sábado, 15 de agosto de 2015

Cuando en ella se busca la gloria del Padre por el Hijo


Jua 14:13 Y todo lo que pidáis en mi Nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo (BTx 3)

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Juan 14:13


No todos los creyentes han aprendido a orar en el nombre de Jesús. Pedir, no solamente por amor a Él, sino en su nombre. Como autorizados por Él, es una oración más elevada. Hay cosas que no nos atreveríamos a pedir en su santo nombre, porque sería profanarlo; pero cuando la petición es tan buena que nos atrevemos a pedirla en nombre de Jesús, ciertamente será concedida.
La oración será con tanta mayor razón contestada cuando en ella se busca la gloria del Padre por el Hijo.
Glorifica su verdad, su poder, su fidelidad y gracia. La contestación a la oración cuando ésta se hace en nombre de Jesús, revela el amor del Padre para con su Hijo y el honor de que le ha revestido.
La gloria de Jesús y del Padre están tan íntimamente unidas que la gracia que glorifica al uno, glorifica al otro. El canal se hace célebre por la abundancia de la fuente que le llena, y la fuente es celebrada por el canal que hace correr sus aguas. Si la respuesta a nuestras oraciones deshonrara a nuestro Señor, no osaríamos orar; mas ya que en ello es glorificado, pediremos sin cesar en su nombre bendito, en el cual recíprocamente se complacen Dios y su pueblo.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román








jueves, 6 de agosto de 2015

No hay lugar ni persona que no esté al alcance del poder de la gracia


Deu 1:21 He aquí, YHVH tu Dios ha entregado ante ti esta tierra. Sube y toma posesión, tal como YHVH el Dios de tus padres te ha hablado. No temas ni te acobardes (BTx 3)

Mira, Jehová tu Dios te haentregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. Deuteronomio 1:21


Existe una herencia de gracia que debemos tener la valentía de conquistar para que llegue a ser posesión nuestra. Todo lo que un creyente ha conseguido, pueden conseguirlo los demás. Puedes ser valiente en la fe, ferviente en el amor y fecundo en trabajos; nada puede impedirlo, mas para ello es preciso subir y tomar posesión. La más dulce experiencia y la gracia más preciosa son para nosotros, tanto como para cualquiera de nuestros hermanos. YHVH nos las ha dado y nadie podrá negar nuestro derecho: subamos, pues, y poseámoslas en su nombre. El mundo está delante de nosotros y debe ser conquistado para Jesús. No debe existir pueblo ni lugar alguno que no le esté sometido. Delante de nuestras casas se halla la morada de los pobres, no para que permanezcamos inactivos, sino para socorrerles. Tengamos valor y vayamos adelante, porque así ganaremos para Jesús las moradas sombrías y los corazones endurecidos. A nadie dejemos morir en la calle por no tener bastante fe en Jesús y en su Evangelio para subir y poseer la tierra. No hay lugar por tenebroso que sea, ni persona tan degradada que no esté al alcance del poder de la gracia. ¡Fuera toda cobardía! Por la fe marchemos a la conquista.

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





miércoles, 29 de julio de 2015

YHVH ha apartado tus juicios, Ha echado fuera tu enemigo


Sof 3:15 YHVH ha apartado tus juicios, Ha echado fuera tu enemigo. YHVH, el Rey de Israel está en medio de ti. ¡Nunca más temerás el mal! (BTx 3)

Ha echado fuera tus enemigos. Sofonías 3:15


¡Qué cosa tan admirable! Satanás perdió su trono en nuestros corazones, como perdió su puesto en el cielo.
Nuestro Señor ha quebrantado el poder del enemigo sobre nosotros; éste puede atacarnos, mas no reclamarnos como suyos.

