lunes, 2 de febrero de 2015

Las ricas praderas del amor infinito


Mal 4:2 Mas para vosotros, los que teméis mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, trayendo salvación en sus alas, y saldréis y saltaréis como becerros salidos del establo (BTx 3)

Y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Malaquías 4:2

 
Cuando resplandece el sol, abandonan los enfermos sus habitaciones para respirar el aire fresco del campo.
Cuando el sol nos trae la primavera y el verano, dejan los ganados sus establos para buscar los ricos pastos de las altas montañas. Del mismo modo, cuando estamos en plena comunión con nuestro Dios, abandonamos las moradas del temor y salimos al campo de una santa confianza. Escalamos las montañas de la bendición y nos nutrimos de los pastos que crecen más cerca del cielo que entre las provisiones de un mundo carnal.
«Saldréis» y «saltaréis». Esta es una doble promesa. ¡Oh, alma mía! Procura gozar con ansia de ambas bendiciones.
¿Por qué apetecer la cautividad? Levántate y corre con libertad. Jesús dice que sus ovejas entrarán y saldrán y encontrarán pastos. Por lo tanto, sal fuera y aliméntate en las ricas praderas del amor infinito.
¿Por qué quieres seguir siendo niño en la gracia? Crece. Los novillos crecen rápidamente, sobre todo si son cebados en los establos: mas tú gozas de los solícitos cuidados de tu Redentor. Crece, pues, en la gracia y conocimiento de tu Señor y Salvador. No crezcas desmedrado y raquítico. El Sol de Justicia resplandece sobre ti. Abre tu corazón a sus rayos como las rosas abren sus capullos a la luz del sol para que te desarrolles y crezcas en Él.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





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