domingo, 30 de noviembre de 2014

En todo tiempo y por la eternidad


Deu 31:8 YHVH es el que va delante de ti. Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni desmayes. (BTx 3)

Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides. Deuteronomio 31:8

He aquí una declaración que si tenemos en perspectiva una empresa o una lucha peligrosa, nos infundirá valor para acometerla. Si Jehová va delante de nosotros, estaremos seguros siguiéndole. ¿Quién puede oponerse a nuestro paso si el mismo Señor va a la vanguardia? ¡Compañeros de armas, avanzad con decisión! ¿Por qué dudamos cuando la victoria es nuestra?
El Señor no sólo va delante: está con nosotros. Arriba, debajo, alrededor y dentro, está el Omnipotente, el Omnisciente. En todo tiempo y por la eternidad, estará con nosotros como lo ha estado hasta el presente. ¡Qué fuerza no debe imprimir a nuestro brazo este pensamiento! ¡Levantaos con intrepidez, soldados de la Cruz, porque Jehová de los ejércitos es con nosotros!
Porque va delante de nosotros y con nosotros, nunca cesará de ayudarnos. Él no puede faltar a su palabra y jamás faltará; seguirá prestándonos su ayuda según nuestra necesidad, hasta el fin. Tampoco nos desamparará. Siempre será poderoso para darnos fuerza y ayuda hasta que hayan terminado los días de la lucha.
No nos intimidemos; porque Jehová de los ejércitos irá con nosotros a la batalla, soportará el ardor de la lucha y nos dará la victoria.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





sábado, 29 de noviembre de 2014

Descansa en el Señor y espera en Él


Isa 28:16 Por tanto, Adonay YHVH dice así: He aquí Yo pongo por fundamento en Sión una piedra, Piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable. El que crea, no será conturbado. (BTx 3)

El que creyere, no se apresure. Isaías 28:16

Se apresurará a guardar los mandamientos del Señor, pero no con impaciencia ni de un modo impropio. No se apresurará a huir porque no le dominará el temor que causa pánico. Cuando otros huyan desatinadamente de acá para allá, el creyente permanecerá tranquilo y reposado, y así podrá obrar con sabiduría en la hora de la prueba.
No se apresurará en sus esperanzas deseando en el acto lo bueno que apetece, sino que esperará hasta que Dios lo quiera. Algunos se desazonan e impacientan por tener el pájaro en la mano, porque creen que la promesa del Señor es como el buitre volando, y que no la alcanzarán. Los creyentes saben esperar.
No se apresurará en lanzarse al mal o a cometer actos dudosos. La incredulidad siempre es activa y acarrea la ruina; pero la fe sólo tiene prisas en aquello que puede proporcionarle éxitos, y por eso no siente la necesidad de tornar al camino que siguió imprudentemente.
¿Qué hago yo? ¿Creo y, por tanto, guardo el paso del creyente que es andar con Dios? Descansa en el Señor y espera en Él! ¡Alma mía, hazlo así inmediatamente!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román






viernes, 28 de noviembre de 2014

La bendición de Dios es mejor que la buena suerte


Deu 28:8 YHVH mandará la bendición a tus graneros y a todo lo que  emprenda tu mano, y te bendecirá en la tierra que YHVH tu Dios te da. (BTx 3)

Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano. Deuteronomio 28:8

Si obedecemos al Señor, nuestro Dios, Él bendecirá todo lo que nos da. Las riquezas, cuando son bendecidas por Dios, no serán una maldición Cuando los hombres, por tener más de lo que necesitan, empiezan a guardar en sus graneros, pronto cunde la podredumbre de la avaricia o el tizón de la dureza del corazón. Mas no sucede así en los dones de Dios. La discreción administra los ahorros, la generosidad dirige los gastos, la gratitud mantiene la consagración, y la alabanza aumenta el gozo. ¡Cuán bueno es tener la bendición de Dios sobre la caja de nuestros caudales y sobre todas nuestras cuentas corrientes! ¡Cuán favorecidos somos con esta última
frase! «Enviará Jehová la bendición a todo aquello en que pusieres tu mano». Jamás pondríamos nuestra mano sobre cosa alguna que no fuera digno de la bendición de Dios, ni tampoco la emprenderíamos sin oración y fe.
¡Qué privilegio poder esperar la ayuda del Señor en cada empresa! Hablamos de personas con buena suerte; la bendición de Dios es mejor que la buena suerte. Nada es la
protección de los grandes comparada con el favor de Dios. Bien está la confianza en nosotros mismos, pero la bendición de Dios vale infinitamente más que todos los éxitos del talento, del ingenio o del buen tacto.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




jueves, 27 de noviembre de 2014

Procede de Él


Éxo 33:14 Y Él dijo: ¿Mi presencia habrá de ir contigo y darte reposo? (BTx 3)

Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Éxodo 33:14

¡Preciosa promesa! Señor, dame la gracia de apropiármela personalmente. A veces tenemos que salir de nuestra morada, porque no tenemos aquí ciudad permanente. Con frecuencia sucede que cuando nos sentimos más felices en un lugar, somos repentinamente llevados a otra parte. Para este mal tenemos un antídoto seguro: el Señor nos acompañará. Su rostro es su favor, su presencia, cuidado y poder siempre estarán con nosotros en cada paso de nuestra vida. Esto significa más de lo que dice; porque realmente Él lo es todo. Si Dios está con nosotros, poseemos el cielo y la tierra. ¡Ven conmigo, Señor, y envíame adonde te plazca!
Empero buscamos un lugar de reposo. El texto lo promete. Tendremos descanso que Él sólo nos da, que procede de Él y en el cual nos guarda. Su presencia nos hará descansar aun cuando estemos de camino, aun en medio de la batalla. ¡Descanso! Palabra bendita. ¿Pueden disfrutar de él los mortales? Sí, aquí está la promesa y por fe podemos pedir su cumplimiento. El descanso viene del Consolador, del Príncipe de Paz y del Padre glorioso que al séptimo día descansó de sus obras. Estar con Dios es descansar en el más amplio sentido de la palabra.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




miércoles, 26 de noviembre de 2014

Así serán transformadas todas las penas de los santos


Jua 16:20 De cierto, de cierto os digo que vosotros lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo (BTx 3)

Vuestra tristeza se convertirá en gozo. Juan 16:20

La tristeza que les embargaba era la muerte de su Señor y Maestro, la cual se trocó en gozo cuando resucitó y se mostró en medio de ellos. Así serán transformadas todas las penas de los santos, aun aquellos que parecen ser manantial perenne de amargura.
Cuanto mayor sea la tristeza, mayor será el gozo. Si tenemos cargas de tristeza, con el poder de Dios pueden convertirse en toneladas de alegría. Por tanto, cuanto más amarga sea la pena, más sabroso será el placer; la oscilación del péndulo a la izquierda, lo hará subir más en la parte derecha. El recuerdo de la pena dará por contraste un sabor más delicioso a las alegrías que seguirán. El brillo del diamante resplandecerá más sobre un fondo negro.
¡Alma mía, esfuérzate! Dentro de poco estaré tan alegre como triste estoy ahora. Jesús me dice que, por una alquimia celestial, mi tristeza se tornará en gozo. Ignoro cómo sucederá esto, pero lo creo, y empiezo a cantar anticipadamente.
Esta depresión de espíritu no durará mucho; pronto estaré en el cielo con los que se gozan y alaban al Salvador día y noche, y allí cantaré la misericordia que me liberó de mis aflicciones.