Ya no estamos encadenados, hemos sido liberados y somos verdaderamente libres.
Todavía este gran enemigo es el acusador de nuestro hermanos, pero el Señor le ha echado de sus posiciones.
Nuestro abogado le fuerza a callar, reduciendo a la nada los cargos que formula contra nosotros, y defiende la causa de nuestra alma de suerte que ninguna injuria del diablo puede causarnos el menor daño.
El espíritu maligno nos acomete todavía como un tentador y se insinúa en nuestro espíritu; pero también de aquí ha sido arrojado perdiendo la preeminencia de que gozaba. Se desliza como una serpiente, mas no reinará como soberano. Pone en nosotros, cuando puede, pensamientos de blasfemia, pero, ¡cuán aliviados nos sentimos cuando se le obliga a callar y tiene que retirarse como un perro azotado! Señor, obra así en todos aquellos que actualmente se vean molestados por sus ladridos. Echa fuera a su enemigo y muéstrate glorioso a su vista. ¡Tú le has vencido, Señor, échalo fuera y arrójalo del mundo!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





 

lunes, 27 de julio de 2015

Fieles son las misericordias de la alianza


Hch 13:34 Y que lo levantó de entre los muertos, para nunca más volver a corrupción, lo ha dicho así: Os daré las misericordias y fieles promesas hechas a David (BTx 3)

Os daré las misericordias fieles de David. Hechos 13:34


Nada es seguro en el hombre; en Dios todo lo es. Fieles son las misericordias de la alianza, como cantó David: «Él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado».
Seguramente el Señor quiso decir que usaría con nosotros de misericordia. Sus palabras no son vanas.
Todas sus promesas son verdaderas. Su misericordia en verdad es misericordia, y aun cuando la muerte nos impida ver sus efectos, sin embargo reconoceremos que la palabra del Señor nunca será desmentida.
Estamos ciertos de que Dios concederá las promesas hechas a todos los hijos del pacto. Cada uno de los elegidos de Dios recibirá a su tiempo la gracia prometida. Son «firmes a toda simiente», desde la más pequeña hasta la más grande.
Estamos ciertos de que el Señor continuará prodigando sus misericordias a su pueblo. Él no da para después quitar. Lo que concede es garantía de dones más espléndidos. Lo que aún no hemos recibido es tan seguro como lo que nos ha dado. Toda duda sobre el particular es injustificada. El amor, la palabra y la felicidad de Dios son ciertos. De muchas cosas podemos dudar, pero del Señor cantamos:

«Para siempre es su misericordia».
Esta misericordia siempre es fiel y siempre cierta.

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





jueves, 23 de julio de 2015

Y ya nunca más


Heb 10:17 añade: Y ya nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades (BTx 3)

Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Hebreos 10:17


El Señor, en cumplimiento de su pacto de gracia, trata a su pueblo como si nunca hubiese pecado. Prácticamente olvida todas sus transgresiones. Considera sus pecados, cualquiera que sea su gravedad, como si jamás hubieran existido; como si se hubiesen borrado de su memoria. ¡Oh, gran milagro de la gracia! Dios hace en esto lo que hasta cierto sentido, es imposible de hacer. Su misericordia obra prodigios que sobrepujan todos los prodigios.
Nuestro Dios nada sabe de nuestro pecado después que Jesucristo ha ratificado su alianza. Podemos regocijarnos en Él sin temor de provocar su ira contra nosotros a causa de nuestros pecados. Nos cuenta por hijos suyos y nos considera como justos; toma contentamiento en nosotros como si fuéramos perfectos y santos. Más aún, nos pone en puestos de confianza, nos hace guardianes de su honor, de sus tesoros y de su Evangelio. Nos considera dignos y nos confiere un ministerio.
Esta es la prueba más evidente de que no se acuerda más de nuestros pecados. Cuando perdonamos a nuestros enemigos, tardamos en depositar en ellos nuestra confianza; juzgamos que esto sería imprudente. Pero el Señor olvida nuestros pecados y nos trata como si nunca le hubiéremos ofendido. ¡Oh, alma mía, acepta esta promesa y alégrate!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





