miércoles, 10 de diciembre de 2014

Oye y obedece


Éxo 23:22 Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que te hablo, tendré enemistad con tus enemigos y tendré aversión hacia tus adversarios (BTx 3)

Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos y afligiré a los que te afligieren. Éxodo 23:22


Cristo, el Señor, debe ser reconocido y obedecido en medio de su pueblo. El es el vicario de Dios, y habla en nombre del Padre; a nosotros nos toca hacer inmediatamente lo que Él manda. Si despreciamos su precepto, perderemos el fruto de la promesa.
¡Cuán grande es la bendición de una obediencia perfecta! El Señor establece con su pueblo una alianza ofensiva y defensiva. Bendecirá a los que nos bendicen y maldecirá a los que nos maldicen. Dios estará con todo su corazón al lado de su pueblo, y en todas sus situaciones le mostrará la más viva simpatía. ¡Qué protección nos promete! No nos preocupemos de nuestros adversarios cuando sabemos que son los adversarios de Dios. Si Jehová se ha encargado de nuestra defensa, podemos dejar en sus manos a nuestros enemigos.
Por lo que a nuestros intereses respecta, no tenemos enemigos; pero por causa de la verdad y la justicia, tomamos nuestras armas y salimos al combate. En esta guerra santa somos aliados del Dios eterno, y si diligentemente obedecemos su ley, Él promete emplear todo su poder en nuestro favor.
Por tanto, a nadie temeremos.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

 



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