lunes, 30 de abril de 2012

¡Es cierto! (Oswald Chambers)

¡Es cierto! (Oswald Chambers)


"Es cierto, pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!" Juan 14:14 (NTV)

“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Jua_14:14)

 
Dios contesta la oración. La contesta exactamente como nosotros lo haríamos si tuviéramos sabiduría, amor y poder infinitos. Algunas veces nos da lo que queremos, otras veces nos da algo mejor, pero siempre lo que necesitamos. A veces contesta nuestras oraciones rápidamente; en otras ocasiones nos enseña a esperar con paciencia.

Dios contesta la oración; a veces cuando los corazones son débiles,

Dios otorga los dones que sus hijos buscan.

Pero la fe por el descanso profundo se ha de ejercitar

Y confiar en el silencio de Dios cuando decide no hablar;

Pero Aquél cuyo nombre es amor siempre enviará lo mejor.

Las estrellas se apagarán y las montañas no perdurarán,

Pero Dios es fiel y aquéllos que sus promesas buscan las alcanzarán.

La oración tiene condiciones. Frecuentemente lo que parece ser un cheque en blanco (“si algo pidiereis”) tiene cláusulas agregadas (“en mi nombre”). Las promesas relacionadas con la oración individual deben considerarse a la luz de otras Escrituras sobre el tema.

La oración encierra misterios. No siempre nos edifica tratar de averiguar los “cómos” y los “porqués”. Es mejor orar y ver cómo Dios actúa que tratar de resolver los misterios que rodean a la oración. Me gusta lo que el sr. Temple decía: “Cuando oro, suceden coincidencias; cuando no oro, no suceden”.

Cuando oramos a Dios en el nombre del Señor Jesús, es como si él mismo presentara nuestras peticiones al Padre. Esto es lo que da sentido y poder a nuestras oraciones. Por eso cuando oramos es cuando más nos acercamos a la omnipotencia. Por supuesto, nunca seremos omnipotentes, ni aun en la eternidad, pero cuando oramos en el Nombre del Señor Jesús, nos asimos del poder infinito.

La oración más poderosa es aquella que nace de una fuerte necesidad interior. Cuanto más dependemos del Señor, más eficaz es nuestra vida de oración.

Cuando oramos, suceden cosas que están más allá de las leyes del azar o la probabilidad. Nuestras vidas palpitan con poder sobrenatural porque el Espíritu Santo las potencia y cuando tocamos otras vidas, ocurre algo para Dios.

Debemos ser como aquel santo que decía: “Puedo medir mi influencia por el número de personas que necesitan de mis oraciones y el número de los que oran por mí”




domingo, 29 de abril de 2012

¿En el Nuevo Testamento? (Oswald Chambers)

¿En el Nuevo Testamento? (Oswald Chambers)



"Si me aman, obedezcan mis mandamientos" Juan 14:15 (NTV)

“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jua_14:15)


¿Mandamientos? ¿En el Nuevo Testamento? Cuando el pueblo escucha la palabra mandamientos, piensa de inmediato en legalismo. Pero los dos términos no son sinónimos. Nadie habló más de mandamientos que el Señor Jesús, y sin embargo no hay nadie menos legalista que Él.
¿Qué es el legalismo? Aunque la palabra no se encuentra en el Nuevo Testamento, describe los esfuerzos incesantes de los hombres por ganar el favor de Dios. Básicamente significa el intento de obtener la justificación o la santificación guardando la ley. Éste es su verdadero significado.
Pero hoy en día la palabra se usa en un sentido más amplio para describir lo que se cree que son reglas rígidas y moralistas. Se califica de “legalista” cualquier intento por clasificar ciertas prácticas como tabú. De hecho, la palabra “legalismo” es empleado mal, como un mazo o palo para atacar prácticamente toda restricción del comportamiento cristiano, o en contra de cualquier enseñanza “negativa” o prohibición.
¿Qué debe hacer entonces un cristiano para evitar los peligros asociados con el “legalismo”?
En primer lugar, es verdad que un cristiano está libre de la ley, pero esto no significa que está sin ley. Está bajo la ley de Cristo y esto le obliga a vivir de acuerdo a la voluntad de Cristo y no conforme a sus deseos.
En segundo lugar, debemos recordar que en el Nuevo Testamento abundan los mandamientos, incluyendo un número considerable de prohibiciones. La diferencia está en que estos mandamientos no se nos dan como ley, con una penalidad añadida, sino como instrucciones en justicia para el pueblo de Dios.
Además, hay cosas que pueden ser legítimas para el cristiano, pero no provechosas. Pueden ser lícitas pero también esclavizan (1Co_6:12).
Es posible que un creyente tenga libertad para hacer algo y sin embargo, alguien puede tropezar si lo ve llevarlo a cabo. En ese caso debe abstenerse de hacerlo.
El hecho de que algunos tachen alguna prohibición de “legalista” no significa que sea mala. La gente utiliza también la palabra “puritano” para denunciar ciertas normas de conducta, pero así demuestra su ignorancia, porque la conducta de los puritanos honraba a Cristo mucho más que la de muchos que los critican.
Cuando los llamados cristianos denuncian ciertas normas de conducta piadosa llamándolas “legalistas”, puede ser un signo de que se han vuelto permisivos y están deslizándose moralmente. Se imaginan ingenuamente que si arrojan lodo a la cara de los que llaman legalistas o puritanos, se verán mejor a los ojos de los demás.
Nuestra seguridad está en permanecer tan cerca de las enseñanzas de la Escritura como sea posible, no en intentar ver cuán cerca del precipicio podemos llegar sin caer.



sábado, 28 de abril de 2012

Fe es confianza inquebrantable en la Palabra de Dios, en Su fidelidad y veracidad (Oswald Chambers)

Fe es confianza inquebrantable en la Palabra de Dios, en Su fidelidad y veracidad (Oswald Chambers)



"La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver" Hebreos 11:1 (NTV)

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb_11:1)