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román


 



martes, 25 de noviembre de 2014

En el poder del Espíritu invisible


Zac 4:7  ¿Quién te crees tú, gigantesca montaña? ¡Ante Zorobabel sólo eres una llanura! Y él sacará la piedra principal entre gritos de alabanza a su belleza (BTx 3)

¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Zacarías 4:7

 
Tal vez, en este momento, encontremos en nuestro camino una montaña de dificultades, miserias, necesidades, y nuestra razón natural no encuentra medio alguno para saltar por encima, cruzarla, o buscar otro camino. Mas si interviene la fe, inmediatamente desaparece la montaña o se convierte en llanura. Mas ante todo la fe ha de oír la palabra del Señor: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos». Esta gran verdad es el secreto que nos hace afrontar las pruebas insuperables de la vida. Comprendo que nada puedo hacer y toda confianza en los hombres es vanidad. «No con ejército». Comprendo que no se debe confiar en ninguno de los medios visibles, sino en el poder del Espíritu invisible. Sólo Dios puede obrar, y no han de contar los medios humanos. Si ciertamente el Dios Todopoderoso cuida de los intereses de su pueblo, entonces los montes desaparecerán. Los mundos son en su mano tan leves como la pelota en manos del niño; Él puede concederme este poder. Si el Señor me manda que traslade los Alpes, podré hacerlo en su nombre. Puede ser una gran montaña, pero aun mi flaqueza podrá reducirlo a llanura, porque el Señor lo ha dicho: ¿De qué temeré si Dios está por mí?

La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




lunes, 24 de noviembre de 2014

«Tu furor se apartó y me has consolado»


Sal 103:9  No sostiene para siempre su querella ni guarda rencor eternamente (BTx3)


No contenderá para siempre, ni para siempre guardará él enojo. Salmos 103:9


Dios algunas veces contenderá; de lo contrario, no sería un padre sabio para hijos tan pobres y extraviados como somos nosotros. Su reprensión hace sufrir a los corazones sinceros, porque entonces sienten cuán profundamente le han ofendido, y cuán dignos son de su desagrado. Nosotros sabemos qué significa su reprensión, y nos doblegamos ante su voluntad, lamentando el habernos atraído su enojo. ¡Cuánto consuelo encontramos en estas líneas!
«No contenderá para siempre». Si nos arrepentimos y volvemos a Él con corazón quebrantado, decididos a dejar el pecado, Él nos sonreirá inmediatamente. No le place mirar con enojo a los que ama; su gozo es que nuestro gozo sea cumplido.
Venid, busquemos su rastro, sin desesperarnos ni desalentarnos. Amemos al Dios que nos reprende, y pronto cantaremos: «Tu furor se apartó y me has consolado». ¡Fuera tristes presagios, que son como cuervos que turban mi alma!
¡Entrad vosotras, palomas gozosas, esperanzas luminosas, recuerdos gratos! El juez que nos perdonó en otro tiempo, es ahora Padre que nos perdonará de nuevo, y en su amor inefable y eterno nos gozaremos.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román


 



domingo, 23 de noviembre de 2014

Sólo nuestro Dios puede hacerlo


Deu 7:22  El Señor tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio. (BTx 3)

Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco. Deuteronomio 7:22

 
No esperemos ganar victorias para el Señor Jesús de un solo golpe. Los principios del mal y los malos hábitos con dificultad se abandonan. En ciertos lugares, se necesitan años de trabajo para extirpar alguno de los muchos vicios que mancillan a sus habitantes. Hemos de continuar la guerra con todas nuestras energías, aun cuando no veamos el resultado.
Nuestro trabajo en este mundo es conquistar para Jesús. Nada de compromisos, sino exterminio total.
Tampoco hemos de buscar la popularidad, sino hacer guerra sin cuartel a la iniquidad. La incredulidad, la superstición, la bebida, la impureza, la opresión, la frivolidad, el error; todo debe desaparecer.
Sólo nuestro Dios puede hacerlo. El trabaja para sus fieles servidores, y, bendito sea su nombre, porque ha prometido que así obrará. «Jehová tu Dios echará a estas gentes de delante de ti». Mas lo hará poco a poco para que aprendamos a ser perseverantes, para que aumente nuestra fe, vigilemos constantemente y evitemos toda confianza carnal. Demos gracias a Dios por el más pequeño éxito, y oremos para que nos sean concedidos otros. Nunca enfundemos la espada hasta que toda la tierra sea ganada para Cristo.
¡Ánimo, alma mía! ¡Sigue poco a poco, porque
muchos pocos harán un ejército grande!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román


 



sábado, 22 de noviembre de 2014

¡Cuán amplio es el perdón que aquí se ofrece!


