Miq 7:7 Pero yo miraré a YHVH, esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! (BTx 3)
“El Dios mío me oirá.” Miq_7:7. Los
amigos podrían ser desleales, pero el Señor no se apartará del alma
agraciada; por el contrario, Él oirá todos sus deseos. El profeta dice:
“De la que duerme a tu lado cuídate, no abras la boca;… y los enemigos
del hombre son los de su casa.” Este es un lamentable estado de cosas;
pero aun en tales casos el Mejor Amigo permanece fiel, y podemos
contarle todo nuestro dolor.
Nuestra
sabiduría consiste en mirar al Señor, y no altercar con hombres o
mujeres. Si nuestras súplicas amorosas son desdeñadas por nuestros
propios parientes, confiemos en el Dios de nuestra salvación, pues Él
nos oirá. Nos oirá con mayor razón por causa del desafecto y la opresión
de los demás, y muy pronto tendremos motivo de clamar: “Tú, enemiga
mía, no te alegres de mí.”
Puesto
que Dios es el Dios vivo, Él puede oír; puesto que es un Dios amante,
Él oirá; puesto que Él es el Dios del pacto, se ha obligado a oírnos. Si
cada uno de nosotros pudiera dirigirse a Él como “Dios mío”, podríamos
decir con absoluta certeza: “El Dios mío me oirá.” ¡Ven, entonces, oh
corazón sangrante, y deja que tus tristezas se denuncien solas delante
del Señor tu Dios! Voy a arrodillarme en secreto, y a susurrar
internamente: “El Dios mío me oirá”.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Gén
28:15 He aquí Yo estoy contigo y te guardaré dondequiera que vayas, y
volveré a traerte a esta tierra, pues no te dejaré hasta que haya hecho
lo que te he prometido (BTx 3)
“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres.” Gén_28:15. ¿Necesitamos
misericordias para el camino? Aquí tenemos unas muy especiales: la
presencia de Dios y Su preservación. En cualquier lugar necesitamos
ambas, y en cualquier lugar las tendremos si acudimos al llamado del
deber y no vamos meramente siguiendo nuestra propia fantasía. ¿Por qué
habríamos de mirar el cambio de domicilio a otro país como una triste
necesidad cuando nos es asignado por la voluntad divina? En todas las
tierras el creyente es igualmente un peregrino y un extranjero; y, sin
embargo, en cualquier región el Señor es la morada del creyente, como lo
ha sido para todos Sus santos en todas las generaciones. Podríamos
echar de menos la protección de un monarca terrenal, pero cuando Dios
dice: “te guardaré”, no estamos expuestos a ningún peligro real. Este es
un bendito pasaporte para un viajero, y una escolta celestial para un
emigrante.
Jacob
no había abandonado nunca antes su hogar paterno: había estado siempre
bajo la protección de la madre, y no había sido un aventurero como su
hermano. Sin embargo, se fue lejos, y Dios fue con él. Llevaba poco
equipaje, y no contaba con ayudantes; sin embargo, ningún príncipe viajó
jamás con un protector personal más noble. Aun cuando dormía al aire
libre, los ángeles lo cuidaban, y el Señor Dios le habló. Si el Señor
nos ordena que vayamos, digamos con nuestro Señor Jesús: “Levantaos,
vamos de aquí.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Deu
12:28 Guarda y obedece todas estas palabras que yo te ordeno, para que
te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, pues habrás
hecho lo bueno y lo recto ante los ojos de YHVH tu Dios (BTx 3)
“Guarda
y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo
bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a
tus hijos después de ti para siempre.” Deu_12:28.Aunque
la salvación no es por las obras de la ley, sin embargo, las
bendiciones que son prometidas a la obediencia no son denegadas a los
fieles siervos de Dios. El Señor quitó las maldiciones cuando fue hecho
maldición por nosotros, pero ninguna cláusula de bendición ha sido
abrogada.
Hemos
de tomar nota y escuchar la voluntad revelada del Señor, poniendo
nuestra atención no sólo a algunas porciones de ella, sino a “todas
estas palabras.” No podemos seleccionar ni elegir, sino ha de haber un
respeto imparcial para todo lo que Dios ha mandado. Este es el camino de
bendición para el padre y para sus hijos. La bendición del Señor está
sobre los elegidos hasta la tercera y cuarta generación. Si caminan
rectamente delante de Él, hará saber a todos los hombres que son una
simiente que el Señor ha bendecido.
Ninguna
bendición nos puede llegar a nosotros o a los nuestros por medio de la
deshonestidad y el engaño. Los caminos de la conformidad mundana y de la
impiedad no pueden traernos bien ni a nosotros ni a los nuestros. Nos
irá bien cuando caminemos bien delante de Dios. Si la integridad no nos
hiciera prosperar, la ruindad no lo hará. Lo que place a Dios nos
proporcionará placer a nosotros.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Apo
21:4 Y enjugará° toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte,°
ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor.° Las primeras cosas pasaron
(BTx 3)
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos.” Rev_21:4. Sí,
llegaremos a esto si somos creyentes. La tristeza cesará, y las
lágrimas serán enjugadas. Este es un mundo de llanto, pero pasará. Habrá
un nuevo cielo, y una nueva tierra, según lo dice el primer versículo
de este capítulo; y, por tanto, no habrá ya ninguna causa de llanto en
relación a la caída y sus consiguientes miserias. Lean el segundo
versículo, y noten cómo habla de la esposa y de sus bodas. Las bodas del
Cordero son un tiempo para un placer sin límites, y las lágrimas
estarán fuera de lugar. El tercer versículo dice que el propio Dios
morará entre los hombres; y seguramente a Su diestra hay placeres sin
término, y las lágrimas no fluyen más.