Fe es confianza inquebrantable en la Palabra de Dios, en Su fidelidad y veracidad. La fe es la convicción firme de que lo que Dios dice es verdad y lo que promete sucederá. Tiene que ver principalmente con el futuro y con lo invisible (“lo que se espera”).
Whittier decía que: “los pasos de la fe se posan en el aparente vacío, y no obstante encuentran roca debajo”. ¡Pero esto no es así! La fe no es un salto en la oscuridad. Exige la evidencia más segura, y la encuentra en la Palabra de Dios.
Algunas personas creen equivocadamente que pueden obtener cualquier cosa que deseen si creen con toda su fuerza que sucederá. Pero esa es credulidad, no fe. La fe necesita apoyarse en la revelación de Dios y aferrarse a Sus promesas. Si el Señor hace alguna promesa, entonces es tan segura como si ya hubiera sucedido. Si él preside el futuro, ciertamente se cumplirá. En otras palabras, la fe trae el futuro al presente y hace visible lo invisible.
No hay riesgo en creer a Dios. Dios no puede mentir, no engaña a nadie ni puede ser engañado. Creer en Dios es lo más racional, sano y lógico que una persona puede hacer. ¿Qué hay más razonable que la criatura crea en el Creador?
La fe no está limitada por las posibilidades sino que invade el reino de lo imposible. Alguien ha dicho: “La fe comienza donde las posibilidades humanas terminan. Si algo es posible entonces Dios no tiene parte en la gloria. Si es imposible, no hay duda que puede hacerse”.
Fe, poderosa fe que la promesa ve
Y mira a Dios solamente;
De las imposibilidades ríe
Y clama: “Se hará ciertamente”
Cierto es que hay dificultades y problemas en la vida de fe. Dios la prueba en el crisol de la adversidad y la aflicción para ver si es genuina (1Pe_1:7). A menudo tenemos que esperar largos años para ver el cumplimiento de Sus promesas, y algunas veces tenemos que esperar hasta alcanzar la otra orilla. Pero “las dificultades son la comida con que la fe se alimenta” (George Müller).
 “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb_11:6). Cuando nos negamos a creer en él, estamos insinuando que es un mentiroso (1Jn_5:10), y ¿cómo puede Dios agradarse de aquellos que le llaman mentiroso?



viernes, 27 de abril de 2012

Escuchen (Oswald Chambers)

Escuchen (Oswald Chambers)



"Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige. Presten atención y aprendan buen juicio" Proverbios 4:1 (NTV)

“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura” (Pro_4:1)


En los primeros cuatro versículos de Proverbios 4, Salomón describe cómo el buen consejo puede y debe ser transmitido de una generación a otra. Nos dice cómo su padre lo había instruido, y luego se dirige a su hijo recomendándole encarecidamente que ponga toda su atención a la buena enseñanza y la sana instrucción.
Es del todo aconsejable que los jóvenes estén siempre dispuestos a aprender de sus padres tanto como puedan acerca de los asuntos prácticos de la vida. En la esfera espiritual todo joven cristiano debería tener también un consejero espiritual, alguien de toda su confianza con quien pueda hablar con franqueza y libertad de cualquier tema, y que comparta con él la riqueza de su experiencia. Cuánto mejor si es el mismo padre quien lleva a cabo este papel. Pero si no, debe buscar a una persona así.
Los creyentes maduros y consagrados han acumulado una vasta cantidad de conocimientos prácticos. Sin duda han experimentado derrotas, pero han sacado de ellas lecciones valiosas y han aprendido como evitarlas la siguiente vez. Los cristianos más mayores pueden ver aspectos de un problema que los jóvenes podrían pasar por alto; han aprendido a ser equilibrados y a evitar extremos irrazonables.
Un joven sabio, como lo fue Timoteo, cultivará la amistad y el amor de un Pablo, tratando de recurrir a su sabiduría y conocimiento. Se guardará de muchas humillaciones y de cometer muchos errores si consulta a quien ha pasado por experiencias similares a las suyas. En vez de tratar a los ancianos con desprecio, honrará a los que han sabido pelear la batalla y han mantenido un buen testimonio.
Por lo general, los santos de más edad no presionan a los jóvenes. Saben que ningún consejo es tan inoportuno como aquel que no es solicitado. Pero, cuando se les pregunta, siempre están dispuestos a compartir sus pensamientos penetrantes que serán de gran ayuda a lo largo del camino.
De modo que si un joven mantiene una dura lucha con la lascivia, o desea saber cómo encontrar la dirección de Dios, o quiere saber cómo criar una familia en el Señor, si se pregunta si Dios lo está llamando al campo de misión, si necesita ayuda para manejar sus finanzas, o desea una vida de oración más efectiva, sería sabio buscar la ayuda de un guía espiritual que pueda llevarlo a la luz de la Escritura para que lo alumbre en su problema particular. Bajo las canas hay a menudo un cúmulo de sabiduría que puede ser aprovechada. ¿Por qué aprender del modo más difícil cuando puedes beneficiarte de la visión y las experiencias de los demás?



jueves, 26 de abril de 2012

Permaneciendo Fieles (Oswald Chambers)

Permaneciendo Fieles (Oswald Chambers)



"Cuando él llegó y vio las pruebas de la bendición de Dios, se llenó de alegría y alentó a los creyentes a que permanecieran fieles al Señor" Hechos 11:23 (NTV)

“y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor”
(Hch_11:23)


Hay una tendencia alarmante en algunos círculos cristianos a adular a los hombres por su erudición, aun cuando no sean leales a la Persona de Cristo.
Tenemos a un hombre, por ejemplo, que es un brillante escritor, maestro en el uso de las ilustraciones, un comentarista cuyos estudios de palabras en las lenguas originales son espléndidos. Pero niega el nacimiento virginal, explica racionalmente los milagros de nuestro Señor, rechaza la resurrección literal y corporal del Salvador y habla condescendientemente de Jesús como alguien que merece un lugar en la galería de los héroes del mundo. Para él, Jesús es uno más entre muchos ilustres personajes, lo que equivale a minimizar al Hijo de Dios con inciertas alabanzas. Este hombre simplemente no es fiel al Señor.
Es vergonzoso encontrar a cristianos que defienden a hombres como éste por su brillante erudición. Con hipocresía, encomian su destreza intelectual y pasan por alto la manera herética con que se refiere a Cristo. Les gusta citarlo como autoridad respetada y moverse en los mismos círculos académicos. Si son desafiados por confraternizar con aquel enemigo de la Cruz de Cristo, utilizan palabras ambiguas para restarle importancia a la gravedad de la ofensa. Es muy común oírles hablar mal de los cristianos fundamentalistas que creen en la Biblia por atreverse a enfrentarse a un erudito tan reconocido.
Es hora de que los cristianos se armen de santa indignación cuando su Salvador es traicionado en las aulas de la erudición. éste no es tiempo para pactos. La verdad tocante a Su Persona y obra no es negociable. Debemos tomar nuestro lugar y darnos a conocer.
Los profetas no se andaban por las ramas cuando la verdad de Dios estaba en entredicho. Eran ferozmente leales al Señor y lanzaban invectivas contra aquellos que se atrevían a negarle o despreciarle.
Los apóstoles también reaccionaban ante cualquier intento de despojar al Señor de Su gloria. Escogieron ser leales a Cristo antes que adquirir reputación en el mundo teológico.
Los mártires escogieron morir antes que comprometer su lealtad al Hijo de Dios. Les interesaba más la aprobación de Dios que la de los hombres.
Nuestra responsabilidad es ser fieles al Señor Jesús en todas las cosas y resistir a cualquiera que no quiera darle el lugar de preeminencia que merece.



