sábado, 31 de enero de 2015

¡Mi Dios me escuchará!


Miq 7:7 Pero yo miraré a YHVH, esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! (BTx 3)

El Dios mío me oirá. Miqueas 7:7


Nuestros amigos pueden ser desleales, mas el Señor jamás se apartará del alma sincera; al contrario, Él oirá todos sus deseos. Dice el Profeta: «De la que duerme a tu lado, guarda, no abras tu boca. Los enemigos del hombre son los de su casa». Angustiosa es nuestra situación, pero aun en este caso permanece a nuestro lado el mejor Amigo a quien podemos comunicar todas nuestras penas.
Nuestra sabiduría consiste en mirar al Señor, no en discutir con los hombres. Si nuestros llamamientos cariñosos son desatendidos por nuestros parientes mismos, confiemos en el Dios de nuestra salud, porque Él oirá nuestros clamores.
Él nos atenderá mejor a causa de la crueldad y opresión de los demás, y pronto podremos exclamar: «Tú, enemiga mía, no te huelgues de mí».
Porque Dios es el Dios viviente, puede oírnos; porque es un Dios de amor, nos oirá; porque es el Dios de la Alianza, se ha comprometido a oírnos. Si cada uno de nosotros podemos llamarle mi Dios, podremos añadir con absoluta certeza: Mi Dios me oirá. ¡Acércate, pues, corazón herido, y cuenta todas tus penas a tu Dios! Yo me arrodillaré en secreto, e interiormente diré: «Mi Dios me oirá».


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





viernes, 30 de enero de 2015

Una promesa que se cumplirá con seguridad


Gén 28:15 He aquí Yo estoy contigo y te guardaré dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra, pues no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido (BTx 3)

He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres. Génesis 28:15

 
¿Necesitamos de alguna gracia especial para algún viaje que debemos emprender? Aquí la tenemos: la presencia y el cuidado de Dios. Siempre necesitamos ambas cosas, y en todo lugar las tendremos si cumplimos con nuestro deber y no nos dejamos guiar por nuestras propias inclinaciones. ¿Por qué consideramos nuestro traslado a otro país como una triste necesidad, cuando tal es la voluntad de Dios? El creyente, dondequiera que viva, es un peregrino y extranjero, y en todas partes Dios será su refugio, como lo ha sido para los santos en generación y generación. Podemos carecer de la protección del monarca de la tierra, empero cuando Dios dice: «Yo te guardaré», no hay por qué temer. Este es el mejor pasaporte para un viajero, y una escolta segura para el emigrado.
Jacob nunca había abandonado la casa de su padre: no teniendo el espíritu aventurero de su hermano, permaneció en casa como el hijo mimado de su madre. Sin embargo, salió de casa y Dios le acompañó. Mezquino era su bagaje, y ningún séquito iba con él, pero ningún príncipe de la tierra se vio tan escoltado. Cuando dormía en pleno campo, los ángeles velaban sobre él, y le habló el Señor. Si el Señor nos manda salir, digamos con Jesús: «Levantaos, y vamos de aquí».


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





jueves, 29 de enero de 2015

Ninguna promesa de bendición ha sido revocada


Deu 12:28 Guarda y obedece todas estas palabras que yo te ordeno, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, pues habrás hecho lo bueno y lo recto ante los ojos de YHVH tu Dios (BTx 3)

Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre. Deuteronomio 12:28


Aun cuando la salvación no es por las obras de la ley, sin embargo las bendiciones prometidas a la obediencia tampoco son negadas a los siervos fieles al Señor. Jesucristo borró todas las maldiciones cuando fue hecho maldición por nosotros; en cambio, ninguna promesa de bendición ha sido revocada.
Deber nuestro es estudiar y escuchar la voluntad de Dios prestando nuestra atención, no únicamente a ciertos pasajes de su Palabra, sino a «todas estas palabras». No
hemos de entresacar y escoger, sino que debemos esperar, con imparcialidad todo cuanto Dios nos ha mandado. Tal es el camino de bendición tanto para el padre como para los hijos. La bendición del Señor acompaña a sus escogidos hasta la tercera y cuarta generación. Si andan en rectitud en su presencia, Él hará que todos los hombres conozcan que son simiente bendita de Jehová.
Por el engaño y la hipocresía jamás podrá caer bendición alguna sobre nosotros y sobre los nuestros. Los caminos según el mundo y la impiedad tampoco pueden traernos bien alguno. Todo nos saldrá bien si Dios está con nosotros.
Si la integridad no puede prosperarnos, tampoco prosperaremos por medio del engaño. Todo lo que es del agrado de Dios nos proporcionará alegría.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