Jer 50:20  En aquellos días se buscará la iniquidad de Israel, pero ya no se encontrará. En aquel tiempo se buscarán los pecados de Judá, pero ya no se hallarán, porque yo perdonaré a los que deje con vida—afirma el Señor— (BTx 3)

En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiese dejado. Jeremías 50:20

 
¡Extraordinaria promesa! ¡Cuán amplio es el perdón que aquí se ofrece a las naciones pecadoras de Israel y Judá! De tal manera será quitado el pecado que no aparecerá.
¡Gloria al Dios perdonador!
Satanás busca los pecados para acusarnos; nuestros enemigos los buscan para culparnos y nuestra propia conciencia los busca con un deseo morboso. Pero cuando el Señor nos aplica la sangre preciosa de Jesús, ningún temor hemos de tener a ese examen, porque no aparecerán, «no se hallarán».
El Señor ha hecho que no existan más los pecados de su pueblo. Él ha puesto fin al pecado y expiado la iniquidad. El sacrificio de Jesús ha hundido todos nuestros pecados en lo profundo del mar, y esto nos inunda de gozo. Dios mismo es el que otorga el perdón a sus escogidos. Su palabra de gracia es no solamente la de un rey, es la palabra de un Dios. Él da la absolución y somos absueltos. Él es nuestra propiciación, y su pueblo está fuera de todo temor de condenación. ¡Bendito sea el nombre de nuestro Dios que aniquila nuestros pecados!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




viernes, 21 de noviembre de 2014

La Salvación de Jesucristo, que es Dios


Isa 45:22  »Volved a mí y sed salvos,todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro. (BTx 3)

Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra; porque yo soy Dios, y no hay más. Isaías 45:22

 
Esta es una de las más grandes promesas y el fundamento de nuestra vida espiritual. La salvación viene por una mirada de Aquél que es «Dios justo y Salvador». ¡Cuán sencillo es el mandato! «Mirad a mí». ¡Y cuán razonable la demanda! En verdad, la criatura debe mirar al Creador. Durante mucho tiempo, hemos mirado a otras partes, justo es que miremos a quien nos invita a esperar en Él y nos promete la salvación.
¡Solamente una mirada! ¿Por qué no mirar ahora mismo? Nada nuestro debemos traer, sino mirar hacia arriba, a nuestro Señor en su trono al que subió desde la Cruz.
Una mirada no requiere ni preparación ni esfuerzo violento; no necesita inteligencia, ni sabiduría, ni riqueza, ni fuerza. Cuanto necesitamos está en el Señor, nuestro Dios, y si a Él sólo miramos, todo será nuestro y seremos salvos. Todos los que estáis lejos, venid acá y mirad ¡Vosotros, términos de la tierra, volved vuestros ojos! Desde las regiones más lejanas puedan ver los hombres el sol y gozar de su luz; del mismo modo, vosotros que os halláis al borde del infierno podéis con una sola mirada recibir la luz de Dios, la vida del cielo, la Salvación de Jesucristo, que es Dios, y, por lo tanto, puede salvar.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román



jueves, 20 de noviembre de 2014

Porque serán saciadas por el mismo Dios


Sal 107:9  ¡Él apaga la sed del sediento,y sacia con lo mejor al hambriento! (BTx 3)

Porque sacia el alma menesterosa, y llena de bien al alma
hambrienta. Salmos 107:9

