lunes, 15 de diciembre de 2014

Con sólo transformar su corazón


Isa 2:4 Él juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos. De sus espadas forjarán arados y de sus lanzas, hoces; No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra (BTx 3)

Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Isaías 2:4

 

¡Ojalá hubiesen llegado estos felices tiempos! Actualmente, las naciones están armadas hasta los dientes y cada día aparecen nuevos inventos, cada vez más mortíferos, como si la gloria principal del hombre fuera destruir por millares a sus semejantes. Sin embargo, la paz prevalecerá algún día, de suerte que los instrumentos de destrucción serán transformados en objetos muy distintos y para usos más provechosos.
¿Cómo se efectuará esto? ¿Por el comercio, la civilización, o el arbitraje? No lo creo. Las experiencias pasadas nos impiden confiar en medios tan poco adecuados. La paz solamente será establecida por el Príncipe de la Paz. Él debe enseñar al pueblo por su Espíritu, renovar los corazones con su gracia y reinar con la soberanía de su poder. Entonces los hombres cesarán de herir y matar. El hombre, cuando se enfurece, es un monstruo; sólo el Señor Jesús puede trocar el león en cordero.
Con sólo transformar su corazón, desaparecerán sus sanguinarios instintos. Que cada lector de este libro ore hoy, sobre todo, al Señor y dador de la paz para que ponga fin a las guerras, y restaure la paz en el mundo.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




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