miércoles, 28 de enero de 2015

Las bodas del Cordero serán motivo de regocijo infinito


Apo 21:4 Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron (BTx 3)

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos. Apocalipsis 21:4

 
Sí, esto sucederá con nosotros si somos verdaderos creyentes. El dolor cesará y nuestras lágrimas serán enjugadas. Este mundo es un valle de lágrimas, pero éstas cesarán de brotar de nuestros ojos. Habrá un cielo nuevo y una nueva tierra, así dice el primer versículo de este capítulo. Lee el versículo 2, y considera cómo habla de la esposa y de su boda. Las bodas del Cordero serán motivo de regocijo infinito y en ellas no tienen cabida las lágrimas. El versículo 3 añade que el mismo Dios morará con los hombres, y seguramente hay deleites a su diestra para siempre, y las lágrimas no caerán jamás.
¿Qué tal será nuestro estado cuando ya no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor? Esto será más glorioso de lo que ahora podemos imaginarnos. ¡Ojos enrojecidos de tanto llorar, dejad vuestro llanto abrasador; dentro de poco tiempo no sabréis qué cosa sean las lágrimas! Nadie como Dios puede secar las lágrimas; para eso ha venido. «Por la tarde durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría». ¡Ven, Señor, y no tardes, porque ahora todos tenemos que llorar!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




martes, 27 de enero de 2015

El arrepentimiento es muy valioso


Eze 20:43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis, y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis (BTx 3)

Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis. Ezequiel 20:43

 
Cuando el Señor nos recibe y gozamos de su favor, de su paz y seguridad, nos conduce al arrepentimiento de nuestros pecados y de nuestra mala conducta para con nuestro bondadoso Dios. El arrepentimiento es tan valioso que bien podemos calificarlo de diamante de primerísima calidad, el cual bondadosamente es prometido al pueblo de Dios como la consecuencia más santificadora de la salvación. Quien acepta el arrepentimiento, también lo da, y no de su «caja amarga», sino de entre las «hojuelas con miel», con las cuales alimenta a su pueblo.
El mejor modo de ablandar un corazón de piedra es poseer el sentimiento de un perdón, comprado con sangre, y de una misericordia inmerecida.
¿Somos duros de corazón? Pensemos en la alianza de  suamor y dejaremos el pecado, lo lamentaremos y llegaremos a aborrecerlo; más aún, nos sentiremos confundidos por haber pecado contra el amor infinito de Dios. Acerquémonos a Dios con la promesa de penitencia y pidámosle que nos ayude a recordarla, a arrepentirnos de nuestro pecado y volvernos a Él. ¡Ojalá pudiéramos gozar de la dulcedumbre de una tristeza santa! ¡Cuán aliviados quedaríamos si nos fuera dado derramar torrentes de lágrimas! ¡Señor, golpea la roca, habla a la roca y haz que brote el agua!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román



lunes, 26 de enero de 2015

A quienes Dios bendice no puede maldecir el diablo


Núm 23:23 No hay hechizo contra Jacob, Ni conjuro contra Israel. A su tiempo se dirá de Jacob y de Israel: ¡Mirad lo que ha hecho Dios! (BTx 3)