En benignidad y gran misericordia


Ose 2:19 Te desposaré conmigo para siempre, Te desposaré conmigo en justicia y derecho, En benignidad y gran misericordia (BTx 3)

Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. Oseas 2:19-20


¡Desposados con el Señor! ¡Qué honor y qué gozo! Alma mía, ¿estás desposado con Jesús por tu libre voluntad? Si así es, advierte que tu desposorio es para siempre.
El Señor nunca quebrantará su promesa y mucho menos pedirá el divorcio con un alma que se ha unido a Él con los lazos del matrimonio.
El Señor dice por tres veces: «te desposaré».
¡Cómo prodiga las palabras para anunciar su desposorio! La justicia interviene para legalizar el contrato; nadie puede impedir estas lícitas amonestaciones. El juicio ratifica la alianza con un decreto: nadie puede ver en esta alianza un error o una locura.
La misericordia garantiza que aquí se trata de una unión por el amor, porque sin amor el matrimonio, en vez de ser una bendición, se convierte en esclavitud. Entretanto, la misericordia sonríe y canta; se multiplica «en miseraciones» a causa de la gracia abundante que acompaña esta santa unión.
La fidelidad es el escribano que registra el casamiento, y el Espíritu Santo dice: «Amén», y enseña al corazón desposado todo lo que sea menester para cumplir con las obligaciones de su estado. ¡Qué magnífica promesa!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román






martes, 21 de julio de 2015

A perpetua eternidad


Dan 12:3 Entonces los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad (BTx 3)

Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Daniel 12:3


Palabras muy a propósito para despertarme y que me señalan un fin por el que bien vale la pena vivir.
Ser inteligente es algo inapreciable, pero la inteligencia de que aquí se trata es sabiduría divina, que únicamente el Señor puede conceder. ¡Ojalá me conociese a mí mismo, a mi Dios y a mi Salvador! ¡Oh, Dios, enséñame a poner en práctica la verdad divina y a vivir en su luz! ¿Vivo yo una vida prudente? ¿Busco yo lo que debo buscar? ¿Vivo como desearía haber vivido en la hora de mi muerte? Sólo esta sabiduría podrá asegurarme un resplandor tan permanente como el del firmamento.
Ganar almas es un fin glorioso y es menester ser sabio para enseñar a una sola persona la justicia, y más aún para enseñarla a muchos. ¡Oh, si tuviera yo este conocimiento de Dios, de su Palabra y de Cristo para poder llevar a la conversión a un gran número de personas! Podría consagrarme enteramente a esta empresa, y no descansaría hasta lograrlo.
Esto valdría para mí más que todos los honores de que podría gozar en la corte. Esto hará de mí una estrella resplandeciente por toda la eternidad y más brillante que muchas estrellas del firmamento. ¡Señor, despiértame! ¡Señor, vivifícame!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román






viernes, 17 de julio de 2015

Aprendamos a conocer a nuestro Dios


Dan 11:32 Y a aquellos impíos violadores del pacto los inducirá en la apostasía por medio de halagos, pero el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará (BTx 3)

El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Daniel 11:32


«Jehová, varón de guerra; Jehová es su nombre». Quienes se alistan bajo su bandera tendrán un capitán que les instruirá para el combate y les infundirá fuerza y valor. Los tiempos que Daniel describe eran más difíciles, y, sin embargo, fue prometido al pueblo de Dios que saldría a banderas desplegadas, que tendría fortaleza y valentía para hacer frente a su temible enemigo.
Aprendamos a conocer a nuestro Dios, su poder, su fidelidad, su amor inmutable, y estemos dispuestos a arriesgarlo todo por su causa. Él puede estimular nuestro entusiasmo, de suerte que nos decidamos a vivir y morir por Él. ¡Ojalá conociéramos a Dios por medio de una comunión intima con Él, porque entonces nos asemejaríamos a Él y siempre estaríamos dispuestos a defender la verdad y la justicia. Quien ha contemplado el rostro de Dios, jamás temblará ante el rostro de los hombres. Si estamos con Él, obtendremos un temple heroico para considerar a un ejército de enemigos como una gota suspendida en la hoja del árbol. Un ejército inmutable de hombres y aun de demonios serán ante nuestros ojos como los pueblos en la presencia de Dios. A su vista son como langostas. Que Dios nos haga valientes en estos días de mentira para defender con valentía la verdad.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román