 
Bueno es tener deseos, y cuanto más fervientes sean, mejor. El Señor saciará los deseos del alma, por grandes que sean, y por mucho que nos preocupen. Deseamos muchos y Dios dará en abundancia. Nuestro estado de ánimo nunca estará en equilibrio mientras estemos contentos connosotros mismos y nos sintamos libres de deseos. Esta sed de mayores gracias, estos gemidos indecibles, señales son de crecimiento, y nuestro anhelo debería ser sentirlos con mayor intensidad. ¡Espíritu bendito, haz que suspiremos y clamemos por cosas mejores!
El hambre no es una sensación agradable. Sin embargo, son bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia. Estas almas no sólo serán aliviadas, sino también saciadas. No se saciarán con un alimento ordinario, sino que su comida será digna de su Señor, porque serán saciadas por el mismo Dios.
Venid, no os entristezcáis porque haya heladas y venga el hambre. Oigamos la voz del Salmista cuando desea y ansía ver a Dios engrandecido. «Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres».


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




miércoles, 19 de noviembre de 2014

Pues, a partir de hoy


Hag 2:19  ¿Queda todavía alguna semilla en el granero? ¿Todavía no producen nada la vid ni la higuera, ni el granado ni el olivo? ¡Pues a partir de hoy yo os bendeciré!» (BTx 3)

Mas desde este día os bendeciré. Hageo 2:19

Desconocemos el futuro; sin embargo, aquí tenemos un espejo donde podemos ver los días venideros. El Señor dice: «Desde este día daré bendición».
Vale la pena tener en cuenta las circunstancias en que se hizo esta promesa. Las cosechas habían sido malas a causa del tizón y del granizo por el pecado del pueblo. Pero el Señor vio que los así castigados comenzaban a obedecer su palabra y a reconstruir su templo; por eso les dice: «desde el día que se echó el cimiento al templo de Jehová; poned vuestro corazón.
Desde este día daré bendición». Si hasta el presente hemos
vivido en el pecado y el Espíritu Santo nos induce a separarnos de él, podemos contar con la bendición del Señor. Su sonrisa, su Espíritu, su gracia y la revelación más amplia de su verdad, todo nos manifiesta una espléndida bendición. Tal vez sufriremos una mayor oposición de los hombres a causa de nuestra fidelidad, pero entraremos en una comunión más íntima con Dios y en una visión más clara de que hemos sido aceptados por Él.
Señor, quiero ser más fiel y más exacto en obedecer tu doctrina y según tus preceptos, te ruego, pues, por el Señor Jesucristo, que aumentes la bendición de mi vida cotidiana desde ahora y para siempre.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




martes, 18 de noviembre de 2014

El poder interior con que Dios les llena


Zac 12:8 Aquel día YHVH será escudo al habitante de Jerusalem; aquel día el más débil de entre ellos será como David, y la casa de David será como ’Elohim: como el ángel de YHVH delante de ellos. (BTx 3)

En aquel día Jehová defenderá el morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos. Zacarías 12:8

 
Uno de los medios más a propósito con que Dios cuenta para defender a su pueblo es fortalecerle con el poder interior de que Dios les llena. Los hombres son mejores que las murallas, y la fe es más fuerte que los castillos.
El Señor puede tomar el más flaco de entre nosotros y hacerle como a David, campeón de Israel. ¡Señor, haz esto conmigo! Infúndeme tu poder y lléname de santo valor para que pueda hacer frente al gigante con honda y piedra y confiando en el Señor.
El Señor puede hacer que sus mejores campeones sean todavía más fuertes de lo que son; David puede ser como un ángel, el ángel de Jehová. Esto sería ciertamente una manifestación maravillosa, pero posible, porque Dios lo dice: ¡Señor, obra así con nuestros más poderosos testigos! Muéstranos lo que puedes hacer, es decir, elevar a tus fieles siervos a una altura de gracia y santidad tan grande que claramente se vea que es sobrenatural. Cumple en este día tu promesa con toda la iglesia, por amor a Jesucristo. Amén.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





lunes, 17 de noviembre de 2014

Es señal de amor y no de ira


Sal 94:14 Porque YHVH no abandonará a su pueblo, Ni desamparará a su heredad (BTx 3)