Porque en Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel. Números 23:23

 
¡Estas palabras deberían arrancar de raíz todos los temores pueriles y supersticiosos! Aun cuando hubiese alguna verdad en la hechicería y los agüeros, el pueblo de Dios no debería dejarse afectar por ellos. A quienes Dios bendice no puede maldecir el diablo.
Hombres sin temor de Dios, como Balaam, pueden conspirar astutamente contra el pueblo de Israel, pero su silencio y mentira fracasarán. Su pólvora está húmeda y embotado el filo de su espada. Se juntan en asamblea, pero en vano, porque Dios no está en medio de ellos. Bien podemos permanecer tranquilos y dejarles tender sus redes; a buen seguro que no caeremos en ellas. Aun cuando soliciten la ayuda de Belcebú, y se sirvan de todas sus artimañas, de nada les valdrá; todos sus encantamientos saldrán fallidos y a sí mismos se engañarán.
¡Cuán grande bendición es ésta! ¡Y cómo tranquiliza el corazón!
Los Jacob de Dios pelean con Dios, mas ninguno peleará con ellos y vencerá. Los Israel de Dios tienen poder cerca de Dios y triunfan, mas ninguno podrá prevalecer contra ellos. No temamos al enemigo mortal de nuestras almas, ni a los enemigos ocultos cuyas palabras son mentirosas y cuyos proyectos, insondables. Jamás podrán dañar a quienes confían en el Dios viviente. Nosotros desafiamos al diablo y a todas sus legiones juntas.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





domingo, 25 de enero de 2015

Y mi vida ya ve la luz


Job 33:27-28 Cantaría entre los hombres diciendo: ¡Pequé y pervertí lo recto, Pero no me fue tomado en cuenta! ¡Ha redimido mi alma para que no baje al sepulcro, Y mi vida ya ve la luz! (BTx 3)

Él mira sobre los hombres; y el que dijere: pequé y pervertí lo recto y no me ha aprovechado, Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz. Job 33:27-28

 
Esta es una palabra de verdad sacada de la experiencia de un hombre de Dios y que puede ser considerada como una promesa. Cuanto el Señor ha hecho y está haciendo continuará llevándolo a cabo hasta tanto que el mundo subsista.
El Señor aceptará a cuantos a Él acudan confesando sinceramente sus pecados. Dios siempre está atento para descubrir a todos los que están tristes a causa de sus pecados.
¿No podemos nosotros aplicarnos estas mismas palabras? ¿No hemos pecado voluntaria y personalmente, de modo que hemos podido decir con verdad: «He pecado»?
¿No hemos pecado intencionadamente pervirtiendo lo recto?
¿No hemos pecado de suerte que ha sido posible reconocer que de nada nos ha aprovechado y que sólo nos acarreó la muerte eterna? Vayamos a Dios con esta confesión sincera. Dios no nos exige más, pero tampoco nosotros podemos darle menos.
Presentemos su promesa en nombre de Jesús.
Él librará nuestra alma del abismo del infierno, cuya boca
está abierta para tragarnos; Él nos concederá vida y luz. ¿Por qué desesperar? ¿Por qué dudar? El Señor jamás defrauda a las almas sencillas. Piensa bien lo que dice. Los culpables pueden ser perdonados. Quienes merecen la condenación pueden recibir absolución gratuita. ¡Señor, a ti confesamos nuestros pecados e imploramos tu perdón!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




sábado, 24 de enero de 2015

El que guarda nuestros pies los guardará con eficacia


1Sa 2:9 Él guarda los pies de sus fieles, Pero los malos enmudecerán en las tinieblas, Porque por fuerza propia no prevalecerá ninguno (BTx 3)