miércoles, 25 de abril de 2012

Hoy subiste al Monte con espectativas


Dios hará vivir en paz
a quienes le son fieles
y confían en él.

No me lavarás los pies jamás (Oswald Chambers)

No me lavarás los pies jamás (Oswald Chambers)



"—¡No! —protestó Pedro — ¡Jamás me lavarás los pies! —Si no te lavo —respondió Jesús— no vas a pertenecerme" Juan 13:8 (NTV)

“No me lavarás los pies jamás” (Jua_13:8)


El Señor Jesús se ciñó una toalla y luego puso agua en un lebrillo, preparándose para lavar los pies a Sus discípulos. Cuando se acercó a Pedro, éste dijo enfáticamente: “No me lavarás los pies jamás”.
¿Por qué? ¿Por qué Pedro no quiso someterse a este bondadoso ministerio del Señor? Quizás se sintió indigno de que su Señor le sirviera. Pero posiblemente su actitud fue de orgullo e independencia. No quiso ponerse en la posición de recipiente; no quería depender de la ayuda de nadie.
Esta misma actitud es el principal impedimento de que mucha gente se salve. Quieren ganar la salvación por sus propios méritos, y se resisten a recibirla como un don gratuito de la gracia; sienten que esto les rebaja en su dignidad. No quieren sentirse en deuda con Dios. Pero: “Aquel que es demasiado orgulloso para endeudarse infinitamente jamás podrá ser cristiano” (James S. Stewart).
Aquí hay también una lección para los que ya son cristianos. Todos nos hemos encontrado alguna vez con creyentes que son dadores compulsivos. Siempre están haciendo algo por los demás. Sus vidas se derraman sirviendo a sus parientes y vecinos. Merecen ser alabados por su generosidad. ¡Pero hay una mosca en el perfume! Nunca quieren ser recipientes, ni permiten que nadie haga nada por ellos. Han aprendido a dar generosamente pero no han aprendido a recibir de gracia. Disfrutan la bendición de ministrar a los demás, pero les niegan la misma bendición a los demás.
El mismo Pablo se mostró como un recipiente agradecido de los dones de los filipenses. Al darles las gracias decía: “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta” (Flp_4:17). Pensaba más en la recompensa de ellos que en su propia necesidad.
 “Se cuenta del sr. Westcott que, cerca del fin de sus días, decía que había cometido un gran error. Pues aunque siempre había estado dispuesto a trabajar por los demás hasta el límite de su capacidad, nunca permitió que otros lo hicieran para él, y como resultado había perdido algunos ingredientes de dulzura y realización. No se había permitido a sí mismo la disciplina de recibir muchas bondades que no podrían ser correspondidas” (J. O. Senderos).
Un poeta desconocido lo resumió bien al escribir:

Tengo por grande a quien, por causa del amor,
Puede dar con corazón ardiente y generoso;
Pero el que toma por causa de la dulzura del amor,
Le tengo por más generoso aún y no orgulloso.



martes, 24 de abril de 2012

Un fragante perfume (Oswald Chambers)

Un fragante perfume (Oswald Chambers)



"Pero, ¡gracias a Dios!, él nos ha hecho sus cautivos y siempre nos lleva en triunfo en el desfile victorioso de Cristo. Ahora nos usa para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un fragante perfume" 2Corintios 2:14 (NTV)

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de Su conocimiento” (2Co_2:14)


Para este pasaje Pablo usó la figura de un desfile triunfal en el que un general militar acaba de volver de una conquista en el extranjero. él encabeza el desfile, saboreando la dulce satisfacción de la victoria. Detrás de él vienen sus tropas jubilosas, y tras ellas los prisioneros de guerra, ya señalados para el castigo, quizás la muerte. Por toda la ruta del desfile hay incensarios que llenan el aire de aromas y perfumes. Pero estas fragancias significan cosas diferentes para los que desfilan, dependiendo del bando en que se encuentran. Para aquellos que son leales al vencedor, es fragancia de victoria, más para los cautivos, es presagio de derrota y condenación.
La senda del siervo del Señor Jesús coincide con esta descripción en diferentes aspectos. El Señor va a la cabeza guiándole siempre en triunfo. Aunque no siempre parece haber victoria, el creyente está del lado de los vencedores y la causa de Dios jamás fracasa.
A dondequiera que va lleva consigo el aroma de Cristo. Pero este aroma tiene diferente significado a los que participan de él: Olor de vida eterna a los que se someten al Señor Jesús, y de muerte y destrucción a los que rechazan el evangelio.
Pero en ambos casos Dios es glorificado: en la salvación de los que se arrepienten, y en el rechazo de los que perecen. Cuando estos últimos estén ante Cristo, en el Juicio del Gran Trono Blanco, no podrán acusar a Dios por su situación desdichada, porque tuvieron la oportunidad de ser salvos pero la rechazaron.
Hay una tendencia muy generalizada de juzgar la efectividad del servicio cristiano por el número de personas que se salvan. Este pasaje nos sugiere que es igualmente válido juzgarlo por el número de personas que, después de oír el evangelio, lo rechazan y se hunden en el infierno.
Dios es glorificado en ambos casos. A Su presencia asciende el suave aroma de la gracia en los que se salvan y de la justicia en los que se pierden.
¡Qué tema tan solemne! No es de extrañar que el apóstol pregunte como conclusión: “¿Para estas cosas, ¿quién es suficiente?”



lunes, 23 de abril de 2012

El templo de Dios (Oswald Chambers)

El templo de Dios (Oswald Chambers)



"Dios destruirá a cualquiera que destruya este templo. Pues el templo de Dios es santo, y ustedes son este templo" 1Corintios 3:17 (NTV)

“Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1Co_3:17)


En este versículo, el templo de Dios se refiere a la asamblea local. Pablo no alude a individuos cristianos sino al conjunto de creyentes cuando dice: “el cual sois vosotros”. Los santos en Corinto formaban un templo de Dios.