Porque no abandonará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad. Salmos 94:14

Dios no dejará ni siquiera a uno de ellos.
Los hombres tienen sus desamparados; Dios no tiene ninguno, porque su elección es inmutable y su amor eterno. Nadie podrá encontrar una sola persona que haya sido abandonada por Dios después de haberse revelado a ella para ser su salvación.
Esta verdad se menciona en el Salmo para regocijo de las almas afligidas. El Señor castiga a los suyos, pero no los desampara. El resultado de esta doble acción de la ley de la vara es nuestra enseñanza, y fruto de ésta es un espíritu tranquilo y un espíritu sensato que producen descanso. Los impíos quedan solos hasta que sea cavada la fosa en la que caerán y serán tomados; mas los justos serán llevados a la escuela con el fin de que se hallen preparados para los gloriosos destinos que les esperan. El juicio volverá y acabará la obra de la justicia en los rebeldes, pero también volverá para justificar a los sinceros y piadosos. Por tanto, podemos sufrir la vara del castigo con sumisión tranquila, porque es señal de amor y no de ira.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




domingo, 16 de noviembre de 2014

Y su victoria de parte mía, dice YHVH


Isa 54:17 Ningún arma forjada contra ti prosperará, Y condenarás a toda lengua que se levante en juicio contra ti. Esta es la herencia de los siervos de YHVH, Y su victoria de parte mía, dice YHVH. (BTx 3)

Ninguna arma fojada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Isaías 54:17

 
En las fraguas y forjas del enemigo, hay mucho ruido. Allí se fabrican herramientas con las cuales tratan de herir a los santos. Ni siquiera esto podrían hacer si el Señor de los Santos no lo permitiera, porque Él es el que ha criado al herrero que sopla las ascuas del fuego. Mirad cuán diligentemente trabajan, y cuántas espadas y lanzas fabrican. Poco importa, porque sobre la hoja de cada espada se puede leer esta inscripción: «No prosperará».
Y escuchad ahora otro ruido: el murmullo de las lenguas. La lengua es un instrumento más terrible que los que se forjan con martillos y yunques, y el mal que pueden hacer hiere más profundamente y se extiende con mayor rapidez. ¿Qué será ahora de nosotros? La calumnia, la mentira, las insinuaciones, la burla..., son como flechas venenosas, ¿y quién las resistirá? El Señor nos promete que si no podemos hacerlas callar, por lo menos no podrán arruinarnos. Por el momento nos condenan, pero nosotros las condenaremos al fin y para siempre. La boca de los que hablan mentiras será cerrada, y sus engaños contribuirán a enaltecer a los justos que por ellos han sufrido.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




sábado, 15 de noviembre de 2014

Como es propio de Él hacerlo


Flp 4:19 Mi Dios, pues, suplirá toda vuestra necesidad según su riqueza en gloria en Jesús el Mesías. (BTx 3)
 
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19



El Dios de Pablo es nuestro Dios y suplirá todo lo que nos haga falta. Pablo no dudaba de esto en cuanto a los Filipenses, y nosotros estamos ciertos por lo que a nosotros se refiere. Dios proveerá como es propio de Él hacerlo: nos ama, se complace en bendecirnos y, obrando así, será glorificado. Su misericordia, poder, amor y fidelidad, nos prestarán ayuda para que no padezcamos hambre. ¿De qué medida se sirve el Señor? «Conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús». Grandes son las riquezas de su gracia, pero ¿qué diremos de las riquezas de su gloria? Sus «riquezas en gloria en Cristo Jesús», ¿quién podrá medirlas? Según esta medida inconmensurable, Dios llenará el abismo inmenso de nuestras necesidades. Su Hijo Jesús es el recipiente y al mismo tiempo el canal de su plenitud, y, por tanto, nos hace participantes, en el más alto grado, de los tesoros de su amor. ¡Aleluya!
El autor de estas líneas sabe qué cosa es ser probado en el trabajo del Señor. La fidelidad ha sido recompensada con ira, y ha visto cómo generosos suscriptores han cortado su liberalidad; mas aquél a quien quisieron oprimir no ha sido por ello más pobre; al contrario, se ha visto enriquecido, porque esta promesa se ha cumplido: «Mi Dios suplirá todo lo que os falta». Los fondos de Dios son más seguros que el Banco de Inglaterra.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román