jueves, 16 de julio de 2015

Pero salvaré a la que cojea y recogeré la que fue expulsada


Sof 3:19 He aquí, en aquel tiempo convertiré en oprobio a todos tus opresores. Pero salvaré a la que cojea y recogeré la que fue expulsada, y los pondré como objeto de alabanza y renombre en todas las naciones donde fueron avergonzados (BTx 3)

Y salvaré a la que cojea. Sofonías 3:19


Abundan los cojos en ambos sexos. Puedes encontrar cojos veinte veces en cada hora. Se encuentran en las grandes vías de comunicación, tienen ansias de correr por ellas con diligencia, pero son cojos y es una lástima verlos caminar.
En el camino celestial abundan también estos lisiados. Talvez digan en su interior: ¿Qué será de nosotros? El pecado nos alcanzará y Satanás nos destruirá. Por naturaleza estamos inclinados a cojear, el Señor jamás podrá hacer de nosotros buenos soldados ni rápidos mensajeros. Sin embargo, Él nos salvará, y eso es todo. Dice el Señor: «Salvaré a la coja». Nuestra salvación será su gloria. Todos dirán: ¿Cómo esta pobre enferma ha podido ganar el premio de la carrera y obtener la corona? La alabanza será atribuida enteramente a la gracia todopoderosa de Dios.
Señor, aun cuando mi fe cojee en la oración, en la alabanza, en el trabajo, en la paciencia, te suplico que me salves. Sólo Tú puedes salvar a un cojo como yo. No permitas que perezca yo por encontrarme entre los rezagados; acoge con tu gracia al más lento de tus peregrinos. El Señor lo ha dicho y, por tanto, como Jacob, prosigo mi camino fortalecido con la oración, aunque mi tendón esté contraído.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román








miércoles, 15 de julio de 2015

El Espíritu Santo consolará a los que lloran su pecado


Mat 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados (BTx 3)

Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación. Mateo 5:4


Llegamos a Sión por un valle de lágrimas.
Podría creerse que el llanto y la bendición eran términos irreconciliables, pero el Salvador, que es infinitamente sabio, los une en esta bienaventuranza. Por tanto, lo que Dios ha juntado no trate de separalo el hombre. Llorar sobre nuestro pecado y el pecado de los demás es el sello que Dios pone sobre sus fieles hijos. Cuando el Espíritu de gracia es derramado sobre la casa de David, o sobre cualquiera otra casa, harán llanto. Por medio del llanto recibimos las más ricas bendiciones, del mismo modo que por el agua se obtienen los frutos más excelentes. El que llora será bendecido no en un día lejano, sino ahora mismo, porque Cristo le llama bienaventurado.
El Espíritu Santo consolará a los que lloran su pecado. Serán consolados por la virtud de la sangre de Jesucristo y por el poder purificador del Espíritu Santo. Serán consolados con respecto al pecado que tanto abunda en su ciudad y en el mundo, por la certeza de que Dios será glorificado a pesar de la rebelión de los hombres. Serán consolados con la esperanza de que pronto se verán libres del pecado y llevados a las mansiones eternas en la gloriosa presencia de su Señor.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




martes, 14 de julio de 2015

¿Piensas ir solo al encuentro de las pruebas de este día?


