Pro 11:25 El alma generosa será saciada, Y el que sacia a otros, también él será saciado (BTx 3)
El que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25
Si yo presto interés por los demás, Dios también se interesará por mí, y de algún modo será recompensado.
Si pienso en el pobre, Dios pensará en mí; si me ocupo de los pequeñuelos, Dios me tratará como a hijo suyo. Si apaciento su rebaño, Él me alimentará; si riego su jardín, Él hará que mi alma sea a manera de jardín. Tal es la promesa del Señor.
A mí me toca cumplir las condiciones para poder esperar su cumplimiento.
Puedo preocuparme de mí mismo hasta enfermar; ocultar mis sentimientos hasta que nada sienta; lamentar mi flaqueza hasta el punto de no sentirme capaz de lamentar nada. De mayor aprovechamiento será para mi el ser desinteresado, y empezar, por el amor de mi Señor, a preocuparme de las almas que me rodean. El agua va menguando en mi cisterna; no ha caído agua suficiente para llenarla. ¿Qué haré? Dejaré abierta la válvula para que el agua corra libremente y riegue las plantas que se marchitan a mi alrededor. Mas, ¿qué veo? Mi cisterna se llena a medida que el agua va saliendo; brota un secreto manantial. Mientras el agua estaba detenida, el manantial dejaba de manar; mas cuando sale para regar las almas, el Señor piensa en mí ¡Aleluya!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

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