¿Cuál
será nuestro estado cuando no haya más tristeza, ni llanto, y ya no
haya tampoco más dolor? Esto será más glorioso de lo que todavía podamos
imaginar. ¡Oh ojos enrojecidos por el llanto, detengan su flujo
abrasador, pues dentro de poco ya no conocerán más las lágrimas! Nadie
puede enjugar las lágrimas como el Dios de amor, y Él viene para
hacerlo. “Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la
alegría.” ¡Ven, Señor, y no esperes; pues ahora tanto los hombres como
las mujeres deben llorar!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Eze
20:43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros
hechos en que os contaminasteis, y os aborreceréis a vosotros mismos a
causa de todos vuestros pecados que cometisteis (BTx 3)
“Y
allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en
que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de
todos vuestros pecados que cometisteis.” Eze_20:43. Cuando
somos aceptados por el Señor, y estamos colocados en el lugar de favor,
y paz, y seguridad, entonces somos conducidos a arrepentirnos de todas
nuestras fallas y extravíos para con nuestro Dios lleno de gracia. El
arrepentimiento es tan precioso, que lo podemos llamar un diamante de
hermosas aguas, y esto está dulcemente prometido al pueblo de Dios como
uno de los resultados más santificantes de la salvación. Aquel que
acepta el arrepentimiento, también da el arrepentimiento; y no lo da
proveniente de “la caja amarga” sino que lo toma de entre “las hojuelas
con miel” con las que alimenta a Su pueblo. Un sentido del perdón
comprado con sangre y de la misericordia inmerecida, es el mejor medio
para derretir a un corazón de piedra.
¿Tenemos
duros sentimientos? Pensemos en el amor del pacto, y entonces
dejaremos el pecado, lamentaremos el pecado y odiaremos el pecado; sí,
nos aborreceremos a nosotros mismos por pecar contra un amor tan
infinito. Acerquémonos a Dios con esta promesa de penitencia, y
pidámosle que nos ayude a recordar, y a arrepentirnos, y a lamentarnos, y
a regresar. ¡Oh, que pudiéramos gozar del derretimiento provocado
por aflicción santa! ¡Qué alivio sería una inundación de lágrimas!
¡Señor, golpea la roca, o háblale a la roca, y haz que las aguas
fluyan!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Núm
23:23 No hay hechizo contra Jacob, Ni conjuro contra Israel. A su
tiempo se dirá de Jacob y de Israel: ¡Mirad° lo que ha hecho Dios! (BTx
3)
“Porque contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel.” Núm_23:23. ¡Cómo
debería cortar esto las raíces y las ramas de todos los miedos
insensatos y supersticiosos! Aun cuando hubiera alguna verdad en la
brujería y en los agüeros, no podrían afectar al pueblo del Señor.
Aquellos a quienes Dios bendice, los demonios no pueden maldecir.
Los
impíos, como Balaam, pueden maquinar astutamente para destruir al
Israel de Dios; pero a pesar de todo su sigilo y su política están
condenados al fracaso. Su pólvora está mojada y su espada perdió su
filo. Se reúnen; pero como el Señor no está con ellos, se juntan en
vano. Podemos quedarnos quietos, y dejar que tejan sus redes, pues no
seremos atrapados en ellas. Aunque solicitaran la ayuda de Beelzebú, y
emplearan toda su astucia viperina, no les serviría de nada: los
hechizos no funcionarán y la adivinación los engañará. ¡Cuán grande
bendición es esta! ¡Cómo tranquiliza el corazón! Los Jacob de Dios
luchan con Dios, pero nadie luchará con ellos para prevalecer. Los
Israel de Dios tienen poder con Dios y prevalecen, pero nadie tendrá
poder para prevalecer en contra de ellos. No hemos de temer ni al mismo
demonio, ni a ninguno de esos secretos enemigos cuyas palabras están
llenas de engaño, y cuyos planes son profundos e insondables. No pueden
dañar a aquellos que confían en el Dios vivo. Desafiamos al diablo y a
todas sus legiones.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Job 33:27 Cantaría entre los hombres diciendo: ¡Pequé y pervertí lo recto, Pero no me fue tomado en cuenta!
Job 33:28 ¡Ha redimido mi alma para que no baje al sepulcro, Y mi vida ya ve la luz! (BTx 3)
“Él
mira sobre los hombres; y al que dijere: pequé, y pervertí lo recto, y
no me ha aprovechado, Dios redimirá su alma para que no pase al
sepulcro, y su vida se verá en luz.” Job_33:27-28. Esta
es una palabra de verdad, extraída de la experiencia de un hombre de
Dios, y equivale a una promesa. Lo que el Señor ha hecho, y está
haciendo, lo seguirá haciendo mientras el mundo subsista. El Señor
recibirá en Su seno a todos los que vengan a Él con una sincera
confesión de su pecado; de hecho, siempre está buscando para descubrir a
alguien que esté en problemas por causa de sus faltas.
¿No
podemos endosar el lenguaje usado aquí? ¿Acaso no hemos pecado y pecado
personalmente como para decir: “He pecado”? ¿No hemos pecado
voluntariamente habiendo pervertido lo que es recto? ¿No hemos pecado
como para descubrir que no hay ganancia en ello, sino una pérdida
eterna? Entonces, acudamos a Dios con este reconocimiento honesto. Él no
pide más. No podemos hacer menos.
Usemos
como argumento Su promesa en el nombre de Jesús. Él nos redimirá del
abismo del infierno que abre sus fauces para tragarnos; Él nos concederá
vida y luz. ¿Por qué habríamos de desesperar? ¿Por qué habríamos
siquiera de dudar? El Señor no se burla de las almas humildes. Él dice
en serio lo que afirma. Los culpables pueden ser perdonados. Los que
merecen una ejecución pueden recibir un perdón inmerecido. ¡Señor,
nosotros confesamos, y te pedimos que nos perdones!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

1Sa
2:9 Él guarda los pies de sus fieles, Pero los malos enmudecerán en las
tinieblas, Porque por fuerza propia no prevalecerá ninguno (BTx 3)
“Él guarda los pies de sus santos.” 1Sa_2:9. El
camino es resbaloso, y nuestros pies son débiles, pero el Señor guarda
nuestros pies. Si no s entregáramos por medio de la fe obediente para
ser sus santos, Él mismo será nuestro guarda. No solamente encargará a
Sus ángeles que nos guarden, sino que Él mismo preservará nuestras
actividades.
Él
impedirá que nuestros pies resbalen, para que no manchemos nuestros
vestidos, no lesionemos nuestras almas, y no provoquemos que el enemigo
blasfeme.