Sal 55:22 Echa sobre YHVH tu carga, y Él te sustentará, No para siempre dejará caído al justo (BTx 3)

Echa sobre Jehová tu carga y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. Salmos 55:22


¿La carga es pesada? Échala sobre el Omnipotente.
Ahora es tu carga, y te oprime; mas cuando la lleva el Señor, no pesa. Si todavía debes llevarla, «Él te sustentará». La carga es tuya y no lo es. De tal modo serás sostenido que para ti será una bendición. Llama al Señor en tu auxilio y podrás mantenerte en pie bajo su peso; de lo contrario, te abrumaría.
Nuestro mayor temor es que la prueba nos desvíe del camino del deber; mas esto nunca lo permitirá el Señor.
Si somos sinceros con Dios, jamás permitirá que nuestra aflicción nos separe de nuestro recto camino. En Jesús nos acepta como justos y en Jesús nos guardará.
¿Y en el momento presente? ¿Piensas ir solo al encuentro de las pruebas de este día? ¿Quieres que sean tus hombros llagados de nuevo con la carga opresora? No seas tan insensato. Cuéntale al Señor todas tus penas y deposítalas en Él. No arrojes tu carga para volverla a tomar: échala sobre el Señor, y déjala allí. Así podrás caminar con holgura cantando las alabanzas de Aquél que te sostiene en tus penas.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




lunes, 13 de julio de 2015

Considerad el poder protector de la fe


Jer 39:18 Ciertamente Yo te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice YHVH (BTx 3)

Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová. Jeremías 39:18


Considerad el poder protector de la fe en Dios. Los poderosos de Jerusalén perecieron al filo de la espada; mas el pobre Ebed-Melec estaba seguro porque confiaba en YHVH.
¿En quién debe confiar el hombre mejor que en su Creador? Somos insensatos cuando preferimos la criatura al Creador.
¡Ojalá en todas las cosas pudiéramos vivir de la fe! A buen seguro seríamos librados siempre de todo peligro. Nadie creyó jamás, ni creerá en vano en el Señor.
Dice el Señor: «Ciertamente te libraré». Notemos la seguridad con que habla. Por muchas cosas inciertas que haya en la vida, el cuidado que Dios tiene con los suyos es cierto. Él es el protector de sus hijos. Bajo las alas divinas hay seguridad aun cuando nos cerque toda clase de peligros. ¿Podemos aceptar como cierta esta promesa? Si así es, veremos cómo se cumple en todas nuestras necesidades presentes. Esperamos vernos libres porque tenemos amigos, o porque somos prudentes, o porque vislumbramos grandes esperanzas; pero ninguna de estas cosas vale la mitad de lo que vale esta declaración de Dios: «porque tuviste confianza en mi». Querido lector, entra en este camino y persevera en él toda tu vida. Es tan grato como seguro.

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




sábado, 11 de julio de 2015

De ningún modo morirá eternamente


Jua 11:26 y todo el que vive y cree en mí, de ningún modo morirá eternamente. ¿Crees esto? (BTx 3)

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Juan 11:26


Sí, Señor, lo creemos: no moriremos jamás. Nuestra alma podrá ser separada de nuestro cuerpo, lo cual en cierto sentido constituye la muerte; pero nuestra alma nunca podrá ser separada de Dios; ésta sería la verdadera muerte que es el salario del pecado, y esta pena de muerte sería lo peor que pudiera acontecernos. Lo creemos sin la menor duda, porque ¿quién nos apartará del amor de Dios que es Cristo Jesús, Señor nuestro? Somos miembros del cuerpo de Cristo, ¿perderá Jesús alguno de sus miembros? Estamos unidos a Jesús, ¿podrá perdernos? De ninguna manera. Dentro de nosotros hay una vida que no puede ser separada de Dios: porque el Espíritu Santo habita en nosotros, y con Él, ¿cómo podemos morir? Jesús mismo es nuestra vida; por tanto, no podemos morir, porque Él ya no puede morir. En Él estamos muertos al pecado una vez, y la sentencia de muerte no puede ser ejecutada nuevamente. Ahora vivimos y vivimos para siempre. El salario de la justicia es la vida eterna, y tenemos la misma justicia de Dios; por consiguiente, podemos reclamar la recompensa más alta.
Viviendo y creyendo hoy, creemos que viviremos y gozaremos de este bien. Por lo tanto, vayamos adelante con la firme confianza de que nuestra vida está asegurada en la de nuestro Jefe y Cabeza, Jesucristo.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




