encontrada, y será
encontrada por nosotros. Tal vez no suceda todavía, pero algún día
segaremos lo que hemos sembrado. Hemos de ejercitar nuestra paciencia;
pues quizá el Señor la ejerza. “Después de muchos días”, dice la
Escritura, y en muchos casos esos días se convierten en meses y años, y,
sin embargo, la palabra sigue siendo verdadera. La promesa de Dios se
cumplirá; debemos preocuparnos por guardar el precepto, y guardarlo en
este día.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román