Él
impedirá que nuestros pies se descarríen, para que no nos adentremos en
caminos de error, o en senderos de insensatez, o en vías de costumbres
mundanas. Él impedirá que nuestros pies se hinchen por cansancio, o se
llaguen por lo escarpado y largo del camino.
Él
impedirá que nuestros pies resulten heridos: nuestros zapatos serán de
hierro y de bronce, de tal forma que aunque pisemos sobre el filo de la
espada, o sobre serpientes mortíferas, no sangraremos ni podremos
resultar envenenados.
Él arrebatará nuestros pies de la red. No quedaremos atrapados en el engaño de enemigos maliciosos y astutos.
Con una promesa como esta, corramos sin cansancio, y caminemos sin temor. El que guarda nuestros pies lo hará eficazmente.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Lev 1:4 Apoyará su mano sobre la cabeza de la víctima, y le será acepta para hacer expiación por él (BTx 3)
“Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya.” Lev_1:4. Si
al poner su mano sobre el novillo, este se convertía en el sacrificio
del oferente, ¿cuánto más no se volverá Jesús nuestro cuando ponemos
sobre Él la mano de la fe?
“Mi fe en verdad su mano pone
Sobre esa amada cabeza Tuya,
En tanto que como penitente estoy,
Confesando allí mi pecado.”
Si
un novillo podía ser aceptado en lugar de una persona para hacer
expiación por ella, ¿cuánto más no será el Señor Jesús nuestra
propiciación plena y toda suficiente? Algunos contienden con la gran
verdad de la sustitución; mas, en cuanto a nosotros, es nuestra
esperanza, nuestro gozo, nuestra jactancia y nuestro todo. Jesús es
aceptado en lugar nuestro para hacer expiación por nosotros, y nosotros
somos “aceptos en el Amado”.
El
lector ha de apresurarse de inmediato para poner su mano sobre el
sacrificio consumado del Señor, para que, aceptándolo, pueda obtener su
inmediato beneficio. Si ya lo ha hecho una vez, que lo haga otra vez. Si
no lo hubiere hecho nunca, que extienda su mano sin demorarse ni un
momento. Jesús es tuyo ahora si quieres tenerlo. Apóyate en Él; apóyate
fuertemente en Él; y es tuyo más allá de toda duda; estás reconciliado
con Dios, tus pecados han sido borrados, y tú le perteneces al Señor.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 41:1 Al director del coro. Salmo de David.
¡Oh las bienaventuranzas de aquel que se preocupa por el pobre! En el día malo lo librará YHVH (BTx 3)
“Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová.” Sal_41:1. Pensar
en los pobres y guardarlos en nuestros corazones es el deber de todo
cristiano; pues Jesús puso a los pobres con nosotros y cerca de nosotros
cuando dijo: “Siempre tendréis pobres con vosotros.”
Muchos
dan su dinero a los pobres con prisa, sin pensar; y muchos más no dan
absolutamente nada. Esta preciosa promesa pertenece a aquellos que
“piensan” en los pobres, que analizan su caso, diseñan planes para su
beneficio, y los implementan consideradamente. Podemos hacer más
otorgándoles cuidados que dinero en efectivo, y mucho más todavía si
juntáramos ambas cosas. El Señor promete Su propia consideración en
tiempos de zozobra para aquellos que piensen en los pobres. Él nos
sacará del problema si ayudamos a otros cuando se encuentran en
problemas. Habremos de recibir una ayuda providencial singular si el
Señor ve que procuramos proveer a otros. Hemos de enfrentar tiempos de
turbación, sin importar cuán generosos podamos ser; pero si somos
caritativos, podemos presentar un argumento para una liberación
peculiar, y el Señor no negará Su propia palabra y compromiso. Quienes
son miserables tacaños se ayudan a sí mismos, pero el Señor ayudará a
los creyentes que son considerados y generosos. Como hubieren hecho con
los demás, así hará el Señor con ustedes. Vacíen sus bolsillos.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Éxo
7:5 Y sabrán los egipcios que Yo soy YHVH, cuando extienda mi mano
contra Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos (BTx
3)
“Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová.” Éxo_7:5. Es
difícil enseñar al mundo impío. Egipto no conoce a Jehová y por eso se
atreve a entronizar sus ídolos, e incluso se aventura a preguntar:
“¿Quién es Jehová?” Sin embargo, el Señor tiene el propósito de
quebrantar a los corazones altivos, ya sea que quieran o no. Cuando Sus
juicios truenen sobre sus cabezas, oscurezcan sus cielos, destruyan sus
cosechas, y maten a sus hijos, comenzarán a discernir algo del poder de
Jehová. Todavía habrán de ocurrir cosas en la tierra que pondrán a los
escépticos de rodillas. No desmayemos a causa de sus blasfemias, pues el
Señor puede cuidar de Su propio nombre, y lo hará de una manera muy
eficaz.
La
salvación de Su propio pueblo fue otro medio poderoso de hacer que
Egipto supiera que el Dios de Israel era Jehová, el Dios vivo y
verdadero. Ningún israelita murió por causa de alguna de las plagas.
Nadie de la simiente elegida murió ahogado en el Mar Rojo . De igual
manera, la salvación de los elegidos, y la segura glorificación de todos
los verdaderos creyentes, hará que los más obstinados enemigos de Dios
reconozcan que Jehová es el Dios.
¡Oh,
que Su poder de convencimiento salga por Su Santo Espíritu en la
predicación del Evangelio, hasta que todas las naciones se inclinen
delante del nombre de Jesús, y lo llamen Señor!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Apo
2:7 El que tiene oído, oiga qué dice el Espíritu a las iglesias. Al que
venza, le daré a comer del árbol de la vida,° que está en° el paraíso
de Dios (BTx 3)
“Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” Rev_2:7. Ningún
hombre puede dar la espalda en el día de la batalla, ni rehusar ir a la
guerra santa. Debemos luchar si hemos de reinar, y debemos continuar la
guerra hasta que venzamos a todo enemigo, pues de lo contrario esta
promesa no es para nosotros, pues es únicamente para “el que venciere”.
Hemos de vencer a los falsos profetas que han venido al mundo, y a todos
los males que acompañan su enseñanza. Hemos de vencer nuestra propia
languidez de corazón y la tendencia a perder nuestro primer amor. Lean
toda la palabra del Espíritu a la iglesia de Éfeso.
