jueves, 29 de enero de 2015

Ninguna promesa de bendición ha sido revocada


Deu 12:28 Guarda y obedece todas estas palabras que yo te ordeno, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, pues habrás hecho lo bueno y lo recto ante los ojos de YHVH tu Dios (BTx 3)

Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre. Deuteronomio 12:28


Aun cuando la salvación no es por las obras de la ley, sin embargo las bendiciones prometidas a la obediencia tampoco son negadas a los siervos fieles al Señor. Jesucristo borró todas las maldiciones cuando fue hecho maldición por nosotros; en cambio, ninguna promesa de bendición ha sido revocada.
Deber nuestro es estudiar y escuchar la voluntad de Dios prestando nuestra atención, no únicamente a ciertos pasajes de su Palabra, sino a «todas estas palabras». No
hemos de entresacar y escoger, sino que debemos esperar, con imparcialidad todo cuanto Dios nos ha mandado. Tal es el camino de bendición tanto para el padre como para los hijos. La bendición del Señor acompaña a sus escogidos hasta la tercera y cuarta generación. Si andan en rectitud en su presencia, Él hará que todos los hombres conozcan que son simiente bendita de Jehová.
Por el engaño y la hipocresía jamás podrá caer bendición alguna sobre nosotros y sobre los nuestros. Los caminos según el mundo y la impiedad tampoco pueden traernos bien alguno. Todo nos saldrá bien si Dios está con nosotros.
Si la integridad no puede prosperarnos, tampoco prosperaremos por medio del engaño. Todo lo que es del agrado de Dios nos proporcionará alegría.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





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