Como también el apóstol dice en 1Co_6:19, que cada creyente individualmente es templo del Espíritu Santo: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” El Espíritu Santo de Dios habita en el cuerpo de cada hijo de Dios.
Pero en el texto de hoy tenemos bajo consideración la asamblea. Pablo afirma que si alguien la destruye, Dios a su vez le destruirá. “Con el significado de destruir se usa de dañar a la iglesia local apartándola de aquella posición de santidad de vida y de pureza de doctrina en la que debiera permanecer, 1Co_3:17, ‘destruyere’, y de la destrucción retributiva por parte de Dios del delincuente que es culpable de este pecado, ‘destruirá’” (W. E. Vine, Diccionario Expositivo, Vol. I).

Nuestro versículo advierte que es un asunto muy serio intentar hacer daño a una comunidad local. De hecho, es una forma de autodestrucción. Pongamos un ejemplo: un hombre no se sale con la suya en la asamblea. O tiene un enfrentamiento violento de personalidades con otro hermano. En lugar de resolver el problema como las Escrituras indican, él se va, visita y organiza a la gente para que se ponga de su lado y crea un partido en la iglesia. Este grupo mal formado no se humilla ni admite que ha obrado mal, y así las cosas van de mal en peor. Muy pronto la congregación padece de una abierta división.

O quizás se trata de una “hermana carnal” que dirige una campaña de murmuración y maledicencia contra alguien de la congregación. Su lengua difamatoria golpea a diestra y a siniestra hasta que la iglesia se llena de pleitos y amargura. No se detendrá hasta que la asamblea, en otro tiempo próspera, quede reducida a escombros. Una mujer insumisa y criticona es capaz de destruir a una iglesia si puede, y después formar otra “iglesia” a su gusto.

Personas como ésta están en gran peligro porque han dañado al cuerpo de Cristo, y no podrán salir impunes; pues el gran Dios del universo está decidido a destruir a los que destruyen Su asamblea. ¡Alerta, todos aquellos que tienden a crear facciones!



domingo, 22 de abril de 2012

Salgamos al encuentro de Jesús (Oswald Chambers)

Salgamos al encuentro de Jesús (Oswald Chambers)



"Entonces salgamos al encuentro de Jesús, fuera del campamento, y llevemos la deshonra que él llevó" Hebreos 13:13 (NTV)

“Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio” (Heb_13:13).


La primera lección que aprendemos de este versículo es que Cristo es el centro de reunión de Su pueblo. No nos congregamos en torno a una denominación, iglesia, edificio o algún gran predicador, sino sólo en Cristo: “a él se congregarán los pueblos” (Gen_49:10). “Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Sal_50:5).
La segunda lección es que debemos salir a él, fuera del campamento. Algunos han definido el campamento como “todo sistema religioso terrenal adaptado al hombre natural”. Se trata de la esfera religiosa en la que Cristo es deshonrado y degradado, la pagana monstruosidad que se disfraza hoy como cristianismo y que enmascara a todos los que: “tienen apariencia de piedad pero niegan la eficacia de ella”. Cristo está afuera, y debemos salir a él.
También aprendemos que salir con Cristo fuera del campamento conlleva vituperio. A veces los cristianos sufren vituperio por causa de su obediencia al Señor en cuanto a la comunión de la iglesia. Más y más, las asociaciones eclesiales tienen cierta medida de prestigio y posición social. Pero cuanto más nos acerquemos al patrón del Nuevo Testamento, más tendremos que compartir en Su vituperio. ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio?

El hombre de vestido teñido me llamó,
Conocí Su voz, mi Señor crucificado;
No pude resistir cuando a sí mismo se mostró,
Y obedecí, dejando todo a un lado.

Este mundo me expulsó una vez que hubo encontrado
Que en mi rebelde corazón estaba coronado
Aquél al que había rechazado, despreciado y asesinado,
A quien Dios con poder maravilloso había para reinar resucitado.

Y así, mi Señor y yo estamos fuera del campamento,
Pero más dulce que cualquier lazo terrenal es su presencia.
Que una vez conté más grande que su llamamiento;
Estoy fuera para el mundo, pero de mi Señor no siento ausencia.



sábado, 21 de abril de 2012

Serás Salvo (Oswald Chambers)

Serás Salvo (Oswald Chambers)



"Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo" Romanos 10:9 (NTV)

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Rom_10:9)


Este versículo, favorito de muchos, apunta a dos verdades básicas que son muy difíciles de aceptar por el hombre caído, la encarnación y la resurrección. No puede haber salvación sin una plena aceptación de estas doctrinas y todo lo que significan.
Primero, debemos confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor, esto es, que Aquél que nació en el establo de Belén es ni más ni menos que Dios manifestado en carne. La deidad del Señor Jesús es la piedra angular donde se apoya todo el plan de la salvación.
Segundo, es vital que creamos en nuestro corazón que Dios lo levantó de los muertos, si bien esto significa más que el simple hecho de la resurrección. Esto incluye que el Señor Jesús murió en la cruz como nuestro Sustituto. Pagó la pena que nuestros pecados merecían. Soportó la ira de Dios que debimos haber sufrido eternamente y por último, lo levantó de la muerte al tercer día, como prueba de la entera satisfacción de Dios con el sacrificio de Cristo por nuestros pecados.
Cuando le recibimos como Señor y Salvador, la Biblia certifica que somos salvos.
Pero alguien podría preguntar: “¿Por qué se ha de confesar antes de creer? ¿No creemos primero y luego confesamos?”
En el versículo 9 Pablo enfatiza la encarnación y la resurrección, y nos da el orden histórico en que ocurrieron, la encarnación primero y la resurrección treinta y tres años más tarde.
En el versículo siguiente se señala que creer va antes que confesar. “Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación”. Aquí el orden es el que tiene lugar cuando nacemos de nuevo. Primero, confiamos en el Salvador para ser justificados, y luego confesamos la salvación que hemos ya recibido.
Es tal la naturalidad, sencillez y candor con que nuestro versículo enseña esta asombrosa verdad que los niños cantan libremente:
Romanos diez, nueve
Es mi versículo preferido;
Confesando a Cristo como Señor,
Soy salvo por gracia divina;
Porque tres son las palabras de la promesa
Que en letras doradas brillan:
Romanos diez, nueve.