Si
por gracia salimos airosos, como saldremos si en verdad seguimos a
nuestro Líder victorioso, entonces seremos admitidos al propio centro
del paraíso de Dios, y se nos permitirá pasar junto al querubín y su
espada de fuego, y acercarnos al árbol protegido, del cual, si un hombre
comiere, vivirá para siempre. Escaparemos así de esa muerte sin fin que
es la condena del pecado, y ganaremos esa vida eterna que es el sello
de la inocencia, el resultado de los principios inmortales de la
santidad semejante a Dios. ¡Vamos, corazón mío, ten valor! Huir del
conflicto sería perder los gozos del nuevo y mejor Edén; combatir hasta
la victoria es caminar con Dios en el Paraíso.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Rom
10:9 °Si con tu boca confiesas a Jesús como Señor y crees en tu corazón
que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo (BTx 3)
“Si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Rom_10:9. Debe
haber confesión con la boca. ¿He hecho esa confesión? ¿He declarado
abiertamente mi fe en Jesús como el Salvador a quien Dios ha levantado
de los muertos, y lo he hecho de la manera requerida por Dios? He de
contestar honestamente esta pregunta.
Debe
haber también fe en el corazón. ¿Creo sinceramente en el Señor Jesús
resucitado? ¿Confío en Él como mi única esperanza de salvación? ¿Brota
de mi corazón esta confianza? He de contestar esto como delante de Dios.
Si
yo pudiera en verdad afirmar que he confesado a Cristo y he creído en
Él, entonces soy salvo. El texto no dice que podría ser así, sino que es
evidente y claro como el sol en los cielos: “Serás salvo.”
Como
un creyente y como un profesante, puedo echar mano de la promesa, y
argumentarla delante del Señor Dios en este momento, y a lo largo de
toda la vida, y en la hora de la muerte, y en el día del juicio.
He
de ser salvo de la culpa del pecado, del poder del pecado, del castigo
del pecado, y por último del propio ser del pecado. Dios lo ha dicho:
“Serás salvo.” Yo lo creo. Seré salvo: soy salvo. ¡Gloria a Dios por
siempre y para siempre!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
53:10 Plugo a YHVH quebrantarlo y someterlo a padecimiento. Cuando se
haya puesto su vida en sacrificio expiatorio,° verá a su descendencia,
Vivirá por días sin fin, y la voluntad de YHVH triunfará en su mano (BTx
3)
“Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje.” Isa_53:10. Nuestro Señor Jesús no murió en vano. Su muerte fue expiatoria: Él murió como
nuestro
sustituto, porque la muerte era el castigo por nu estros pecados; y
debido a que Su sustitución fue aceptada por Dios, Él ha salvado a
aquellos por quienes puso Su vida en sacrificio. Por la muerte se volvió
como el grano de trigo que lleva mucho fruto. Debe haber una
descendencia de hijos para Jesús; Él es “el Padre eterno.” Él dirá: “Yo y
los hijos que me dio Jehová.”
Un
hombre es honrado en sus hijos, y Jesús tiene Su aljaba llena de estas
saetas de los valientes. Un hombre es representado en sus hijos, y así
es representado el Cristo en los cristianos. La vida de un hombre parece
ser prolongada y extendida en su simiente; y así la vida de Jesús es
continuada en los creyentes.
Jesús
vive, pues ve a Su linaje. Él fija Sus ojos en nosotros, se deleita en
nosotros y nos reconoce como el fruto del trabajo de Su alma. Debemos
alegrarnos porque nuestro Señor no cesa de gozar el resultado de Su
terrible expiación, y porque nunca dejará de deleitar Sus ojos en la
cosecha de Su muerte. Esos ojos que una vez lloraron por nosotros, ahora
nos miran con placer. Sí, Él mira a aquellos que lo miran a Él.
¡Nuestros ojos se encuentran! ¡Cuán grande gozo es este!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Éxo
3:12 Él dijo: Porque Yo estaré contigo, y ésta será la señal de que te
he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a ’Elohim
sobre este monte (BTx 3)
“Vé, porque yo estoy contigo.” Éxo_3:12. Es
evidente que si el Señor enviaba a Moisés en una misión, no lo dejaría
ir solo. El tremendo riesgo que involucraría, y el gran poder que
requeriría, harían que fuese ridículo que Dios enviara a un pobre hebreo
solitario para que confrontara al rey más poderoso de todo el mundo,
pero lo dejara solo. No es concebible que un Dios sabio confrontara al
pobre Moisés con Faraón y las enormes fuerzas de Egipto. Por esto le
dice: “Yo estoy contigo”, para que no hubiese duda de que lo podría
enviar solo.
En
mi caso, también, la misma regla prevalece. Si salgo en una misión del
Señor, confiando solamente en Su poder, y con la mirada fija en Su
gloria, es seguro que Él estará conmigo. Puesto que Él me envía, está
obligado a respaldarme. ¿Acaso no basta eso? ¿Qué más podría necesitar?
Si todos los ángeles y los arcángeles estuvieran conmigo, yo podría
fallar; pero si ÉL está conmigo, habré de tener éxito. Sólo debo
cuidarme de actuar dignamente con relación a mi promesa. No he de ir
tímidamente, indecisamente, descuidadamente, presuntuosamente. ¡Qué tipo
de persona tendría que ser aquella que cuenta con Dios! Con tal
compañía me corresponde actuar con mucha hombría, y como Moisés, he de
enfrentar a Faraón sin miedo.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Joe
2:32 Entonces, todo el que invoque el nombre de YHVH, escapará,° Porque
en el monte Sión y en Jerusalem quedará un remanente, Conforme ha dicho
YHVH, Y entre los supervivientes estarán los que YHVH llamó (BTx 3)
“Todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo.” Joe_2:32. ¿Por
qué no invoco Su nombre? ¿Por qué acudo presurosamente a este vecino y a
aquel, cuando Dios está tan cerca y puede oír mi más tenue llamado?
¿Por qué me quedo sentado, y maquino proyectos e invento planes? ¿Por
qué no descargo de una vez mi peso y mi persona en el Señor? La
distancia más corta entre dos puntos es la línea recta; ¿por qué no
corro de inmediato al Dios vivo? En vano habré de buscar liberación en
cualquier otra parte; pero con Dios la encontraré; pues aquí tengo la
real expresión: ‘SERÁ’ que la garantiza.
