martes, 14 de octubre de 2014

No temo confesar la obra de Jesús en la Cruz


Mat 10:32 Cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de mi Padre celestial (BTx 3)

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre, que está en los cielos. Mateo 10:32

 
¡Preciosa promesa! Es para mí un gozo confesar a mi Señor. Cualesquiera que sean mis culpas, no me avergüenzo de Jesús, ni temo confesar la doctrina de la Cruz. ¡Oh, Señor, no he ocultado tu justicia en mi corazón! ¡Cuán hermosa la perspectiva que este texto descubre ante mis ojos! Los amigos nos dejan y los enemigos triunfan; pero el Señor no negará a su siervo. Mi Señor me reconocerá aun aquí, y me dará nuevas señales de su misericordia. Día vendrá en que estaré delante del Padre. ¡Qué gozo pensar que Jesús me confesará entonces! Él dirá: «Éste verdaderamente confió en mí, y estaba pronto a ser vituperado por amor de mi nombre; por lo tanto, le reconozco como uno». Un hombre fue nombrado caballero y la reina le entregó la insignia adornada con piedras preciosas. Pero, ¿qué valor tiene todo esto? Será una honra sobre toda honra que el Señor Jesús nos confiese ante la divina Majestad en los cielos. Nunca tenga yo vergüenza de confesar a mi Señor; nunca guarde yo un silencio culpable, no adquiera un compromiso complaciente. ¿Me avergonzaré de confesar a quien ha prometido reconocerme?

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.


 



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