 



viernes, 14 de noviembre de 2014

Si algo me pedís en mi nombre, Yo lo haré


Jua 14:14 Si algo me pedís en mi nombre, Yo lo haré. (BTx 3)

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:14

 
¡Qué gran promesa! «¡Algo!» Todas mis necesidades, grandes y pequeñas, están incluidas en la palabra «algo».
Ven, alma mía, con libertad delante del propiciatorio y escucha a tu Señor, que dice: «Ensancha tu boca, y henchirla he».
¡Qué promesa tan sabia! Siempre debemos pedir en el nombre de Jesús. Esto que nos anima a nosotros, le honra a Él; es una recomendación continua. A veces hay circunstancias en que nos parece negado todo auxilio, aun aquél que se apoya sobre nuestras relaciones con Dios, o sobre la experiencia que hemos hecho de su gracia; pero, en tales ocasiones, el nombre de Jesús es tan poderoso delante del trono de Dios, que podemos invocarlo con la seguridad de ser socorridos.
¡Qué promesa tan rica de enseñanzas! Nada debo pedir si antes Cristo no pone sobre ello su mano y su sello. Nunca osaría servirme de su nombre para una petición egoísta u obstinada; sólo puedo poner el nombre de mi Señor en las oraciones que Él utilizaría si se hallara en mi caso. Gran privilegio es estar autorizado a pedir en nombre de Jesús como si Él mismo pidiese; pero nuestro amor hacia Él nunca nos permitirá poner su nombre donde Él no lo ha puesto.
¿Pido lo que Jesús aprobaría? ¿Me atrevo a poner su sello en mi oración? Entonces ya tengo todo aquello que busco del Padre.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




jueves, 13 de noviembre de 2014

Un centinela soberano


He aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
Salmos 121:4


Jehová es el que «guarda a Israel». Nunca se halla inconsciente, ni se adormece, ni duerme; nunca deja de guardar la casa y el corazón de su pueblo. Esta es una razón suficiente para que podamos descansar en perfecta paz. Alejandro dijo que dormía porque su amigo Parmenio velaba; con mayor motivo podemos descansar nosotros cuando es Dios el que nos guarda.
La frase «He aquí» está puesta para llamar nuestra atención hacia esta verdad tan consoladora. Israel durmió aunque tenía una piedra por almohada; pero su Dios estaba despierto y se le apareció a su siervo. Cuando estamos descansando sin defensa, Jehová mismo cubrirá nuestra cabeza.
El Señor guarda a su pueblo como un rico guarda su tesoro, como un capitán la ciudad guarnecida, como un centinela a su soberano. Nadie podrá dañar a los que están guardados. Confiemos nuestra alma en sus manos queridas. Él nunca se olvida de nosotros, nunca deja de cuidarnos eficazmente, ni se siente incapaz de guardarnos.
¡Oh, Señor mío! Guárdame, no sea que me desvíe y caiga y perezca. Guárdame para que guarde tus mandamientos. Guárdame diligentemente de dormir como el perezoso, y de perecer como los que duermen el sueño de la muerte.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román




miércoles, 12 de noviembre de 2014

Señor, saciado estoy. ¡Bendito sea tu nombre!