No
necesito preguntar si puedo invocar el nombre o no, pues esas
palabras: “Todo aquel” son amplias y comprensivas. Todo aquel quiere
decir yo, pues significa cualquiera y todo el mundo que invoque a Dios.
Por tanto voy a seguir la guía del texto y de inmediato invocaré al
glorioso Señor que ha hecho una promesa tan grande.
Mi
caso es urgente, y no veo cómo habré de ser liberado; pero ese no es
asunto mío. El que hace la promesa encontrará las maneras y los medios
de cumplirla. A mí me corresponde obedecer Sus mandamientos; a mí no me
corresponde dirigir Sus consejos. Yo soy Su siervo, no Su abogado. Yo
lo invoco, y Él me librará.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Sal 9:18 Porque no para siempre será olvidado el pobre, Ni la esperanza de los afligidos perecerá para siempre (BTx 3)
“Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.” Sal_9:18. La
pobreza es una dura herencia; pero aquellos que confían en el Señor son
enriquecidos por la fe. Ellos saben que no son olvidados por Dios; y
aunque parezca que son pasados por alto en Su distribución providencial d
e cosas buenas, esperan un tiempo cuando todo esto será enderezado.
Lázaro no siempre estará echado entre los perros a la puerta del rico,
sino que tendrá su recompensa en el seno de Abraham.
Incluso
ahora el Señor recuerda a Sus hijos pobres pero preciosos. “Yo soy
pobre y menesteroso; sin embargo, el Señor piensa en mí”, dijo alguien
en la antigüedad, y así es. Los pobres piadosos tienen grandes
esperanzas. Esperan que el Señor les provea de todas las cosas
necesarias para esta vida y para la piedad; esperan que todas las cosas
les ayuden a bien; esperan tener una comunión mucho más íntima con su
Señor, que no tenía dónde recostar la cabeza; esperan Su Segundo
Advenimiento, y compartir su gloria. Esta esperanza no puede perecer,
pues está puesta en Cristo Jesús, que vive para siempre; y porque Él
vive, la esperanza también vivirá. El santo pobre canta muchos himnos
que el rico pecador no puede entender. Por tanto, cuando tengamos una
ración reducida, hemos de dirigir nuestros pensamientos a la mesa real
de arriba.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Mat 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y Yo os haré descansar (BTx 3)
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Mat_11:28. Quienes
somos salvos encontramos descanso en Jesús. Quienes no son salvos,
recibirán descanso si van a Él, pues aquí promete darlo. Nada puede ser
más gratuito que un don; aceptemos con gozo lo que Él da con gozo. No
han de comprar el descanso, ni pedirlo prestado; sino que han de
recibirlo como un don. Ustedes laboran bajo el látigo de la ambición, de
la codicia, de la concupiscencia o de la ansiedad: Él los liberará de
esta servidumbre de hierro, y les dará descanso. Ustedes están
“trabajados”: sí, “muy trabajados” con el pecado , el temor, los
cuidados, los remordimientos y el miedo a la muerte; pero si vienen a
Él, los hará descansar. Él cargó con el aplastante peso de nuestro
pecado, para que ya no lo llevemos nosotros. Él se convirtió a Sí mismo
en el gran Cargador, para que toda persona que esté muy cargada cese de
inclinarse bajo la enorme presión.
Jesús
da descanso. Así es. ¿Lo creerán? ¿Lo pondrán a prueba? ¿Lo harán de
inmediato? Vengan a Jesús abandonando cualquier otra esperanza,
pensando en Él, creyendo en el testimonio de Dios y confiando todo a Él.
Si vinieran a Él de esta manera, el descanso que Él les proporcionará
será profundo, seguro, santo y eterno. Él da un descanso que perdura
hasta el cielo, y lo da hoy a todos aquellos que vienen a Él
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jua 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, de ningún modo lo echo fuera (BTx 3)
“Y al que a mí viene, no le echo fuera.” Jua_6:37. ¿Hay
algún caso en el que nuestro Señor hubiere echado fuera a alguien que
viniera a Él? Si existiera un caso así, nos gustaría conocerlo; pero no
ha habido ningún caso, y nunca lo habrá. Entre las almas perdidas en el
infierno no hay una sola que pudiera decir: “yo vine a Jesús, y Él me
rechazó.” No es posible que tú o yo fuéramos los primeros a quienes
Jesús no les cumpla Su palabra. No abriguemos una sospecha tan oscura.
Supongan
que acudimos a Jesús en relación a nuestros males de hoy. De esto
podemos estar seguros: Él no nos denegará una audiencia, ni nos echará
fuera. Aquellos de nosotros que hemos ido con frecuencia a Él, y
aquellos que no han ido nunca antes: vamos juntos, y comprobaremos que
Él no cerrará en la cara de ninguno de nosotros la puerta de Su gracia.
“Este
a los pecadores recibe”, pero a nadie desecha. Venimos a Él en
debilidad y pecado, con temblorosa fe, escaso conocimiento, y tenue
esperanza; pero Él no nos echa fuera. Venimos por medio de la oración, y
esa oración es imperfecta; con confesión, y esa confesión es
deficiente; con alabanza, y esa alabanza no tiene muchos méritos; sin
embargo, Él nos recibe. Venimos enfermos, contaminados, desgastados, e
indignos; pero Él no nos echa fuera. Vengamos de nuevo a Él hoy, pues
nunca nos echa fuera.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Lam 3:31 Porque Adonay no desechará para siempre (BTx 3)
“Porque el Señor no desecha para siempre.” Lam_3:31.
Él
podría desechar por un tiempo, pero no para siempre. Una mujer podría
prescindir de sus adornos por unos cuantos días, pero no los olvidará,
ni los arrojará sobre el muladar. El Señor no acostumbra desechar a
aquellos a quienes ama: pues “como había amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el fin.” Algunos hablan de estar en la gracia
o fuera de la gracia, como si fuéramos conejos que entran y salen de
sus madrigueras: pero, en verdad, no es así. El amor del Señor es un
asunto más serio y permanente que eso.