viernes, 20 de abril de 2012

A su imagen (Oswald Chambers)

A su imagen (Oswald Chambers)



"Los alumnos no son superiores a su maestro, pero el alumno que complete su entrenamiento se volverá como su maestro" Lucas 6:40 (NTV)

“El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”
(Luc_6:40)


En este pasaje, el Señor Jesús les recordaba a los Doce que cuando fueran a discipular a los demás no esperaran que sus discípulos progresaran en la vida espiritual más allá de donde ellos mismos habían llegado. En otras palabras, el alcance de nuestra influencia positiva sobre los demás está limitada por lo que nosotros mismos somos. Como O. L. Clark decía:
No puedes enseñar lo que no sabes;
No puedes guiar a donde no vas.
El Salvador continuó reforzando esta lección por medio de la historia de la paja y la viga. Un hombre camina por un campo sembrado cuando repentinamente una ráfaga de viento le clava en el ojo una minúscula pizca de paja. Se restriega el ojo, tira del párpado, y prueba todos los consejos bien intencionados que sus amigos le dan para sacar la mota del ojo. Entonces llego yo con un poste telefónico sobresaliendo de mi ojo y le digo: “Amigo, permíteme que te saque esa pajita del ojo”. El hombre me mira con el ojo que le queda bueno y me dice: “¿No crees que debieras sacarte primero el poste telefónico del ojo?”
¡Por supuesto! No puedo ayudar a alguien que está luchando con un pecado dominante si yo mismo estoy encadenado a ese pecado. No puedo apremiarle a que obedezca el más simple mandamiento de la Escritura si por mi parte no lo obedezco. Cualquier fracaso espiritual en mi vida sella mis labios en esa área en particular.
Cuando mi discípulo ya está bien preparado, es decir, cuando he terminado de entrenarle, no puedo esperar que esté un centímetro más arriba de mi propia talla espiritual. Puede crecer hasta mi estatura, pero no puedo guiarle más allá de ella.
Todo esto enfatiza una vez más que debemos estar atentos a nuestra propia vida. Nuestro ministerio debe ser un ministerio de carácter. Lo que está adentro es lo que cuenta. Podemos ser interesantes y astutos pero si hay puntos débiles en nuestra vida, áreas de negligencia y desobediencia, entonces nuestro discipulado para con otros es el caso del ciego que guía a otro ciego.



jueves, 19 de abril de 2012

Es mediante la bondad de Dios (Oswald Chambers)

Es mediante la bondad de Dios (Oswald Chambers)



"Y, como es mediante la bondad de Dios, entonces no es por medio de buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida" Romanos 11:6 (NTV)

“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia” (Rom_11:6)


Cuando uno se fundamenta bien en la doctrina de la gracia desde el comienzo de su vida cristiana, se libra de muchos problemas que podrían venir más tarde. Es fundamental entender que la salvación es un don gratuito de la gracia de Dios y que se da a aquellos que no sólo no la merecen sino que de hecho merecen lo contrario. No hay alguna obra suficientemente meritoria que alguien pueda hacer para ganar la vida eterna. Les es dada sólo a aquellos que dependen por completo de los méritos del Salvador.

Es muy importante que entendamos que la salvación es toda de gracia porque sólo de esta manera podemos llegar a tener plena certidumbre. Si la salvación dependiera de nosotros en el grado más insignificante o de nuestras obras miserables, entonces nunca tendríamos esa certeza. Nunca llegaríamos a saber si nuestras buenas obras han sido suficientes, o si en realidad han sido buenas. Pero cuando todo depende de la obra de Cristo, entonces no hay lugar para la duda punzante y persistente.

Asimismo es cierto acerca de nuestra seguridad eterna. Si ésta depende en alguna medida de nuestra capacidad para mantenernos firmes, entonces podemos ser salvos hoy y mañana estar perdidos, pero si nuestra seguridad depende de la capacidad del Salvador para guardarnos, podemos saber que estamos seguros eternamente.
Los que viven bajo la protección de la gracia no son juguetes indefensos del pecado. El pecado tiene dominio sobre los que están bajo la ley porque la ley les dice qué es lo que deben hacer pero no les da el poder para hacerlo. La gracia brinda a la persona una posición perfecta ante Dios, le enseña a caminar en la dignidad de su llamamiento por el Espíritu Santo que lo habita y además le recompensa por hacerlo.

Bajo la gracia, el servicio viene a ser un gozoso privilegio y no una servidumbre legalista (buscando mérito). El creyente es motivado por el amor y no por el temor. El recuerdo de los sufrimientos del Salvador mueve al pecador salvo a derramar su vida en servicio consagrado.

La gracia también enriquece la vida infundiendo acción de gracias, adoración, y alabanza. Nuestro corazón rebosa de adoración al conocer al Salvador, lo que ha hecho por nosotros y quiénes somos los pecadores por naturaleza y en la práctica.

No hay nada como la gracia de Dios. Es la joya que corona Sus atributos. Estar bien fundado en la verdad de la gracia soberana de Dios transfigurará toda la vida.



miércoles, 18 de abril de 2012

Para que sepan los que creen (Oswald Chambers)

Para que sepan los que creen (Oswald Chambers)



"Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna" 1Juan 5:13 (NTV)

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1Jn_5:13).