Jer 31:14 Saciaré el alma de los sacerdotes con grosura, Y mi pueblo será saciado con mi benevolencia, dice YHVH. (BTx 3)

Y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová. Jeremías 31:14

Notad la palabra «mi» que se repite dos veces: «Mi pueblo será saciado de mi bien».
Los que están saciados de Dios, son considerados, por Él, como suyos. Dios pone su contentamiento en ellos, porque ellos tienen contentamiento en Él. Le llaman su Dios, y Él les llama su pueblo; Él se satisface en ellos como en su heredad, y ellos se satisfacen en Él como la suya. Entre el Israel de Dios y el Dios de Israel, hay un afecto y una comunión constantes.
Quienes forman el pueblo de Dios están satisfechos. Esto ya es mucho. Pocos son los hombres que viven satisfechos, cualquiera que sea su suerte; han tragado la sanguijuela, la cual clama continuamente: «¡Trae, trae!» Sólo las almas santificadas se hallan satisfechas. Dios es el que puede convertirnos y saciarnos.
¿No es de maravilla que el pueblo de Dios esté saciado con el bien del Señor? Aquí tenemos bienes sin mezcla de males, liberalidad sin límites, misericordia sin repulsa, amor sin variación, auxilio sin reservas. Si la bondad de Dios no nos sacia ¿quién nos saciará? ¡Cómo! ¿aún gemimos? Ciertamente, perverso será el deseo de nuestro corazón si la bondad de Dios no puede satisfacerlo.
Señor, saciado estoy. ¡Bendito sea tu nombre!


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román





martes, 11 de noviembre de 2014

Dios nos dará la victoria por el Señor Jesucristo


Rom 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. (BTx 3)

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14

Cuantas veces puede, el pecado trata de reinar en nosotros y ocupar el trono de nuestro corazón. A veces tememos que nos vencerá, y entonces clamamos al Señor que «ninguna iniquidad se enseñoree de mí». Su consoladora respuesta es: «El pecado no se enseñoreará de vosotros». Podrá acometernos y aun herirnos, pero nunca enseñorearse de nosotros.
Si viviéramos bajo la ley, nuestro pecado tomaría fuerzas y nos esclavizaría, porque castigo es el pecado que el hombre caiga bajo su poder. Empero vivimos bajo el pacto de la gracia y estamos asegurados, por las cláusulas de dicha alianza, de que no podemos ser separados del Dios viviente. La gracia prometida, por el contrario, hará que volvamos de nuestros extravíos y que seamos liberados de nuestras impurezas y de las cadenas de nuestros malos hábitos.
Podríamos quedar sumidos en la desesperación y «servir a los egipcios», si fuéramos aún como esclavos que trabajan por ganar la vida eterna; pero siendo libres por el Señor, cobramos ánimo para seguir luchando contra el mal y las tentaciones, con la seguridad de que el pecado nunca más volverá a esclavizarnos. Dios nos dará la victoria por el Señor Jesucristo, a quien sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román






lunes, 10 de noviembre de 2014

Tu mano fiel me está guardando


Sal 121:3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. (BTx 3)

No dará tu pie al resbaladero. Salmos 121:3

 
Si el Señor no lo permite, ni los hombres ni el diablo lo podrán conseguir. ¡Cuánta no sería su gloria si pudiesen hacernos caer vergonzosamente, arrojarnos de nuestras posiciones y hacernos desaparecer! Lo harían ciertamente si no tropezaran con un solo obstáculo: el Señor no lo permite; y si Él no lo permite, nosotros tampoco lo permitiremos.
El camino de la vida es como un viaje por los Alpes. Los senderos montañosos de continuo nos ponen en peligro de resbalar. Donde el camino es alto, la cabeza fácilmente sufre vértigos y los pies resbalan; hay sitios tan lisos como el cristal; otros son pedregosos, y en todos ellos es fácil caer. Quien durante su vida es ayudado a vivir rectamente y a caminar sin tropiezos, tiene sobradas razones para ser agradecido. Con trampas y lazos, con las rodillas débiles, los pies cansados y entre enemigos astutos, ningún hijo de Dios podría mantenerse firme ni siquiera una hora, si no fuera por el amor constante de Dios que no dará su pie al resbaladero.


Entre mil lazos voy andando,
Tu mano fiel me está guardando;
Ella hasta el fin me sostendrá
Y al monte santo me guiará.


La Chequera del Banco de la Fe.
Traducción de Allan Román