Ayer
"Porque
no saldréis apresurados ni iréis huyendo, porque Jehová irá delante de
vosotros, y vuestra retaguardia será el Dios de Israel", Isa_52:12
Seguridad del ayer
"...Dios restaurará lo pasado", Ecl_3:15
Al
terminar el año nos volvemos con gran avidez hacia todo lo que Dios
tiene para el futuro. Sin embargo, la ansiedad fácilmente aparece cuando
recordamos el pasado. Nuestro gozo actual, el cual depende de la gracia
divina, tiende a opacarse por el recuerdo de los pecados y los errores
del pasado. Pero como Dios es el Dios de nuestro ayer, permite que los
recordemos para convertir el pasado en un ministerio de desarrollo
espiritual para enfrentar el futuro. Él nos recuerda el pasado, para que
no tengamos una seguridad superficial en el presente.
Seguridad
para el mañana. Jehová irá delante de vosotros. Esta es una bondadosa
revelación de que Dios hará guardia donde nosotros hemos dejado de
hacerlo. Él vigilará para que no caigamos nuevamente en las mismas
faltas, como indudablemente sucedería si Él no fuera nuestra
retaguardia. La mano de Dios se alarga hasta el pasado para liquidar
todas las demandas que existen contra nuestra conciencia.
Seguridad
para hoy. Porque no saldréis apresurados. Al recibir el nuevo año, no
lo hagamos con ese apresuramiento impetuoso de la alegría olvidadiza, ni
con la huida de una irreflexión impulsiva, si no con el poder paciente
que surge cuando sabemos que el Dios de Israel irá delante de nosotros.
El pasado nos muestra daños irreparables. Es cierto que hemos perdido
oportunidades que nunca volverán, pero Dios puede transformar esta
ansiedad destructiva en una constructiva reflexión para el futuro.
Dejemos que el pasado duerma, pero que duerma en el pecho de Cristo.
Abandona el pasado irreversible en las manos de Dios y avanza hacia el irresistible futuro con Él.