Estaremos eternamente agradecidos a Dios por este versículo porque nos enseña que la seguridad de la salvación nos llega en primer lugar por la Palabra de Dios y no por los sentimientos. La Biblia fue escrita, entre otras razones, para que aquellos que creen en el Nombre del Hijo de Dios puedan saber que tienen vida eterna.
Podemos estar agradecidos al saber que esta seguridad no depende de los sentimientos, ya que éstos fluctúan de un día a otro. “Dios no nos pide que digamos: ‘gracias Dios porque me siento muy bien’, sino que fijemos los ojos en Jesús y Su Palabra”. Una vez alguien preguntó a Martín Lutero: “¿Sientes que tus pecados han sido perdonados?”, y él contestó: “No, pero estoy tan seguro de esto como que hay un Dios en el cielo. Porque los sentimientos van y vienen y son engañosos. Mi garantía es la Palabra de Dios. Nada es más digno de creerse”. C. I. Scofield nos recuerda que: “la justificación tiene lugar en la mente de Dios y no en el sistema nervioso del creyente”. H. A. Ironside acostumbraba decir: “No sé si soy salvo porque me siento feliz, pero me siento feliz porque sé que soy salvo”. Sabía que era salvo por la Palabra de Dios.
Cuando vemos que el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, debemos recordar que el Espíritu nos da testimonio principalmente a través de las Escrituras (Rom_8:16). Por ejemplo, en Jua_6:47 leemos: “El que cree en mí, tiene vida eterna”. Sabemos que hemos confiado en Cristo para nuestra salvación eterna; él es nuestra única esperanza para el cielo. Por lo tanto, el Espíritu de Dios nos da testimonio, a través de este versículo, de que somos hijos de Dios.

Por supuesto que también hay otros medios que nos aseguran que poseemos la salvación: sabemos que somos salvos porque amamos a los hermanos, aborrecemos el pecado y practicamos la justicia, amamos la Palabra de Dios y tenemos el instinto de oración. Pero el más importante y fundamental de estos es la Palabra de Dios, el instrumento más confiable y preciso del universo. George Cutting decía en su tratado memorable “Seguridad, Certeza y Gozo”: “Es la sangre la que nos salva; es la Palabra la que nos lo asegura”.



martes, 17 de abril de 2012

Todo o nada (Oswald Chambers)

Todo o nada (Oswald Chambers)



"Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se puso la túnica (porque se la había quitado para trabajar), se tiró al agua y se dirigió hacia la orilla" Juan 21:7 (NTV)

"Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa... y se tiró al mar" Jua_21:7


¿Alguna vez has sufrido una crisis durante la cual lo has abandonado todo de una forma intencional, categórica y sin que importaran las consecuencias? Es una crisis de la voluntad. Muchas veces puedes alcanzar este punto en el ámbito externo, pero no lograrás nada. La crisis verdadera y profunda del total abandono es interior, no exterior. Renunciar a las cosas externas puede ser un indicio de que estás en completa esclavitud.
¿Has sometido conscientemente tu voluntad a Jesucristo? Es una operación de la voluntad, no de las emociones. Cualquier emoción positiva que resulte no es más que el brillo exterior de esa operación. Si enfocas tu atención hacia lo que sientes, nunca te someterás a Él. No le preguntes a Dios cómo debería ser ese acto de sometimiento, sino sométete con respecto a lo que ya tienes delante de ti, bien sea en un plano superficial o profundo.
Si has escuchado la voz de Jesucristo en las olas del mar, puedes soltar tus convicciones y tu firmeza de carácter a los cuatro vientos, pero conserva tu relación íntima con Él.



lunes, 16 de abril de 2012

¿Puedes bajar de la montaña? (Oswald Chambers)

¿Puedes bajar de la montaña? (Oswald Chambers)



"Pongan su confianza en la luz mientras aún haya tiempo; entonces se convertirán en hijos de la luz. Después de decir esas cosas, Jesús salió y desapareció de la vista de ellos" Juan 12:36 (NTV)

"Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz" Jua_12:36


Todos vivimos momentos en los que nos sentimos muy bien, como nunca antes, y decimos: "¡Me siento en forma para lo que sea! ¡Si tan sólo pudiera mantenerme siempre así!" Pero esto no sucederá. Son momentos en los que recibimos una percepción o una revelación de acuerdo con la cual debemos vivir cuando no nos sintamos igual. Muchos de nosotros no somos buenos para enfrentar el mundo cotidiano, cuando no nos encontramos en la cima de la montaña. Sin embargo, debemos elevar nuestra vida diaria hasta el nivel que nos fue revelado o estuvimos en la cumbre.
No permitas nunca que se desvanezca el sentimiento que se haya despertado en ti en la cima de la montaña. No te amodorres al calor de pensamientos, diciendo: "¡Qué rico sería que mi ánimo estuviera así!"
Actúa inmediatamente, haz algo, aunque la única razón para actuar sea que preferirías no hacer nada. Si en una reunión de oración Dios te muestra algo que Él quiere que realices, no digas: "lo voy a hacer", sino ¡hazlo! Cógete por el cuello y sacude la pereza de tu carne. En nuestros anhelos por una experiencia grandiosa siempre podemos ver la pereza, y entonces hablamos de que vamos a tener un tiempo en la montaña. Es necesario que aprendamos a vivir en el día gris de acuerdo con lo que vimos en la cumbre.
No te rindas porque una vez estuviste inactivo y confundido. Manos a la obra de nuevo. Quema tus puentes tras de ti y permanece comprometido con Dios en un acto voluntario. Nunca reconsideres tus decisiones, pero entonces, asegúrate de tomarlas a la luz de lo que viste y aprendiste en la cima.



domingo, 15 de abril de 2012

La concentración descarriada (Oswald Chambers)

La concentración descarriada (Oswald Chambers)



"Aunque no se quitaron los santuarios paganos de Israel, el corazón de Asa se mantuvo totalmente fiel durante toda su vida" 2 Crónicas 15:17 (NTV)

"Con todo esto, los lugares altos no desaparecieron de Israel, aunque el corazón de Asa fue perfecto en todos sus días", 2Cr_15:17