Él guarda los pies de sus santos. 1 Samuel 2:9

 
El camino es resbaladizo y nuestros pies son débiles; mas el Señor guarda nuestros caminos y afirma nuestros pies. Si con fe y obediencia nos entregamos a Él, Él mismo se constituirá en nuestro custodio. No sólo mandará a sus ángeles para que nos guarden, sino que Él mismo guardará nuestras salidas.
Él guardará nuestros pies de toda caída para que no manchemos nuestras vestiduras, ni seamos heridos en nuestras almas, ni la causa de que blasfeme el enemigo.
Él guardará nuestros pies para que no yerren, ni entremos por senderos de mentira o por caminos anchos de locura, o por sendas mundanales.
Él guardará nuestros pies para que no se hinchen con la fatiga del largo caminar, ni se hieran por la aspereza del sendero.
Él guardará nuestros pies de las heridas; de hierro y metal será nuestro calzado, de suerte que aun cuando tuviéramos que poner nuestros pies sobre el filo de una espada, o sobre serpientes ponzoñosas, no se ensangrentarán nuestros pies, ni seremos envenenados.
Finalmente, Él librará nuestros pies de la red. No seremos envueltos en los lazos de seducción que nos tienda el enemigo solapado de nuestras almas.
Fortalecidos con esta promesa, corramos sin cansancio y sin temor. El que guarda nuestros pies los guardará con eficacia.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





viernes, 23 de enero de 2015

Y le será acepta para hacer expiación


Lev 1:4 Apoyará su mano sobre la cabeza de la víctima, y le será acepta para hacer expiación por él (BTx 3)

Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto; y será aceptado para expiación suya. Levítico 1:4

 
Tan pronto como el que presentaba el holocausto ponía la mano sobre la víctima, ésta era aceptada. ¡Con cuánta más razón lo será Cristo, nuestra víctima, cuando sobre Él ponemos la mano de la fe!
En ti mi fe se apoya
En ti, Jesús, mi gloria y embeleso
En tanto que afligido y penitente
Mi culpa yo confieso.
Si Dios aceptaba un becerro en expiación del pecado, ¡con cuánto mayor motivo aceptará Dios el sacrificio de Jesús que fue nuestra propiciación completa y suficiente!
Discuten algunos la doctrina de la sustitución; para nosotros esa sustitución es nuestra esperanza, nuestro gozo nuestra gloria, nuestro todo. Jesús es aceptado por nosotros, como nuestra expiación, y nosotros somos «aceptos en el Amado».
Lector, pon tu mano, ahora mismo, sobre el sacrificio consumado de Jesús, y recibirás bendición completa.
Si nunca lo hiciste, extiende con fe tu mano sin demora alguna.
Jesús será tuyo si quieres que lo sea. Apóyate en Él, ahora mismo, con todas tus fuerzas. Tuyo es, no abrigues la menor
duda. Estás reconciliado con Dios; tus pecados son borrados, y tú eres pertenencia del Señor.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





jueves, 22 de enero de 2015

Una ayuda providencial muy grande


Sal 41:1 ¡Oh las bienaventuranzas de aquel que se preocupa por el pobre! En el día malo lo librará YHVH (BTx 3)

Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Salmos 41:1

 
Obligación de todo cristiano es pensar en los pobres y tener un corazón compasivo para con ellos. Jesús los puso al lado nuestro, entre nosotros, cuando dijo: «A los pobres siempre los tenéis con vosotros».
Muchos dan limosna a los pobres de prisa para desentenderse de ellos; otros muchísimos no les dan nada. La promesa ha sido hecha para aquellos que se interesan por los pobres, examinan sus necesidades, piensan en los medios de socorrerles y juiciosamente los ejecutan. Mucho más podemos hacer con nuestros cuidados, con nuestra delicada solicitud que con el dinero, y más todavía con ambas cosas a la vez. El Señor promete su bienaventuranza, en los días de apuro, a quienes piensan en los pobres. Él nos librará de nuestra pena si ayudamos a los demás a salir de ella, y nosotros recibiremos una ayuda providencial muy grande si el Señor ve cómo procuramos nosotros proveer a los demás. Por muy generosos que seamos, tendremos días malos; mas si somos benévolos, podremos reclamar del Señor un socorro especial y directo, porque Él ha empeñado su palabra y no podrá negarla. El avaro se preocupa de sí mismo; empero el Señor favorece al creyente compasivo y generoso. Como hayáis tratado a los demás, así hará el Señor con vosotros. Vaciad vuestros bolsillos.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román
 




miércoles, 21 de enero de 2015

¿Quién es YHVH?