viernes, 10 de julio de 2015

Efesios 1 (BTx 3)


Efe 1:1 Pablo, un apóstol° de Jesús el Mesías por voluntad de Dios, a los santos y fieles en Jesús el Mesías:°
Efe 1:2 Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús, el Mesías.
Efe 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, quien nos bendijo en los cielos° con toda bendición espiritual en el Mesías,
Efe 1:4 según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él;
Efe 1:5 habiéndonos predestinado en amor para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesús el Mesías, según la complacencia de su voluntad,
Efe 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, que nos concedió gratuitamente en el Amado,
Efe 1:7 en quien tenemos la° redención por su sangre, el perdón de los pecados,° conforme a las riquezas de su gracia,
Efe 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
Efe 1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su complacencia, que se propuso en sí mismo,
Efe 1:10 en la dispensación° del cumplimiento de los tiempos: de reunir todas las cosas en el Mesías, las que están en los cielos y las que están en la tierra;
Efe 1:11 en quien también fuimos hechos herederos, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
Efe 1:12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros, los que primeramente esperábamos en el Mesías;
Efe 1:13 en Él también vosotros, habiendo oído la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
Efe 1:14 que es arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión,° para alabanza de su gloria.
Efe 1:15 Por esto yo también, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y del° amor para con todos los santos,
Efe 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención en mis oraciones,
Efe 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesús el Mesías, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento pleno de Él;
Efe 1:18 iluminados° los ojos del corazón° para saber cuál es la esperanza de su llamamiento y cuál la riqueza de la gloria de su herencia con los santos,
Efe 1:19 y cuál la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la acción soberana de su fuerza,
Efe 1:20 la cual operó en el Mesías, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su diestra° en los cielos,°
Efe 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en esta edad, sino también en la venidera;
Efe 1:22 y sometió todas las cosas debajo de sus pies,° y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Efe 1:23 la cual es su cuerpo,° la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.







miércoles, 8 de julio de 2015

Tenemos una protección continua y segura


Sal 34:7 El ángel de YHVH acampa alrededor de los que lo temen, Y los defiende

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmos 34:7


Nosotros no podemos ver a los ángeles, pero basta que ellos nos vean a nosotros. El gran Angel del Pacto, a quien no habiendo visto amamos, tiene puestos sus ojos en nosotros de día y de noche. Bajo su mando tiene un verdadero ejército de seres celestiales a quienes encomienda la vigilancia sobre sus escogidos para preservarles de todo mal. Si los demonios buscan nuestra perdición, los brillantes mensajeros nos sirven.
El Señor de los ángeles no es un huésped pasajero que nos visita de vez en cuando, sino que cuenta con verdaderos ejércitos que acampan en derredor nuestro. El cuartel general del ejército de salvación, permanece allí donde viven todos aquellos que confían en el Dios vivo. Este campamento rodea a los fieles, de suerte que no puedan ser acometidos por ninguna parte, ni el adversario pueda abrir brecha entre las filas del Señor de los ángeles. Tenemos una protección continua, una guardia permanente. Siendo los mensajeros de Dios centinelas nuestros, no seremos sorprendidos por un asalto repentino, ni aplastados por fuerzas superiores. Este versículo nos promete una liberación por medio del gran capitán de nuestra salvación y esta liberación la obtendremos muchas veces hasta que termine la lucha y cambiemos el campo de batalla por la casa del reposo eterno.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




lunes, 6 de julio de 2015

Amor con propósitos


Jua 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (BTx 3)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16