Él
nos eligió desde la eternidad, y nos amará a lo largo de toda la
eternidad. Él nos amó de tal manera como para morir por nosotros, y por
tanto podemos estar seguros de que Su amor no morirá nunca. Su honor
está tan involucrado en la salvación del creyente, que no puede
desecharlo como tampoco podría desechar Su propias vestiduras
correspondientes a Su oficio de Rey de gloria. ¡No, no! El Señor Jesús,
como Cabeza, nunca desecha a Sus miembros; como Esposo, nunca desecha a
Su esposa.
¿Ustedes
pensaron que eran desechados? ¿Por qué pensaron tan mal del Señor que
los ha desposado con Él? Desechen tales pensamientos, y no permitan
nunca que se alojen en su alma otra vez. “No ha desechado Dios a su
pueblo, al cual desde antes conoció.” ( Rom_11:2) “Él aborrece el
repudio.” ( Mal_2:16).
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román
Gén 9:14 Pues sucederá que cuando Yo cubra con nube la tierra, entonces aparecerá el arco en la nube (BTx 3)
“Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver se dejará ver entonces mi arco en las nubes.” Gén_9:14. Justo
ahora las nubes son muy copiosas, pero no tenemos miedo de que el mundo
sea destruido por un diluvio. Vemos el arco iris con la suficiente
frecuencia como para no tener tal miedo. El pacto que el Señor hizo con
Noé permanece firme, y no tenemos dudas al respecto. ¿Por qué, entonces,
habríamos de pensar que las nubes de la tribulación, que oscurecen
ahora nuestro cielo, terminarán destruyéndonos? Hemos de desechar esos
miedos infundados y deshonrosos.
La
fe ve siempre el arco de la promesa del pacto, siempre que el sentido
ve la nube de la aflicción. Dios tiene un arco con el que puede disparar
Sus flechas de destrucción; ¡pero vean!, está volteado al revés. Es un
arco sin flechas y sin cuerda; es un arco que está colgado como
demostración, pero que ya no es usado para la guerra. Es un arco de
muchos colores que expresan gozo y deleite, y no un arco ensangrentado
por matanzas, o ennegrecido por la ira.
Tengamos
mucho ánimo. Dios no oscurece nunca nuestro cielo como para dejar Su
pacto sin un testigo; y aun si lo hiciera, nosotros confiaríamos en Él,
puesto que Él no puede cambiar, ni mentir, ni dejar de cumplir Su pacto
de paz de cualquier otra manera. Hasta que las aguas cubran la tierra
otra vez, no tendremos una razón para dudar de nuestro Dios.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Pro 11:25 El alma generosa será saciada, Y el que sacia a otros, también él será saciado (BTx 3)
“El que saciare, él también será saciado.” Pro_11:25. Si
considero cuidadosamente a otros, Dios me considerará; y de una manera u
otra me recompensará. He de considerar a los pobres, y el Señor me
considerará a mí. He de cuidar a los pequeñitos, y el Señor me tratará
como Su pequeñito. He de alimentar a Su rebaño, y Él me alimentará a mí.
He de regar Su jardín, y Él convertirá mi alma en un jardín de riego.
Esta es la propia promesa del Señor; a mí me corresponde cumplir la
condición y luego esperar su cumplimiento.
Podría
preocuparme por mí hasta volverme mórbido; podría vigilar mis propios
sentimientos hasta no sentir nada; y podría lamentar mi propia debilidad
hasta quedarme demasiado débil para lamentarme. Sería mucho más
conveniente para mí que me volviera abnegado, y por amor a mi Señor
Jesús, que comenzara a preocuparme por las almas de quienes me rodean.
Mi tanque se está vaciando; no vienen lluvias frescas para rellenarlo;
¿qué haré? Voy a quitarle el tapón, y voy a dejar que su contenido salga
para regar las plantas que se están marchitando a mi alrededor. ¿Qué
veo? Mi cisterna pareciera llenarse conforme se vacía. Un manantial
secreto está brotando. Mientras todo estaba estancado, el fresco
manantial estaba sellado; pero conforme mi reserva fluye hacia fuera
para regar a otros, el Señor piensa en mí. ¡Aleluya!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Pro 11:25 El alma generosa será saciada, Y el que sacia a otros, también él será saciado (BTx 3)
“El alma generosa será prosperada.” Pro_11:25. Si
deseo medrar en el alma, no debo almacenar mis provisiones, sino que he
de distribuir a los pobres. Ser mezquino y tacaño es el camino del
mundo hacia la prosperidad, pero no es el camino de Dios, pues Él dice:
“Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más
de lo que es justo, pero vienen a pobreza.” La manera de ganar de la fe
es dar. He de intentar esto una y otra vez; y puedo esperar que me venga
tanta prosperidad como sea buena para mí, como una recompensa graciosa
para un generoso curso de acción.
Por
supuesto que no puedo tener la certeza de volverme rico. Seré
prosperado, pero no demasiado. Demasiada riqueza podría volverme tan
pesado como son usualmente las personas corpulentas, y podría provocarme
la indigestión de la mundanalidad, y tal vez me sobrevenga una
degeneración grasosa en el corazón. No, si soy lo bastante gordo para
ser saludable, puedo darme por muy satisfecho; y si el Señor me concede
una subsistencia, puedo quedarme completamente satisfecho.
Pero
hay una grosura mental y espiritual que yo ambiciono grandemente; y
esto viene como el resultado de pensamientos generosos hacia Dios, Su
iglesia, y mis semejantes. No he de escatimar, para que mi corazón no
pase hambre. He de ser liberal y generoso, pues así seré semejante a mi
Señor. Él se entregó por mí: ¿habría yo de escatimarle algo?
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Mat 5:8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (BTx 3)
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mat_5:8. La pureza, la limpieza de corazón, es la cosa más importante que ha de buscarse.
Necesitamos
ser limpiados interiormente por medio del Espíritu y de la Palabra, y
entonces seremos limpios exteriormente por la consagración y la
obediencia. Hay una íntima conexión entre los afectos y el
entendimiento: si amamos el mal, no podemos entender lo que es bueno. Si
el corazón es impuro, el ojo estará empañado. ¿Cómo podrían ver a un
Dios aquellos que aman las cosas profanas?