Asa no fue completamente obediente en las áreas externas o visibles de su vida. Obedeció en las que consideraba más importantes, pero no fue recto del todo. Cuídate de pensar: "Oh, ese defecto en mi vida no es muy importante". El hecho de que a ti no te importe mucho puede significar que a Dios le importa bastante. Un hijo de Dios no debe considerar nada como trivial. ¿Cuánto tiempo más vamos a impedir que Dios trate de enseñarnos al menos una cosa? Pero Él lo sigue intentando y nunca pierde la paciencia. Tú dices: "Yo sé que estoy bien con Dios", pero aún permanecen los lugares altos en tu vida. Todavía queda un área de desobediencia. ¿Afirmas que tu corazón está bien con Dios y, sin embargo, hay algo en tu vida sobre lo cual Él te ha hecho dudar? Siempre que exista una duda, abandona de inmediato el asunto en cuestión, sin importar lo que sea. Nada en nuestra vida es apenas un detalle insignificante para Dios.
¿Hay algunas áreas relacionadas con tu vida física o intelectual a las cuales no les has prestado ninguna atención? Si este es tu caso, talvés pienses que te encuentras bien en las áreas importantes, pero eres negligente. Te has descarriado en cuanto a tu concentración. Así como tu corazón no necesita tomarse un descanso y dejar de palpitar, tampoco necesitas unas vacaciones en tu concentración espiritual. No te puedes tomar unas vacaciones morales y seguir siendo íntegro, y tampoco puedes tener vacaciones espirituales y continuar siendo espiritual. Dios quiere que seas completamente suyo, lo cual implica que tienes que estar alerta para mantenerte en forma para Él. Esto requiere muchísimo tiempo. Sin embargo, algunos de nosotros esperamos levantarnos por encima de todos nuestros problemas y escalar las numerosas pendientes en tan sólo dos minutos.



sábado, 14 de abril de 2012

El espíritu invencible (Oswald Chambers)

El espíritu invencible (Oswald Chambers)



"Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma" Mateo 11:29 (NTV)

"Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí", Mat_11:29


"El Señor al que ama, disciplina", Heb_12:6. ¡Cuán triviales son nuestras quejas! Nuestro Señor empieza a llevarnos al lugar donde podemos tener comunión con Él, solamente para escuchar que nos quejamos y gemimos: "¡Oh, Señor, déjame ser como los demás!" Jesús nos está pidiendo que tomemos uno de los extremos del yugo para que podamos halar juntos. Por eso nos dice: ...Mi yugo es fácil y ligera mi carga (Mat_11:30). ¿Estás identificado con el Señor Jesús en esta forma? Si es así, darás gracias a Dios cuando sientas la presión de su mano sobre ti.
"Multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas", Isa_40:29. Dios viene a nosotros y nos saca de nuestro emocionalismo y, entonces, nuestra queja se convierte en un himno de alabanza. La única manera de conocer la fuerza de Dios es tomando el yugo de Jesús sobre nosotros y aprendiendo de Él.
"El gozo de Jehová es vuestra fuerza", Neh_8:10, ¿De dónde obtienen su gozo los santos? Si no conociéramos bien a algunos cristianos, pensaríamos que no tienen ninguna carga que sobrellevar. Pero debemos descorrer el velo de nuestros ojos. El hecho de que la paz, la luz y el gozo de Dios estén en ellos demuestra que también tienen una Carga. La carga que Dios pone sobre nosotros exprime las uvas de nuestra vida y produce el vino, pero la mayoría de nosotros únicamente ve el vino.
Ningún poder en la tierra ni en el infierno puede vencer al Espíritu de Dios que habita en nuestro espíritu; es una invencibilidad interior. Si hay una constante queja en ti, échala fuera sin piedad. Es un verdadero crimen ser débil en las fuerzas de Dios.



viernes, 13 de abril de 2012

Qué hacer dadas las circunstancias (Oswald Chambers)

Qué hacer dadas las circunstancias (Oswald Chambers)



"Entrégale tus cargas al SEÑOR, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan" Salmo 55:22 (NTV)

"Echa sobre Jehová tu carga", Sal_55:22


Debemos distinguir entre las cargas que nos corresponde llevar y las que no. Nunca debemos soportar la carga del pecado o de la duda, pero hay cargas impuestas por Dios que Él no tiene la intención de levantar, sino que quiere que se las devolvamos y las pongamos sobre Él. Echa sobre el Señor lo que Él te ha dado. Si emprendemos un trabajo para Dios, pero perdemos el contacto con Él, el sentido de responsabilidad se convertirá en un peso abrumador. Pero si le devolvemos las cargas que nos ha colocado, Dios se llevará ese sentido de responsabilidad dándonos un entendimiento de quién es Él.
Muchos obreros que se disponen a servir a Dios con mucha valentía e ímpetu, pero sin ninguna comunión íntima con Jesucristo, pronto se sienten vencidos. El hecho de que no saben qué hacer con la carga les produce cansancio en sus vidas. Al verlos la gente va a decir: "¡Qué triste fin para algo que tuvo un principio tan grande!"
Echa sobre Jehová tu carga. La has estado cargando toda. Pero, de manera consciente, necesitas poner uno de sus extremos sobre los hombros de Dios. "Y la soberanía reposará sobre sus hombros", Isa_9:6, LBLA. Encomiéndale a Dios lo que Él te ha dado; no arrojes la carga a un lado, sino échala sobre Él y tú con ella también. Verás que se vuelve liviana por el sentido de compañía. Pero nunca trates de separarte de tu carga.



jueves, 12 de abril de 2012

El dominio moral (Oswald Chambers)

El dominio moral (Oswald Chambers)



Rom 6:9 sabiendo que el Mesías, habiendo sido resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñorea más de Él.
Rom 6:10 Porque en cuanto a que murió, al pecado murió una vez por todas, pero en cuanto a que vive, para Dios vive.
Rom 6:11 Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Jesús el Mesías (B.Tx)

"Ya la muerte no tiene dominio sobre Él… pero en cuanto vive, vive para Dios. Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios", Rom_6:9-11, LBLA


Vida eterna con Él. La vida eterna es la vida que Jesucristo mostró en el nivel humano. Y esta misma vida, no una copia de ella, es la que se manifiesta en nuestra carne mortal cuando nacemos de nuevo. La vida eterna no es un regalo de parte de Dios, es el regalo de Él mismo. La energía y el poder que fueron tan evidentes en Jesús manifestarán en nosotros por un acto exclusivo de la gracia soberana Dios, cuando hayamos tomado la decisión moral acerca del pecado.
"Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo", Hch_1:8. No poder como un don del Espíritu, sino que es el Espíritu Santo y no algo que Él nos da. La vida que estaba en Cristo se vuelve nuestra, gracias a su cruz, una vez que decidimos identificarnos con Él. Si es difícil tener una relación correcta con Dios, se debe a que no tomamos una decisión definitiva con respecto al pecado. Pero una vez que nos decidimos, su vida plena entra inmediatamente. Jesús vino para darnos una provisión infinita de vida:… para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios (Efe_3:19). La vida eterna no tiene nada ver con el tiempo. Es la vida que Jesús vivió cuando estuvo aquí abajo, Y Él es la única fuente de vida.
Hasta el santo más débil puede experimentar el poder de la deidad del Hijo de Dios, si está dispuesto a "soltar" y no "retener". Pero cualquier vestigio de nuestra propia energía únicamente hará borrosa la vida de Jesús en nosotros. Debemos continuar soltando y poco a poco, aunque con toda seguridad, la vida plena y magnífica de Dios se extenderá por todo rincón de nuestro ser. Entonces, los hombres comprenderán que hemos estado con Jesús.