Éxo 7:5 Y sabrán los egipcios que Yo soy YHVH, cuando extienda mi mano contra Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos (BTx 3)

Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Éxodo 7:5

 
Al mundo impío difícilmente se le puede enseñar. Egipto no conoce a Jehová y por eso levanta sus ídolos y se atreve a preguntar: «¿Quién es Jehová?» Pero el Señor quebranta el orgullo de los corazones. Cuando estalla el juicio de Dios sobre sus cabezas, se oscurece su cielo, son destruidas sus cosechas y mueren sus hijos; entonces comienzan a discernir algo del poder soberano de Dios. Cosas tan extraordinarias como éstas sucederán entre nosotros para que los escépticos doblen humillados sus rodillas. No desmayemos ante las blasfemias que profieren sus labios, porque el Señor sabrá velar por la gloria de su nombre, y seguramente lo hará de una manera muy eficaz.
La liberación de su propio pueblo fue un medio poderoso del que se sirvió para que Egipto conociera que el Dios de Israel era Jehová, el Dios vivo y verdadero. Ni siquiera un solo israelita pereció a causa de las diez plagas. Ninguno de los escogidos se ahogó en las aguas del Mar Rojo. Del mismo modo, la salvación de los escogidos y la glorificación de todos los verdaderos creyentes será parte para que aun los más encarnizados enemigos de Dios reconozcan que Jehová es Dios.
¡Ojalá que su poder victorioso y convincente por el Espíritu Santo sea manifiesto en la predicación del Evangelio hasta que todos los pueblos de la tierra inclinen sus frentes ante el nombre de Jesús y le proclamen como su Señor!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





domingo, 18 de enero de 2015

¡Nuestros ojos se encuentran!


Isa 53:10 Plugo a YHVH quebrantarlo y someterlo a padecimiento. Cuando se haya puesto su vida en sacrificio expiatorio, verá a su descendencia, Vivirá por días sin fin, y la voluntad de YHVH triunfará en su mano (BTx 3)

Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje. Isaías 53:10

 
Nuestro Señor Jesucristo no ha muerto en vano. Su muerte expiatoria constituyó un sacrificio. Murió como nuestro sustituto, porque su muerte fue la paga de nuestros pecados y porque su sustitución fue aceptada por Dios. Él salvó a todos aquellos por quienes entregó su vida. Por su muerte se hizo semejante al grano de trigo que lleva mucho fruto. Con su muerte logró una larga posteridad; es «el Padre del eterno siglo». Él mismo podrá decir: «He aquí, yo y los hijos que me dio Dios».
Un padre es honrado en sus hijos, y Jesús tiene llena su aljaba con estas saetas del valiente. El padre está representado en sus hijos, y Cristo lo es en los cristianos. La vida de un hombre se prolonga y perpetúa en sus descendientes; de la misma manera la vida de Cristo se continúa en la vida de los creyentes.
Jesús vive y ve su linaje; Él fija sus ojos en nosotros y se complace en nosotros y nos reconoce como fruto de sus trabajos. Gocémonos porque el Señor se goza del resultado del sacrificio cruento, y porque nunca cesará de gozarse ante la mies abundante recogida con su muerte. Sus ojos, que en otro tiempo lloraron sobre nosotros, ahora nos miran con regocijo.
¡Nuestros ojos se encuentran! ¡Cuán grande es el gozo de estas miradas!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





sábado, 17 de enero de 2015

Porque Yo estaré contigo


Éxo 3:12 Él dijo: Porque Yo estaré contigo, y ésta será la señal de que te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a ’Elohim sobre este monte (BTx 3)

