miércoles, 15 de octubre de 2014

El Salvador que nos ha vivificado


Jua 6:57 Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo del Padre, de igual modo el que me mastica, también él vivirá de mí (BTx 3)

Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Juan 6:57

 
Vivimos por la virtud de nuestra unión con el Hijo de Dios. Como Dios-hombre y Mediador, Jesús vive por el Padre que le envió, de la misma manera que nosotros vivimos por el Salvador que nos ha vivificado. Quien nos ha dado la vida, también la conserva. La vida se sustenta por el alimento. Debemos sustentar nuestra vida espiritual con alimento espiritual; ese alimento es Jesús. Y no es tan sólo su vida, muerte, sus obras y palabras, sino Él mismo que emprende todo esto. Nos nutrimos de Jesús mismo.
Esto tiene lugar para nosotros no sólo cuando participamos de la Cena Dominical, sino también cuando meditamos en Él, creemos en Él con fe viva, le recibimos con amor, y asimilamos su persona por el poder de la vida interior. Sabemos qué cosa sea alimentarnos de Jesús, mas no podemos explicarlo. Lo mejor es ponerlo cada día más en práctica. Nos manda que comamos en abundancia, y para nosotros será infinitamente provechoso hacerlo así por cuanto Jesús es nuestra comida y nuestra bebida.
Señor, te doy gracias porque esto que es necesidad de mi nueva vida, es también mi mayor delicia. Así, ahora, me alimento de ti.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.




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