lunes, 27 de octubre de 2014

Nuestro lote en la mansión de la gloria


Apo 22:3 Y ya no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
Apo 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. (BTx 3)

Sus siervos le servirán. Y verán su rostro; y su nombre estará en sus frentes. Apocalipsis 22:3-4


Tres bendiciones preciosas serán nuestro lote en la mansión de la gloria.
Sus siervos le servirán. Ningún otro señor nos oprimirá, ni ningún otro trabajo nos afligirá. Serviremos a Jesús perfectamente, sin cansancio y sin error. El cielo para los santos consiste en esto: servir a Cristo en todas las cosas, Y ser reconocido por Él como su siervo será nuestra más grande ambición por toda la eternidad.
Y verán su cara. Esto hace que nuestro servicio le sea agradable: en verdad es la recompensa de este servicio. Conoceremos al Señor, al que veremos tal cual es. El favor más grande que un siervo fiel puede pedir al Señor es ver el rostro de Jesús. ¿Qué más pudo pedir Moisés que esto: «Muéstrame tu rostro?»
Y su nombre estará en sus frentes. Contemplan a su Señor hasta que su nombre quede retratado en sus frentes. Son reconocidos por Él, y ellos le reconocen. La señal secreta de la gracia interior se hace poco a poco visible en el rostro de aquel que vive en intima comunión con Cristo.
¡Oh, Señor, concédenos estas tres cosas en la tierra a fin de que las poseamos en toda su plenitud en tu mansión de gloria!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.


 



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