Y él le respondió: ve porque yo estaré contigo. Éxodo 3:12


Es evidente que si Dios confió a Moisés una comisión, no le dejaría solo. Ante el riesgo que iba a correr y la fortaleza que le era necesaria para cumplir su cometido, sería ridículo que Dios enviara un pobre hebreo para que se enfrentara con el más poderoso monarca de la tierra y le dejara solo en su empresa. No es concebible que la sabiduría de Dios opusiera un hombre débil como Moisés a Faraón con todo el poderío de Egipto. Por eso dice el Señor: «Yo estaré contigo», para darle a entender que no iba solo.
También conmigo sucederá lo mismo. Si Dios me confía una misión, confiando plenamente en su poder y buscando únicamente su gloria, tendré la seguridad de que Él estará conmigo. Por el mero hecho de enviarme, está obligado a favorecerme. ¿No es esto suficiente? ¿Qué más puedo desear?
Aun contando con el poder de sus ángeles y arcángeles, podría sucumbir en la demanda, mas si Él está conmigo, ciertamente saldré victorioso. Lo único que se me exige es que yo obre en consecuencia con esta promesa, que no emprenda el camino con timidez, desanimado, negligente o henchido de orgullo. ¡Tal es la conducta que debe observar una persona que tiene a Dios en su compañía! Así amparado, debo caminar con valentía y, como Moisés, presentarme sin temor delante de Faraón.


La Chequera del Banco de la Fe.
 Traducción de Allan Román





viernes, 16 de enero de 2015

¿Por qué no descargo todo mi peso sobre los hombros de mi Señor?


Joe 2:32 Entonces, todo el que invoque el nombre de YHVH, escapará, Porque en el monte Sión y en Jerusalem quedará un remanente, Conforme ha dicho YHVH, Y entre los supervivientes estarán los que YHVH llamó. (BTx 3)

Todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo. Joel 2:32

 
¿Por qué no invoco su nombre? ¿Por qué recurro a mis vecinos cuando tengo tan cerca a Dios, el cual oirá mi clamor, por débil que sea? ¿Por qué me siento para forjar proyectos y formar planes? ¿Por qué no descargo todo mi peso sobre los hombros de mi Señor? La mejor manera de avanzar es ir siempre adelante en línea recta. ¿Por qué no corro ahora mismo al Dios vivo? En vano buscaré la salvación en otra parte; en Dios ciertamente la encontraré. Su real promesa es una garantía cierta de que así será.
No es preciso preguntar si puedo invocarle o no, porque la palabra «cualquiera» es suficientemente explícita. «Cualquiera» se aplica a mí, porque comprende a todos y cada uno de los que invocan a Dios. Por lo tanto, seguiré las enseñanzas de este versículo, invocando ahora mismo al glorioso Salvador que nos ha dejado una promesa tan magnífica.
Mi caso es urgente. Ignoro cómo podré ser liberado; empero esto no me preocupa. Quien ha formulado la promesa sabrá encontrar los medios para realizarla. A mí sólo me incumbe obedecer sus mandamientos, no dirigir sus consejos.
Siervo suyo soy, y no abogado. Le invoco, y él me ayudará.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





miércoles, 14 de enero de 2015

Jesús proporciona descanso


Mat 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y Yo os haré descansar (BTx 3)

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28

 
Quienes somos salvos encontramos descanso en Jesús; quienes no lo son alcanzarán ese descanso si a Él se acercan, ya que Dios así lo ha prometido. Nada es tan gratuito como un don; aceptemos complacidos lo que libremente nos da. No tienes necesidad de comprarlo, ni pedirlo prestado; te basta recibirlo como se recibe un don. Trabajas bajo el látigo de la ambición, de la codicia, de la pasión y la inquietud: Él te librará de tan dura esclavitud, y te hará descansar. Estás cargado, y sobrecargado con el peso del pecado, del temor, del desasosiego, del remordimiento y del temor de la muerte; mas si acudes a Él, te librará de la carga. Él llevó sobre sí el peso abrumador de nuestros pecados, a fin de que no sucumbiésemos con Él. Se constituyó en el gran portador de cargas, para que todos los cargados dejaran de doblarse bajo tan enorme peso. Jesús proporciona descanso. Y así es, en efecto. ¿Lo crees tú? ¿Quieres probarlo? ¿Por qué no lo intentas ahora mismo? Acude a Jesús renunciando a toda otra esperanza, pensando en Él, creyendo en el testimonio que Dios da de Jesús, y depositando en Él todos tus afanes. Si con estas disposiciones recurres a Él, el descanso que te dará será profundo, seguro, santo y eterno. Este descanso perdurará hasta tu entrada en el cielo, y dispuesto está el Señor a concedérselo a cuantos a Él se alleguen confiadamente.