Entre todos los astros del cielo, la Estrella Polar es la más útil para el marinero. Este versículo es una estrella polar porque ha llevado a Dios más almas que ningún otro de las Escrituras. Lo que la Osa Mayor es entre las constelaciones es este versículo entre las demás promesas.
Hay en este versículo algunas palabras que tienen un resplandor especial. Aquí tenemos el amor de Dios, al que se añade de tal manera para indicar su magnitud infinita.
Viene después el Hijo de Dios, don único e inapreciable de este amor inmenso que no se manifestó de un modo completo hasta que el Hijo unigénito fue enviado del Cielo para vivir y morir por los hombres. Estos tres son los puntos más luminosos del versículo.
A continuación, tenemos la única condición que se exige: creer, que amorosamente indica el camino que debe seguirse para obtener la salvación de los pecadores. Esta condición se apoya en una amplia descripción: «todo aquel que cree».
Muchísimos han encontrado lugar en esta expresión «todo aquel», que habrían quedado excluidos en otra más restringida.
Aquí tenemos, pues, la gran promesa de que todos los que creyeren en Jesús no se pierden, sino que tienen vida eterna. Esto debe animar a todos los que se sientan a punto de perecer y que no pueden salvarse por sí mismos: Creemos en el Señor Jesús, y tenemos vida eterna.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




domingo, 5 de julio de 2015

Él semostrará fiel con nosotros


Jer 39:17 Pero en aquel día Yo te libraré, dice YHVH, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes (BTx 3)

Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Jeremías 39:17


Cuando los fieles del Señor sufren por Él, reciben preciosos mensajes de su amor, y algunas veces tiene nuevas agradables para los que simpatizan con ellos y les favorecen.
Ebed-Melec era un etíope despreciado, pero trató a Jeremías con cariño; por eso el Señor le envió una promesa especial por boca del profeta. Tengamos siempre presente a los siervos de Dios perseguidos, y el Señor nos lo recompensará.
Ebed-Melec debía ser librado de la mano de aquellos cuya venganza temía. Era un pobre negro, pero Dios se cuidó de él. Millares perecieron a manos de los caldeos; sin embargo, este humilde negro no sufrió daño alguno. Tal vez nosotros tengamos miedo de ciertos hombres poderosos que nos odian; pero si en la hora del peligro somos fieles al Señor, Él se mostrará fiel con nosotros. Por lo demás, ¿qué puede hacernos el hombre sin permiso de Dios? El podrá refrenar la lengua enojada y cerrar la boca que quiere mordernos. Temamos al Señor y desechemos el temor de los hombres. Ni siquiera un vaso de agua dado a un profeta de Dios, que se ve perseguido, quedará sin recompensa. Y si nos levantamos por la causa de Jesús, Jesús se levantará en favor nuestro.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




sábado, 4 de julio de 2015

Por esta Palabra fuimos creados, y sólo por ella seremos guardados


Mat 4:4 Pero Él, respondiendo, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (BTx 3)

No con sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:4




 
Si Dios así lo dispusiera, podríamos vivir sin pan, como Cristo vivió durante cuarenta días; pero nunca podríamos vivir sin su Palabra. Por esta Palabra fuimos creados, y sólo por ella seremos guardados, porque Él sostiene todas las cosas con la fuerza de su Palabra de su potencia. El pan es la causa segunda, y el Señor la causa primera de nuestra existencia.
Tanto puede obrar sin la segunda como con ella, y no tenemos derecho a poner límites a su obra. No nos afanemos excesivamente por las cosas visibles; miremos al Dios invisible. Hemos oído decir a algunos creyentes que en los días de extremada pobreza, o cuando escaseaba el pan, disminuía su apetito; y otros me han asegurado que cuando faltaban los medios de vida, el Señor les socorría inesperadamente.
Sin embargo, nos es necesaria la Palabra de Dios. Con ella podemos resistir al diablo. Si nos la arrebatan, pronto caeremos en poder del enemigo, porque nos faltarán las fuerzas. Nuestras almas necesitan alimento, y fuera de la Palabra del Señor no puede haberlo. Todos los predicadores y libros del mundo no pueden proporcionarnos una sola comida: sólo la palabra de la boca de Dios puede nutrir al creyente. Señor, danos siempre este pan. Lo apreciamos más que todos los deleites de una mesa regia.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




