viernes, 12 de diciembre de 2014

Vuestra fortaleza consiste en confiar y estar tranquilos


Isa 30:15 Pues así decía el Soberano, YHVH, el Santo de Israel: Vuestra salvación está en volveros a mí y tener calma; Vuestra fortaleza consiste en confiar y estar tranquilos; pero no quisisteis (BTx 3)

En quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Isaías 30:15

 
Siempre será una debilidad acongojarse y preocuparse, desconfiar y cavilar. ¿Qué provecho sacamos de esto? ¿Qué conseguimos con la duda y el enojo? ¿Acaso no nos incapacitamos para la acción y turbamos nuestro espíritu de suerte que no seamos capaces de tomar una decisión prudente? Nos hundimos con nuestros esfuerzos cuando podíamos salir a flote por la fe.
¡Quién tuviera la gracia de permanecer tranquilo! ¿Por qué corremos de casa en casa para contar la triste historia que nos aflige cada vez más que la repetimos? Y si nos quedamos en nuestra casa, ¿por qué lloramos angustiosamente pensando en cosas que tal vez no se realizarán? Bueno sería refrenar la lengua, pero mejor sería conservar el corazón tranquilo.
¡Ojalá pudiéramos estar sosegados y conocer que Jehová es Dios! ¡Quién pudiera tener la gracia de confiar en Dios! El Santo de Israel tiene que defender y librar a los suyos; no puede volverse atrás de sus compromisos. Ciertos podemos estar de que cada palabra suya permanecerá, aunque se moviesen los montes. Él es digno de nuestra fe, y si confiamos en Él, podremos ser tan felices como los espíritu delante de su trono.
Vuelve, alma mía, a tu reposo, y reclina tu cabeza en el pecho de tu Señor Jesús.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román


 



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