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





martes, 13 de enero de 2015

Mas nunca lo hubo, ni lo habrá jamás


Jua 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, de ningún modo lo echo fuera (BTx 3)

Al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37

 
¿Hay en el Evangelio un solo caso en que veamos que Jesús rechace a quien a Él se acerca? Si lo hubiera, desearíamos saberlo; mas nunca lo hubo, ni lo habrá jamás. Ninguno de los condenados podrá jamás decir: «Vine a Jesús y me echó fuera». No es posible que tú y yo fuéramos los primeros con quienes Jesús ha quebrantado su palabra. Jamás abriguemos tan mezquina sospecha.
Acerquémonos a Cristo con todos nuestros males presentes. De una cosa podemos estar ciertos: jamás nos negará la entrada, ni nos echará fuera. Quienes hemos ido muchas veces, y quienes nunca han ido, acudamos todos juntos, y comprobaremos que a nadie cierra la puerta de su gracia.
«Este a los pecadores recibe», pero a nadie rechaza. Venimos a Él con la debilidad y el pecado, con una fe vacilante, con muy poco conocimiento y con menguada esperanza, y no nos rechaza. Venimos con la oración indecisa, con la confesión incompleta, con la alabanza que no está en armonía con sus merecimientos, y, sin embargo, nos recibe. Venimos enfermos, manchados, desanimados, indignos, mas no nos echa fuera. Acudamos nuevamente a Él, hoy mismo, porque a nadie echa fuera.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





Durante toda la eternidad seguirá prodigándonos su amor


Lam 3:31 Porque Adonay no desechará para siempre (BTx 3)

Porque el Señor no desecha para siempre. Lamentaciones 3:31

 
Tal vez el Señor nos deseche por algún tiempo, mas no para siempre. La mujer puede prescindir de sus adornos, pero no los olvida, ni los arroja al muladar. No es propio del Señor rechazar a los que ama, porque «como hubiese amado a los suyos que estaban en el mundo, amólos hasta el fin». Algunos dicen estar en gracia o sin ella, como si se tratara de conejos que entran y salen libremente de sus madrigueras; y sin embargo, no es así. El amor de nuestro Salvador para con los suyos es algo más serio y permanente.
Desde toda la eternidad nos escogió, y durante toda la eternidad seguirá prodigándonos su amor. De tal manera nos amó que se entregó a la muerte por nosotros; por donde podemos estar seguros de que su amor nunca tendrá fin.
Su honor de tal suerte está ligado con nuestra Salvación, que le es absolutamente imposible desecharnos, como lo sería despojarse de su vestidura de Rey de gloria. ¡No! El Señor Jesús, como Cabeza que es, nunca se separa de sus miembros; como Esposo, nunca repudia a su esposa. ¿Por ventura te creías desechado? ¿Cómo podías figurarte tal cosa del Señor que te ha desposado? Arroja lejos de ti tales pensamientos, y no permitas que aniden en tu corazón. «No ha desechado Dios a su pueblo al cual antes conoció (Romanos 11:2). «Él aborrece que sea repudiada» (Malaquías 2:16).


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román


 



domingo, 11 de enero de 2015

La seguridad de que la alianza de paz se cumplirá


Gén 9:14 Pues sucederá que cuando Yo cubra con nube la tierra, entonces aparecerá el arco en la nube (BTx 3)

Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Génesis 9:14

 
El cielo aparece lleno de nubes, mas no tememos que la tierra sea inundada por un nuevo diluvio. El arcoiris trazado en los cielos disipa todos nuestros temores. La alianza hecha por Dios con Noé no ha sido quebrantada; de esto no abrigamos duda alguna. Y siendo esto así, ¿por qué pensamos que las nubes de nuestras tribulaciones, que al presente oscurecen el cielo de nuestra dicha, serán para nuestra destrucción?
Desechemos estos temores infundados y bochornosos.
La fe siempre tiene delante de nuestros ojos el arco de la promesa establecida cuando nuestros sentidos perciben la nube del dolor. Dios tiene en sus manos el arco con el cual puede lanzar las flechas de la destrucción; pero ese arco apunta hacia arriba. Es un arco sin cuerda y sin flecha; es un arco de trofeo, inútil para la guerra; un arco de muchos y diversos colores que significa esperanza y amor; un arco que se torna rojo con la guerra y negro con la ira.
Tengamos valor. Dios jamás ensombrece nuestro cielo, de tal modo que no podamos dar testimonio de su alianza. Y aun cuando así lo hiciere, nosotros siempre podremos tener la seguridad de que la alianza de paz se cumplirá.
Hasta que nuevamente cubran las aguas toda la tierra, no tendremos motivo para dudar de la promesa de nuestro Dios.


La Chequera del Banco de la Fe.
 Traducción de Allan Román





sábado, 10 de enero de 2015

Brota un secreto manantial


Pro 11:25 El alma generosa será saciada, Y el que sacia a otros, también él será saciado (BTx 3)

El que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25

 
Si yo presto interés por los demás, Dios también se interesará por mí, y de algún modo será recompensado.
Si pienso en el pobre, Dios pensará en mí; si me ocupo de los pequeñuelos, Dios me tratará como a hijo suyo. Si apaciento su rebaño, Él me alimentará; si riego su jardín, Él hará que mi alma sea a manera de jardín. Tal es la promesa del Señor.
A mí me toca cumplir las condiciones para poder esperar su cumplimiento.
Puedo preocuparme de mí mismo hasta enfermar; ocultar mis sentimientos hasta que nada sienta; lamentar mi flaqueza hasta el punto de no sentirme capaz de lamentar nada. De mayor aprovechamiento será para mi el ser desinteresado, y empezar, por el amor de mi Señor, a preocuparme de las almas que me rodean. El agua va menguando en mi cisterna; no ha caído agua suficiente para llenarla. ¿Qué haré? Dejaré abierta la válvula para que el agua corra libremente y riegue las plantas que se marchitan a mi alrededor. Mas, ¿qué veo? Mi cisterna se llena a medida que el agua va saliendo; brota un secreto manantial. Mientras el agua estaba detenida, el manantial dejaba de manar; mas cuando sale para regar las almas, el Señor piensa en mí ¡Aleluya!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




viernes, 9 de enero de 2015

¿Podré yo negarle cuanto me pidiere?


Pro 11:25 El alma generosa será saciada, Y el que sacia a otros, también él será saciado (BTx 3)

El alma generosa será engordada. Proverbios 11:25


Si quiero la prosperidad de mi alma, no debo amontonar tesoros, sino repartirlos entre los pobres. El camino de la fortuna, según el mundo, es ser avaro y mezquino; mas no es éste el camino de Dios, porque nos dice: «Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes son escasos más de lo que es justo, mas vienen a pobreza». Según la fe, la manera de adquirir ganancias consiste en dar. Hagamos la experiencia, y veremos que siempre se nos dará en abundancia todo lo necesario en retorno de nuestra liberalidad.
Indudablemente, nunca llegaré a ser rico con este procedimiento. Seré «engordado», mas no en demasía.
Tanta abundancia de riquezas podría hacerme pesado, como lo son las personas excesivamente gruesas, y podría causarme una dispepsia mundanal y hasta producirme una degeneración cardíaca.
En verdad, puedo darme por satisfecho si, estando lo suficientemente nutrido, gozo de buena salud, y si el Señor me concede lo necesario, puedo darme por contento.
Existe, no obstante, una grosura intelectual y espiritual que en gran manera codicio: la que proviene de nuestros nobles pensamientos acerca de Dios, de su Iglesia y de nuestros semejantes. Que nunca ponga yo límites a mi generosidad para que mi alma no desfallezca de hambre. Que siempre sea liberal y dadivoso, porque así imitaré a mi Señor. Él se dio a sí mismo por mí. ¿Podré yo negarle cuanto me pidiere?


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román