¡Qué
privilegio tan grande es ver a Dios aquí! ¡Una mirada a Él es el cielo
en la tierra! En Cristo Jesús los de limpio corazón ven al Padre. Lo
vemos a Él, Su verdad, Su amor, Su propósito, Su soberanía, Su carácter
del pacto, sí, lo vemos a Él mismo en Cristo. Pero esto es comprendido
únicamente en la medida en que el pecado es mantenido fuera del corazón.
Únicamente aquellos que buscan la santidad pueden clamar: “Mis ojos
están siempre hacia Jehová.” El deseo de Moisés: “Te ruego que me
muestres tu gloria”, puede ser cumplido únicamente conforme nos
purifiquemos de toda iniquidad. “Le veremos tal como él es”; “Y todo
aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo.” El gozo
de la presente comunión y la esperanza de la visión beatífica, son un
urgente motivo para la pureza de corazón y de vida. ¡Señor, limpia
nuestro corazón para que podamos verte!
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Jua 1:50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás (BTx 3)
“Cosas mayores que estas verás.” Jua_1:50. Esto
fue dicho a un creyente semejante a un niño, que estaba listo a aceptar
a Jesús como el Hijo de Dios, el Rey de Israel, sobre la base de un
solo argumento convincente. Aquellos que están dispuestos a ver, verán:
es debido a que nosotros cerramos nuestros ojos que nos volvemos tan
tristemente ciegos.
Hemos
visto demasiado. Cosas grandes e inescrutables nos ha mostrado el
Señor, por las cuales alabamos Su nombre; pero hay mayores verdades en
Su Palabra, mayores profundidades de experiencia, mayores alturas de
comunión, mayores obras de utilidad, mayores descubrimientos de poder, y
amor, y sabiduría. Todas estas cosas hemos de ver todavía si estamos
dispuestos a creer a nuestro Señor. La facultad de inventar falsa
doctrina es ruinosa, pero el poder de ver la verdad es una bendición. El
cielo será abierto para nosotros, el camino hacia allá será allanado
para nosotros en el Hijo del hombre, y el comercio angélico que ocurre
entre el reino superior y el reino inferior nos será manifestado.
Mantengamos nuestros ojos abiertos a los objetivos espirituales, y
esperemos ver más y más. Hemos de creer que nuestras vidas no se
gastarán hasta convertirse en nada, sino que estaremos siempre
creciendo, viendo cosas mayores y mayores cada vez, hasta contemplar al
mismo Gran Dios y no perderlo de vista nunca más.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Isa
41:10 No temas, porque Yo estoy contigo; No desmayes, porque Yo soy tu
Dios; Te fortaleceré y siempre te ayudaré, Sí, Yo te sostendré con mi
diestra victoriosa (BTx 3)
“Siempre te ayudaré.” Isa_41:10.
La
promesa de ayer nos aseguraba fortaleza para lo que tenemos que hacer,
pero esta promesa nos garantiza ayuda en los casos en los que no podemos
actuar solos. El Señor dice: “Siempre te ayudaré.” La fortaleza
interior es suplementada con ayuda exterior. Dios puede levantarnos
aliados en nuestra guerra si pareciera bueno a Sus ojos; y aun si no nos
enviara ayuda humana, Él mismo estará a nuestro lado, y esto es todavía
mejor. “Nuestro Augusto Aliado” es mejor que legiones de ayudadores
mortales.
Su
ayuda es oportuna: es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Su
ayuda es muy sabia: Él sabe cómo dar a cada hombre una ayuda idónea y
adecuada para él. Su ayuda es sumamente eficaz; en cambio la ayuda del
hombre es vana. Su ayuda es más que ayuda, pues Él soporta toda la
carga, y suministra toda la ayuda. “El Señor es mi ayudador; no temeré
lo que me pueda hacer el hombre.”
Debido
a que Él ya ha sido nuestra ayuda, tenemos confianza en Él para el
presente y para el futuro . Nuestra oración es: “Jehová, sé tú mi
ayudador.” Nuestra experiencia es: “el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad.” Nuestra esperanza es: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de
dónde vendrá mi socorro?” Y nuestro cántico pronto será: “Tú, Jehová, me
ayudaste.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román
Isa
41:10 No temas, porque Yo estoy contigo; No desmayes, porque Yo soy tu
Dios; Te fortaleceré y siempre te ayudaré, Sí, Yo te sostendré con mi
diestra victoriosa (BTx 3)
“Yo soy tu Dios que te esfuerzo.” Isa_41:10. Cuando
somos llamados a servir o a sufrir, hacemos un inventario de nuestras
fuerzas, y descubrimos que son menores de lo que pensábamos, y menores
de las que requerimos. Pero nuestro corazón no ha de abatirse en
nuestro interior, ya que contamos con una palabra como esta, en la que
podemos apoyarnos, pues nos garantiza todo lo que podamos necesitar.
Dios tiene una fuerza omnipotente y Él puede comunicarnos esa fuerza, y
nos promete que lo hará. Él será el alimento para nuestras almas, y la
salud de nuestros corazones; y así, Él nos dará fortaleza. No se puede
saber cuánto poder pondrá Dios en un hombre. Cuando la fortaleza divina
viene, la debilidad humana ya no es más un obstáculo.
¿No
recordamos épocas de trabajos y pruebas en las que recibimos tal
fortaleza especial que nos sorprendimos de nosotros mismos? En medio
del peligro conservamos la calma, ante la pérdida de seres queridos
estábamos resignados, ante la calumnia poseíamos dominio propio, y en la
enfermedad éramos pacientes.
El
hecho es que Dios provee una fortaleza inesperada cuando nos
sobrevienen pruebas inusuales. Nos levantamos por encima de nuestras
débiles constituciones. Los cobardes hacen papeles de hombres, los
insensatos reciben sabiduría, y a los silenciosos les es dado en el
preciso instante lo que han de hablar. Mi propia debilidad hace que me
acobarde, pero la promesa de Dios me vuelve valeroso. Señor, fortaléceme
“conforme a Tu dicho.”