viernes, 3 de julio de 2015

Apoyémonos en Dios en cada paso que demos


Sal 48:14 Que así es ’Elohim, nuestro Dios, eternamente y para siempre. ¡Él nos capitaneará más allá de la muerte! (BTx 3)

El nos guiará aun más allá de la muerte. Salmos 48:14

 
Necesitamos un guía. Con gusto lo daríamos todo porque se nos dijera qué es lo que debemos hacer y adónde dirigirnos. Queremos obrar con rectitud, pero ignoramos qué camino seguir. ¡Oh, si tuviéramos un guía! El Señor, Dios nuestro, condesciende en servirnos de guía. Conoce el camino y nos guiará hasta que hayamos llegado en paz al término de nuestro viaje. ¿Podemos apetecer un consejo más saludable y seguro? Pongámonos enteramente bajo sus órdenes y nunca perderemos el camino. Hagamos de Él nuestro Dios, y Él será nuestro guía. Si seguimos su ley, no perderemos el camino recto de la vida, mientras sepamos apoyarnos en Él en cada paso que demos.
Nuestro consuelo es que, siendo este Dios nuestro Dios, nunca dejará de ser nuestro guía. «Aún más allá de la muerte» nos guiará, y después moraremos eternamente con Él sin apartarnos de su presencia. Esta promesa de la dirección divina asegura toda nuestra vida: salvación presente, dirección hasta el último momento, y bendición eterna. ¿Por qué no buscar estas bendiciones en la juventud, gozarnos en ellas durante la edad madura y descansar en la vejez? Miremos hoy hacia arriba buscando dirección antes de aventurarnos a salir fuera.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




jueves, 2 de julio de 2015

En su seno dormiremos tranquilos en vida y en muerte


Sal 127:2 En vano es que os levantéis de madrugada, Y tarde vayáis a descansar, Y que comáis el pan de afanes, Pues lo dará a su amado mientras duerme (BTx 3)

Pues que a su amado dará Dios el sueño. Salmos 127:2

 
Nuestra vida no debe ser una vida de preocupaciones e inquietudes, sino vida de fe gozosa y tranquila.
Nuestro Padre celestial proveerá las necesidades de sus propios hijos, y sabe lo que necesitamos antes de que lo pidamos. Por lo tanto, podemos retirarnos a nuestro lecho a su debido tiempo, sin necesidad de velar para trazar planes y proyectos para el futuro. Si sabemos confiar en nuestro Dios, no estaremos desvelados durante la noche con el corazón atormentado por el temor, sino que echaremos nuestra solicitud en manos del Señor, sólo pensaremos en su gracia y tendremos un sueño dulce y reparador.
Nuestra mayor gloria consiste en ser amados del Señor, y quien la posee no debe ambicionar otra cosa; por tanto, debe desaparecer todo deseo egoísta. ¿Qué hay más grande en el cielo que el amor de Dios? Descansa, pues, alma mía, porque en Él tienes todas las cosas.
Sin embargo, vivimos agitados hasta que el Señor nos da, no sólo razones para que descansemos, sino el descanso mismo. Jesús lo hace así. Él es nuestra paz, nuestro descanso, nuestro todo. En su seno dormiremos tranquilos en vida y en muerte.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román