miércoles, 11 de abril de 2012

El carácter santo de Dios (Oswald Chambers)

El carácter santo de Dios (Oswald Chambers)



"Porque si hemos llegado a ser injertados en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la de la resurrección" Romanos 6:5 (B.Tx)

"Si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección", Rom_6:5


Resurrección con Él. Mi evidente parecido con Jesús es la prueba de que he experimentado la crucifixión con Él. Cuando el Espíritu de Cristo entra en mí, mi vida personal se reorganiza delante de Dios. La resurrección de Jesús le ha dado a Él la autoridad para impartirme la vida de Dios, y ahora las experiencias de mi vida se deben edificar tomando como fundamento su vida. Puedo tener la vida de resurrección de Jesús aquí y ahora, la cual se manifestará en santidad.
El concepto a lo largo de todos los escritos del apóstol Pablo es que, después de haber tomado la decisión moral de identificarme con Jesús en su muerte, su vida de resurrección se extiende por cada parte de mi naturaleza humana. Se requiere la omnipotencia divina para que la carne humana pueda vivir la vida del Hijo de Dios. El Espíritu Santo no se puede establecer únicamente como un huésped en una casa, si no que se extiende por todo lugar. Y una vez que yo decido que mi "viejo hombre" (es decir, mi herencia de pecado) se debe identificar con la muerte de Jesús, el Espíritu Santo me invade. Él se hace cargo de todo. Mi parte es andar en la luz y obedecer todo lo que Él me revela. Cuando he adoptado esa importante decisión moral acerca del pecado, es fácil considerar que realmente estoy muerto a él porque encuentro en mí la vida de Jesús, todo el tiempo (Rom_6:11). Así como existe una sola clase de humanidad, sólo hay una clase de santidad: la de Jesús. Y es su santidad la que me ha sido dada. Como Dios pone en mi la santidad de su Hijo, yo pertenezco a un nuevo orden espiritual.



martes, 10 de abril de 2012

La decisión moral con respecto al pecado (Oswald Chambers)

La decisión moral con respecto al pecado (Oswald Chambers)



"Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado" Romanos 6:6 (NTV)

"Sabiendo esto, que nuestro Viejo Hombre fue crucificado juntamente con él?, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado", Rom_6:6


Crucifixión con Él. ¿Ya tomaste la siguiente decisión con respecto al pecado: que debe morir completamente en ti? Se necesita mucho tiempo para llegar a una decisión moral acerca del pecado. Sin embargo, cuando decides que debe morir en ti, es el momento más grande de tu vida. No simplemente refrenarlo, reprimirlo o contrarrestado, sino que muera crucificado, de la misma manera como Jesucristo murió por el pecado del mundo. Nadie puede llevar a otra persona a esta decisión.
Podemos estar mental y espiritualmente convencidos, pero lo realmente necesitamos es llegar a la decisión a la que Pablo nos exhorta en este pasaje.
Anímate, toma un tiempo a solas con Dios y adopta esta importante determinación. Di: "Señor, identifícame con tu muerte hasta que sepa que el pecado está muerto en mí". Toma la decisión moral de que el pecado en ti debe morir.
Esta no era una expectativa divina del futuro por parte de Pablo, una experiencia muy radical y definitiva en su vida. ¿Estás preparado para permitir que el Espíritu de Dios te examine hasta que sepas cuál nivel y la naturaleza del pecado en tu vida, o sea, lo que hay en ti lucha contra el Espíritu? Si tu respuesta es afirmativa, entonces ¿vas a estar de acuerdo con el veredicto de Dios sobre la naturaleza pecaminosa: que se debe identificar con la muerte de Jesús? No puedes considerarte muerto al pecado (Rom_6:11), a menos que hayas enfrentado radicalmente delante de Dios este asunto de tu voluntad.
¿Ya participaste del glorioso privilegio de ser crucificado con el Señor hasta que todo lo que quede sea la vida de Cristo en mi carne y sangre? "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo en mí", Gál_2:20.



domingo, 8 de abril de 2012

El destino de su resurrección (Oswald Chambers)

El destino de su resurrección



¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera estas cosas y entrara en su gloria?" Lucas 24:26 (B.Tx)

"¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria?", Luc_24:26


La cruz de nuestro Señor es la puerta de entrada a su vida. Y la resurrección significa que ahora Él tiene poder para impartirme esa vida, Cuando nací de nuevo, yo recibí del Señor resucitado su vida misma.
El destino de la resurrección de Cristo, su propósito determinado de antemano, era llevar muchos "hijos a la gloria", Heb_2:10. El cumplimiento de su destino le da el derecho de hacernos hijos e hijas de Dios.
Nosotros nunca estamos en la misma relación en la que se encuentra el Hijo de Dios con su Padre. Pero el Hijo nos entra en la relación filial con Él. Cuando, nuestro Señor se levantó de entre los muertos, resucitó a una vida absolutamente nueva, una vida que nunca había vivido antes de su encarnación y que jamás había existido. Y su resurrección significa para nosotros que somos resucitados a esa clase de vida, no a nuestra vida anterior. Algún día tendremos un cuerpo glorioso semejante al de Él, pero aquí y ahora podemos conocer el poder y eficacia de su resurrección y andar en vida nueva (Rom_6:4). El firme propósito de Pablo era "conocerlo a él y el poder de su resurrección", Flp_3:10.
Jesús oró: "Pues le has dado potestad sobre toda carne para que dé vida eterna a todos los que le diste". Jua_17:2. En realidad, cuando decimos "Espíritu Santo" estamos nombrando la experiencia de la vida eterna que opera en los seres humanos aquí y ahora. El Espíritu Santo es la Deidad con su poder en acción y quien aplica la expiación de Cristo a nuestra experiencia. Gracias a Dios por la gloriosa y majestuosa verdad que su Espíritu puede producir en nosotros la naturaleza misma de Jesús, si solamente lo obedecemos.