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Ose
2:18 Pactaré a favor de ellos un pacto con las bestias salvajes, Con
las aves de los cielos y con los reptiles de la tierra; Romperé el arco,
la espada y las batallas de la tierra, Y haré que reposen seguros (BTx
3)
“Y te haré dormir segura.” Ose_2:18. Sí,
los santos habrán de tener paz. El pasaje del cual es tomada esta
graciosa palabra habla de paz “con las bestias del campo, con las aves
del cielo y con las serpientes de la tierra.” ¡Esta paz es con enemigos
terrenales, con males misteriosos, y con pequeñas molestias! Cualquiera
de estas cosas podría impedirnos dormir seguros, pero ninguna de ellas
lo hará. El Señor destruirá completamente aquellas cosas que amenazan a
Su pueblo: “Quitaré de la tierra arco y espada y guerra.” La paz será en
verdad profunda cuando todos los instrumentos que producen inquietud
sean destrozados.
Con
esta paz vendrá el descanso. “Pues que a su amado dará Dios el sueño.”
Plenamente provistos y divinamente aquietados, los creyentes duermen en
calmado descanso.
Este
descanso será seguro. Una cosa es dormir, pero algo muy diferente es
“dormir seguro.” Somos conducidos a la tierra prometida, a la casa del
Padre, al aposento del amor, y al pecho de Cristo: seguramente ahora
podemos “dormir seguros.” Para un creyente es más seguro dormir en paz
que estar vigilante y preocupado. “En lugares de delicados pastos me
hará descansar.” Nunca encontraremos el descanso hasta que el Consolador
nos haga dormir seguros.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Gén
28:13 Y he aquí YHVH estaba en pie sobre ella y dijo: Yo soy YHVH, Dios
de tu padre Abraham y Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás
tendido te la daré a ti y a tu descendencia. (BTx 3)
“La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.” Gén_28:13. Ninguna
promesa es de interpretación privada: las promesas no pertenecen a un
solo santo, sino a todos los creyentes. Hermano mío, si tú puedes
acostarte en fe sobre una promesa, y descansar sobre ella, es tuya.
Jacob tomó posesión del lugar al que “llegó”, y en el que durmió y
descansó. Poco se imaginaba que al acostar su humanidad sobre el suelo y
usar las piedras del lugar como almohadas, estaría tomando posesión de
la tierra; y, sin embargo, así fue. Vio en su sueño esa maravillosa
escalera que une para todos los creyentes la tierra con el cielo; y en
verdad el lugar donde estaba la base de la escalera había de
pertenecerle por derecho, pues de otra manera no habría podido alcanzar
la divina escalinata. Todas las promesas de Dios son Sí y Amén en Cristo
Jesús; y como Él es nuestro, cada promesa es nuestra si nos acostamos
en ella en confiada paz.
Vamos,
tú que estás cansado, usa las palabras de tu Señor como tu almohada.
Acuéstate en paz. Sueña únicamente con Él. Jesús es tu escalera de luz.
Mira a los ángeles subir y bajar sobre Él entre tu alma y tu Dios; y
puedes estar seguro de que la promesa es tu propia porción que te ha
sido dada por Dios, y que no cometerás un robo si la tomas para ti, como
expresada especialmente para ti.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román.

Rom
16:20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros
pies. La gracia de nuestro Señor Jesús sea con vosotros (BTx 3)
“Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies.” Rom_16:20. Esta
promesa es una apropiada continuación de la promesa de ayer.
Evidentemente hemos de ser conformados a nuestra Cabeza del pacto, no
sólo en Su herida en Su calcañar, sino en Su conquista del maligno. Bajo
nuestros pies el dragón antiguo ha de ser herido. Los creyentes romanos
estaban afligidos por contiendas en la iglesia; pero su Dios era “el
Dios de paz”, y proporcionaba descanso a su alma. El archienemigo hacía
tropezar el pie de los incautos y engañaba el corazón de los ingenuos;
pero a él le toca la peor parte, y ha de ser hollado por aquellos a
quienes había atribulado. Esta victoria no vendrá al pueblo de Dios por
causa de su propia habilidad o poder; Dios mismo ha de herir a Satanás.
Aunque habrá de ser aplastando bajo vuestros pies, el golpe será
asestado únicamente por el Señor.
¡Aplastemos
valerosamente bajo nuestros pies al tentador! No sólo los espíritus
inferiores, sino el propio Príncipe de las tinieblas han de ser
aplastados por nosotros. Con confianza absoluta en Dios esperemos una
rápida victoria. “EN BREVE.” ¡Feliz palabra! ¡En breve aplastaremos a la
serpiente antigua! ¡Qué gozo es aplastar al mal! ¡Qué deshonra es
para Satanás ser aplastado por pies humanos! Aplastemos al tentador bajo
nuestros pies por medio de la fe en Jesús.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román

Gén
3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, Y entre tu descendiente y
su descendiente. Él te aplastará la cabeza cuando tú hieras su calcañar
(BTx 3)
“Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente
suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Gén_3:15.Esta
es la primera promesa al hombre caído. Contiene el Evangelio completo, y
la esencia del pacto de gracia. Ha sido cumplida en gran medida. La
simiente de la mujer, nuestro Señor Jesús, fue herido en Su calcañar, y
fue una terrible herida. ¡Cuán terrible será la herida final en la
cabeza de la serpiente! Esto fue hecho virtualmente cuando Jesús quitó
el pecado, venció a la muerte, y quebrantó el poder de Satanás; pero
espera un cumplimiento todavía más pleno en el Segundo Advenimiento del
Señor y en el día del Juicio.
Para
nosotros la promesa está planteada como una profecía que expresa que
hemos de ser afligidos por los poderes del mal en nuestra naturaleza
inferior, y así seremos heridos en nuestro calcañar: pero triunfaremos
en Cristo, que pone Su pie sobre la cabeza de la serpiente antigua. A lo
largo de todo este año tendremos que aprender la primera parte de esta
promesa por experiencia, a causa de las tentaciones del diablo y la
malignidad de los impíos que constituyen su simiente. Podrían herirnos
de tal manera que lleguemos a cojear por causa de nuestro calcañar
herido; pero hemos de aferrarnos a la segunda parte del texto, y
entonces no desmayaremos. Por medio de la fe regocijémonos porque
todavía hemos de reinar en Cristo Jesús, la simiente de la mujer.
La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román
