domingo, 28 de septiembre de 2014

Jesús es el reposo perfecto


Heb 4:9 Queda, por tanto, un reposo sabático para el pueblo de Dios. (BTx 3)

Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Hebreos 4:9

 
Dios ha preparado un reposo en el cual todos podemos entrar. Aquellos a quienes primero fue anunciado no entraron a causa de su incredulidad. Por tanto, este sábado es ofrecido al pueblo de Dios. David lo cantó, pero tuvo que contentarse con el tono menor porque Israel rechazó el reposo de Dios. Josué no pudo darlo, ni tampoco Canaán. Queda, pues, para los creyentes.
Venid, y esforcémonos por entrar en este reposo. Dejemos a un lado el fatigoso camino del pecado y del egoísmo. Dejemos aun esas obras de las cuales se podría decir: «son buenas en gran manera». ¿Tenemos tales obras? Aunque así fuere, descansemos de ellas, como lo hizo Dios de las suyas. Busquemos el descanso en la obra consumada de nuestro Señor  Jesucristo. Todo en Él está perfectamente cumplido; la justicia no pide más. Una gran paz es nuestra herencia en Jesús. En cuanto a las demás cosas, como la obra de la gracia en nuestra alma y la obra de Dios en el alma de los otros, dejémoslo en manos del Señor y descansemos en Él. Cuando el Señor pone un yugo sobre nosotros, de tal manera lo hace que, al llevarlo, encontramos reposo. Por fe entramos en el reposo de Dios y renunciamos a encontrar este descanso en nuestra satisfacción personal o en nuestra pereza. Jesús es el reposo perfecto cuando llena nuestro corazón.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.




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