martes, 19 de mayo de 2015

Si apartas lo precioso de lo vil


Jer 15:19 Entonces me respondió YHVH: Si te vuelves, Yo te restauraré, Para que puedas estar en pie delante de mi presencia; Si apartas lo precioso de lo vil, Serás mi boca. ¡Conviértanse ellos a ti, Y no te conviertas tú a ellos! (BTx 3)

Por tanto así dijo Jehová: Si te conviertieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Jeremías 15:19

 
¡Pobre Jeremías! Mas, ¿por qué le llamamos pobre? El profeta de las lamentaciones era un siervo escogido del Señor, y ensalzado sobre otros muchos. Fue aborrecido porque decía la verdad. La palabra, tan dulce para él, era muy amarga para sus oyentes; por tanto, fue acepto del Señor. Se le mandó mantenerse firme en su fidelidad, con la única condición de que el Señor continuaría hablándole. Debía tratar con entereza y verdad a los hombres de su tiempo con el fin de llevar a cabo la obra de reparación que Dios le había encomendado entre los apóstatas de su tiempo, y el Señor le dijo: «Serás como mi boca».
¡Qué honor tan grande! ¿No debiera desearlo todo predicador y todo oyente? ¡Cuán maravilloso es que Dios hable por nosotros! Nuestra palabra será cierta, verdadera, pura; servirá de bendición para quienes la reciban, y los que la rechacen incurrirán en inminente riesgo. Nuestros labios apacentarán a muchos; despertarán a los que duermen y resucitarán a los muertos.
Querido lector, pide al Señor que suceda esto con el autor y con todos los siervos enviados por el Señor.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román






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